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Estas son las sorprendentes consecuencias de una mala higiene bucal

Lavarse mal los dientes puede provocar caries. Esto es algo que todos conocemos. ¿Pero sabías que una mala salud dental también está relacionada con patologías cardiovasculares, neumonía, cáncer o complicaciones en el embarazo? Con ayuda de especialistas en odontología de Quirónsalud repasamos algunas de estas afecciones y cómo prevenirlas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que casi la mitad de la población mundial, cerca de 3.500 millones de personas, padecen enfermedades bucodentales. La cifra, por sí sola, ya es alarmante, pero se torna más preocupante aún al saber que estas patologías no solo afectan a la cavidad oral, sino que se relacionan directamente con otros problemas que impactan en el organismo en general.

En palabras de Edgar Postius, odontólogo de los hospitales Quirónsalud Tenerife y Quirónsalud Costa Adeje, “las infecciones bucodentales causan otras enfermedades y la higiene es clave para prevenirlas”. El doctor explica que muchas personas siguen asociando la salud bucal con un tema estético más que sanitario, lo que lleva a mantener malas prácticas, potenciando la aparición de enfermedades dentales, junto a otras más desconocidas. Por ejemplo, “cuando perdemos un diente lo primero que piensa todo el mundo es en el daño estético que ello genera, sobre todo si es una pieza delantera; pero la mayor parte de la población no repara en que la pérdida de piezas dentales impide hacer una buena masticación de los alimentos lo cual provoca dificultades en la digestión y puede dar lugar a problemas intestinales”, relata.

¿Cómo se relaciona la salud bucal con la del resto del cuerpo?

Además, está demostrado que problemas en la cavidad oral están relacionados con enfermedades sistémicas como patologías cardiacas o la diabetes. Esto sucede porque la boca se encuentra repleta de bacterias. En una boca sana la acumulación de placa es mínima pero, sin el cuidado apropiado, las bacterias prosperan, la placa se acumula alrededor de las encías y los dientes y terminan provocando erosión en el esmalte dental, caries o enfermedades en las encías, como la gingivitis o, más grave aún, la periodontitis. Llegados a este punto se origina una reacción en cadena y las bacterias de la boca pueden acabar extendiéndose sistémicamente a otras partes del cuerpo a través del sistema circulatorio, los pulmones y el tracto gastrointestinal. A su vez, ciertas enfermedades, como la mencionada diabetes y el VIH/sida, pueden reducir la resistencia del cuerpo a las infecciones, lo que hace que los problemas de salud bucal sean más graves.

¿Cómo se relaciona la salud bucal con la del resto del cuerpo?

La Dra. Carmen Pingarrón Santofimia, jefa de Equipo de Ginecología y Obstetricia del Hospital Quirónsalud San José, en Madrid, llama la atención sobre la relación entre las enfermedades periodontales y el embarazo. “La salud bucal de la mujer puede empeorar durante el embarazo si no se interponen las medidas preventivas adecuadas y estas enfermedades pueden tener efectos adversos en el embarazo”, explica. Como describe la especialista, durante este periodo preocupan principalmente 3 patologías: “la gingivitis, cuyo síntoma más característico es el sangrado de encías; el granuloma gravídico, también conocido como ‘tumor del embarazo’, con una prevalencia que oscila entre el 0.2- 9.6%; y en último lugar, la periodontitis previa al embarazo, que puede empeorar durante la gestación”. La Dra. Pingarrón asegura que el mejor tratamiento dental durante el embarazo es, sin duda, “la prevención”, y recuerda que existen múltiples tratamientos dentales que pueden realizarse con seguridad durante la gestación, incluyendo la realización de radiografías o el uso de determinados fármacos bajo las pautas y el momento del embarazo adecuado”.

¿Cómo se relaciona la salud bucal con la del resto del cuerpo?

También resulta sorprendente comprobar cómo numerosos estudios científicos relacionan el rendimiento deportivo con la correcta salud dental. En concreto, “la enfermedad periodontal o periodontitis se relaciona con mayor riesgo de aparición de contracturas, fatiga muscular y recuperación más tardía de las lesiones musculares. Por otro lado, la tensión que normalmente acompaña al deportista, hace que el apretamiento bucal o bruxismo sea un problema muy frecuente de desgaste dentario que genera hipersensibilidad dental, fisuras y fracturas dentales que provocarán dolor y pérdida de piezas dentarias. Además, el bruxismo produce contracturas musculares que provocarán dolores de cabeza y cuello, lo que limitará significativamente el rendimiento en algunos deportes”, señala el doctor Manuel Chamorro, al frente del equipo de odontología y cirugía maxilofacial del centro Olympia Quirónsalud.

La higiene bucal es muy importante no solo para la salud de esta cavidad, sino para la de todo el cuerpo. No prestarle atención podría tener consecuencias para todo el organismo.

Según este experto, especializado en cirugía oral, deformidades dentofaciales, traumatología facial y glándulas salivales, entre otras patologías, la disminución del rendimiento deportivo puede venir provocado por problemas bucodentales manifestándose en presencia de dolor, peor calidad de vida y existencia de inflamación sistémica.

¿Qué afecciones se pueden relacionar con la salud bucodental?





Educación bucodental

Evitar estas complicaciones es más sencillo de lo que se piensa. Para ello “es fundamental que la población tome conciencia de la importancia de las revisiones periódicas y de seguir una adecuada higiene bucodental desde la infancia, apunta Edgar Postius al respecto.

El odontólogo puntualiza que “debemos ir al dentista no sólo cuando nos duele algo, sino también para prevenir, ya que en las revisiones bucodentales se pueden llegar a identificar y tratar muchos problemas bucales, pero también detectar otras patologías como deficiencias nutricionales, bruxismo o cáncer oral”. Pero, además, cabe recordar que “muchos pacientes se piensan que nosotros hacemos magia en la boca y luego, si te he visto, no me acuerdo. Y esto no es así. La boca hay que mantenerla. Si no se cuida, se deteriora, añade.

Educación bucodental

En este sentido, “a las personas que vienen a consulta por primera vez solo les pido una cosa: que realicen un correcto cepillado, se pasen el hilo de seda dental y se hagan un buen enjuague, apunta. El especialista insiste en que “no se trata tanto de cepillarse los dientes tres veces al día, como de hacerlo bien” y en la importancia de “potenciar los buenos hábitos y una rutina desde edades muy tempranas”.

El cuidado dental en niños

El Dr. Javier Bara, odontólogo y cirujano maxilofacial del Hospital Universitari Sagrat Cor coincide en que “unos correctos hábitos de higiene bucodental son la base para un buen estado de los dientes”. Aunque la dentición de leche es temporal, se debe cuidar, ya que las piezas dentales ocupan un espacio que, posteriormente, albergarán otras permanentes. Si el diente se cae o se extrae de forma prematura por una caries, lo más probable es que el espacio quede ocupado por los de los lados y cuando el diente permanente quiera salir no disponga de espacio para colocarse”, apunta.

Los problemas en los dientes de leche pueden provocar maloclusión, malnutrición, infecciones, afectaciones en el habla y problemas de autoestima. Para evitarlo y mantener limpia y sana la boca de los más pequeños, el Dr. Pedro Orenes, jefe de la Unidad Dental del Hospital Quirónsalud Murcia, recuerda la importancia de cepillar los dientes de los bebés desde que asome la primera pieza siguiendo una serie de sencillas pautas y consejos. Los padres son los encargados de la limpieza de la boca del bebé hasta que tenga capacidad de hacerlo por sí mismo, así que lo ideal sería “lavar los dientes desde el momento que hacen su aparición en la boca, con una gasa al principio para no dañar la boca del bebé, mínimo dos veces al día, y después, cuando crezca, utilizar un cepillo de cabezal pequeño y cerdas suaves, con una pasta de dientes con 1000 ppm de flúor del tamaño de una mancha o grano de arroz”. Asimismo, el especialista recomienda no mojar el cepillo antes ni enjuagar después, supervisar y repasar el cepillado y cepillar todas las caras de los dientes. También es una buena idea que los más pequeños se familiaricen con el cepillado bucal dejándoles un cepillo infantil para que jueguen y se lo puedan meter en la boca sin miedo. Así, con el tiempo, no extrañarán que el cepillo entre en la cavidad oral cuando se laven los dientes.

El cuidado dental en niños

Además, tanto el Dr. Bara como el Dr. Orenes subrayan la importancia de que la primera visita al odontopediatra sea antes del primer cumpleaños, y nunca más tarde de los tres años. Igualmente, ambos insisten en que se deben evitar los azúcares en la dieta del niño, sobre todo antes de los 2 años. Es crucial “evitar que el niño coma constantemente (menos de 2 horas) galletas, chocolate, golosinas, yogures azucarados, zumos envasados, pan de molde, patatas fritas, snacks dulces o salados, bebidas con gas… Es la frecuencia de ingesta, no la cantidad, lo que aumenta el riesgo de caries”, insiste el especialista de Quirónsalud Murcia. Por tanto, una dieta sana y equilibrada rica en frutas, verduras, legumbres y lácteos, junto con una correcta higiene bucal, son las bases para tener una boca sana desde la infancia”, concluyen.