Una patrulla española aplicó el protocolo de actuación para las tropas multinacionales en Afganistán

La patrulla española llegó hasta el tercero de los cuatro niveles de esas reglas de enfrentamiento establecidas para las tropas multinacionales de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) desplegadas en Afganistán.

El primer nivel son las señales visuales con las manos, el segundo advertencias con luces, el tercero disparos indirectos -primero al aire y a continuación al suelo-, y el cuarto y último los disparos contra la posible amenaza.

En este caso, las fuentes del Ministerio de Defensa señalan que los militares españoles de la Fuerza de Reacción Rápida (QRF) siguieron las normas "al pie de la letra" cuando un vehículo se acercó al convoy que escoltaban tropas españolas e italianas.

Primero se le hicieron señales con las manos y con las luces sin obtener respuesta, por lo que se pasó al nivel 3 de disparos al aire y al suelo, momento en el que el conductor del vehículo decidió cambiar de trayectoria y, por tanto, no fue necesario disparar directamente.

En cumplimiento de ese protocolo, y una vez que el vehículo seguía acercándose al convoy pese a las señales con las manos y luminosas, los soldados españoles dispararon al aire y al suelo.

Una de las balas disparadas al suelo rebotó y alcanzó a un ciudadano afgano que viajaba en el asiento trasero del vehículo sospechoso.

Las mismas fuentes recordaron que el vehículo resultaba especialmente sospechoso no sólo por el comportamiento del conductor, al no atender a las señales y continuar acercándose al convoy, sino por la propia marca del mismo, Toyota.

Así, explicaron que existen informes de inteligencia sobre la posibilidad de que un vehículo de esa marca pudiera ser utilizado para atentar contra la ISAF, así como el antecedente de que también un Toyota fuera el coche utilizado en el atentado contra un vehículo de las tropas españolas en septiembre de 2007 en el que murieron dos soldados y un intérprete.