¿Qué tienen en común la patata, el tomate y el tabaco?
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¿Qué tienen en común la patata, el tomate y la hoja de tabaco?

La respuesta a esta pregunta puede sorprender a muchas personas, porque en realidad tienen más en común de lo que pueda parecer. No solo comparten su lugar de origen, América del Sur y el hecho de pertenecer a la familia de las solanáceas. También contienen nicotina de manera natural.

La hoja de la planta de tabaco contiene nicotina y es algo que todo el mundo sabe. Pero lo que quizá no es tan conocido es que esta sustancia también se da en ciertos alimentos que consumimos de manera habitual, puesto que se crea en las raíces de las plantas, aunque no todas las especies terminan produciéndola en sus hojas o en sus frutos. Además de las patatas y los tomates, existen otras verduras que también incluyen la nicotina entre sus componentes, como los pimientos, las berenjenas o la coliflor.



¿De dónde viene la nicotina?

¿De dónde viene la nicotina?

La respuesta es sencilla: de las plantas. Más concretamente, y como comentábamos, se encuentra en la familia de las solanáceas, entre las que se incluyen, por ejemplo, los tomates, las patatas o las berenjenas, pero en concentraciones muy bajas.

Algunas plantas, como las mencionadas anteriormente, producen este compuesto orgánico alcaloide porque les beneficia. Sin embargo, el objetivo principal de esta sustancia química en las plantas se desconoce, pero estudios han demostrado que al menos una de sus funciones es defenderse de los ataques de los insectos.





Nicotina para reducir el daño asociado al hábito de fumar

La planta del tabaco es sin duda la que mayor concentración de nicotina tiene. La nicotina puede ser introducida al cuerpo a través de los pulmones, boca y piel, y la forma de absorción determina la velocidad y la cantidad. Una vez absorbida, ingresa al torrente sanguíneo y se distribuye, en distintas concentraciones, a todos los tejidos y órganos, incluido el cerebro. A pesar de que esta sustancia provoca efectos farmacológicos sobre las personas, como el aumento de la frecuencia cardíaca y la presión arterial, y no estar exenta de riesgo y ser adictiva1, la ciencia ha demostrado que la nicotina no es la principal causa de enfermedades relacionadas con el hábito de fumar.

El mayor riesgo asociado al hábito de fumar está en el humo producido al quemar un cigarrillo. El proceso sería: al encender un cigarrillo (con el mechero) se desencadena el proceso de combustión, alrededor de los 400ºC y llega a alcanzar los 600ºC, y con cada calada la temperatura puede pasar de los 800ºC. Son estas altísimas temperaturas las que liberan los altos niveles de sustancias químicas presentes en el humo que inhala el fumador adulto. Los estudios científicos han demostrado que a medida que la temperatura del tabaco aumenta, los niveles de químicos dañinos se incrementan, en tanto que: la combustión provoca que el humo resultante contenga más de 6.000 sustancias químicas, de las cuales se han llegado a detectar hasta 100 compuestos dañinos o potencialmente dañinos.



¿De dónde viene la nicotina?

Cada año, millones de fumadores deciden seguir fumando a pesar de saber que la mejor decisión que pueden tomar es dejar el tabaco y la nicotina por completo. En concreto, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que, a día de hoy, más de 1.000 millones de personas fuman en el mundo, y esta cifra no parece descender, puesto que calcula que para 2025 la cifra será aproximadamente la misma.

En la actualidad, los avances tecnológicos han permitido el desarrollo de los llamados “productos libres de humo”: productos que, al evitar la combustión, no producen humo sino un aerosol o un vapor. Al eliminar el humo, estos productos pueden reducir de manera significativa el nivel promedio de químicos dañinos y potencialmente dañinos, lo que los convierte en una mejor elección en comparación con continuar fumando cigarrillos. Es por ello que estas alternativas libres de humo respaldadas por la ciencia podrían desempeñar un papel positivo para aquellos fumadores adultos que de otro modo seguirían fumando, a pesar de ser alternativas que no están exentas de riesgo y suelen contener nicotina.

1La nicotina es una sustancia adictiva presente de manera natural en la hoja de tabaco. Aunque no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con el hábito de fumar, no es inocua y está contraindicada para determinados perfiles (menores, embarazadas, lactantes, diabéticos, personas con hipertensión o insuficiencias cardiacas).