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Música | Rafael Adobas Bayog Flautista

El flautista ibicenco Rafael Adobas: «En España faltan oportunidades para los músicos jóvenes»

El músico que en 2022 ganó el prestigioso concurso Kobe International Flute Competition de Japón trabaja desde septiembre con la Orquesta Sinfónica de Islandia y mañana ofrecerá en Ibiza un concierto con la OSIB

Rafael Adobas, esta semana, en las instalaciones de Diario de Ibiza.

Rafael Adobas, esta semana, en las instalaciones de Diario de Ibiza. / Sergio G. Cañizares

Maite Alvite

Maite Alvite

Ibiza

Después de más de dos años en Munich (Alemania) estudiando flauta barroca y trabajando como «freelance», el pasado 1 de septiembre Rafael Adobas Bayog comenzó nueva etapa en Reikiavik como flautista principal de la Orquesta Sinfónica de Islandia. El músico ibicenco de 28 años está muy ilusionado con el que es su «primer empleo fijo» y también con la cita musical que tiene en Vila mañana a las 20.30 horas en la iglesia Santa Cruz con la Orquestra Simfònica Illes Balears (OSIB), con la que ya ha tocado en otras tres ocasiones. El repertorio de la formación dirigida por Pablo Mielgo está compuesto por obras de Wolfgang Amadeus Mozart como la obertura de ‘Las bodas de Fígaro’, la Sinfonía núm. 38 ‘Praga’ y el ‘Concierto para flauta en sol mayor’. Esta última pieza es la que contará, como intérprete solista, con Adobas, que ya está en Ibiza desde el pasado fin de semana.

¿Cómo está siendo la experiencia de vivir en Reikiavik y de trabajar con la Orquesta Sinfónica de Islandia?

Increíble. Esta semana pasada tuvimos la primera nevada. Para mí todo es nuevo y mis sentidos están disfrutándolo. Me siento muy identificado con muchos de los valores que tienen como comunidad. No deja de ser una isla, pero a gran escala, y el ritmo de vida es muy lento. Hay mucha espontaneidad, en contraste con otras ciudades en las que he vivido, como Estocolmo o Múnich, donde todo es más frenético. En Reykjavik noto más libertad. Las condiciones en la orquesta son fantásticas. De hecho, tenemos cuatro días de trabajo y tres de descanso y un solo concierto a la semana. Los compañeros son muy amables y comprensivos. Me apoyan muchísimo y como líder de la sección me escuchan mucho. Noto compañerismo y respeto.

¿Cómo llegó a su vida esta oportunidad de trabajo?

La Orquesta Sinfónica de Islandia había hecho tres convocatorias y no había seleccionado a nadie. Yo no hice audición, llegué por recomendación de uno de mis mentores, Emmanuel Pahud, que es flautista solista de la Filarmónica de Berlín. Cuando desde la formación preguntaron si conocía a alguien que pudiera estar interesado en tocar con ellos dio, entre otros, mi nombre. Tuve ocasión de ir a tocar con ellos una semana hace un año y, luego, este febrero estuve tres semanas de prueba y a finales de ese mismo mes me ofrecieron la plaza para empezar el 1 de septiembre con seis meses de periodo de prueba.

¿Qué significa para usted, que ha trabajo con las mejores orquestas, entre ellas, la Filarmónica de Berlín, actuar con la OSIB?

Es una agrupación que he admirado mucho desde siempre. Sabía que era la única orquesta fija que había en las Balears y para mí era un sueño tocar con ella y, a la vez, me daba respeto. La primera vez que tuve la oportunidad se me hizo raro, pero las últimas veces me he sentido más en casa. Se ha creado un vínculo muy personal con ciertos miembros de la orquesta, como las flautas o el director, Pablo Mielgo, y la verdad es que tengo muchas ganas de ir a tocar con ellos siempre que surge la oportunidad.

El flautista Rafael Adobas actuará mañana con la OSIB en la iglesia de Santa Cruz, en Ibiza.

El flautista Rafael Adobas actuará mañana con la OSIB en la iglesia de Santa Cruz, en Ibiza. / Sergio G. Cañizares

En el concierto de este jueves saldrá a escena para interpretar como flautista solista el ‘Concierto para flauta en sol mayor’ de Mozart, una composición con la que debe estar más que familiarizado...

Sí. Es la pieza que más se toca entre los flautistas por el simple hecho de que en las audiciones de orquesta siempre piden el primer trozo del primer movimiento. Entonces tengo con ella una conexión un poco de amor-odio. Es música bonita, pero cuando la has tenido que repetir una y otra vez es como cuando te preparas un tema para unas oposiciones. Sacar esta pieza de contexto y tocarla en un concierto para mí es un alivio porque así la disfruto.

Tengo entendido que Mozart no era muy amigo de la flauta.

Sí, hay correspondencia suya que confirma que no le gustaba la flauta. Tiene óperas en las que utiliza mucho este instrumento, pero hay ejemplos, como el ‘Concierto para flauta n.º 2’, que demuestran que no tenía mucho interés en ella. De hecho, cuando le hicieron este encargo lo que hizo fue coger una pieza que ya había escrito para oboe y le cambió el tono.

¿Qué significa para usted Mozart? ¿Está entre sus compositores favoritos?

Mi compositor favorito va cambiando según lo que esté tocando en el momento. Ahora mismo es Mozart, que para mí significa inocencia. Su música es muy fresca, muy viva. Sus primeras piezas las escribió con cinco años y es uno de los compositores que mantuvo esa frescura a lo largo de su carrera. Sus composiciones conectan a mucha gente con su niño interior.

Comenzó su carrera tocando con la Orquesta de Cámara del Conservatorio de Ibiza, ahora es flautista principal de la Orquesta Sinfónica de Islandia. ¿Se imaginaba llegar donde está con 28 años?

La verdad es que no. Mi madre me decía que llegaría lejos, pero tan lejos a nivel geográfico como Islandia no lo tenía planeado (se ríe). Yo sabía que quería dedicarme a la música y a la expresión artística, ya sea a través de un instrumento, cantando o haciendo teatro, porque hice el bachillerato de Artes Escénicas; pero al principio no tenía muy claro que el objetivo fuera la flauta. Fue algo que surgió sobre la marcha. He tenido la suerte de que he tenido mentores, familia y amigos que me han apoyado y que han sido también una red de soporte emocional y, conforme ha ido pasando el tiempo, el camino ha sido cada vez más claro.

Usted ha estudiado dentro y fuera de España. ¿Cuáles diría que son las fortalezas y debilidades del sistema educativo musical español?

En cuando a lo que es formación musical yo creo que al sistema español no le falta absolutamente nada. Las asignaturas están extremadamente bien diseñadas y hay mucho contenido, incluso demasiado, porque puede redundar en una falta de interés por parte del estudiante. El punto débil para mí es que no hay conciertos para que el alumnado adquiera rodaje. Faltan oportunidades tanto para los que están estudiando como para los que acaban de terminar. Faltan orquestas, financiación, apoyos y espacios.

¿Tiene muchos sueños pendientes como músico?

Mi gran sueño sería ser profesor de flauta en una universidad centroeuropea, porque allí las condiciones son muy buenas, hay salas de auditorio donde los estudiantes pueden enseñar sus trabajos, hay más oportunidades y más orquestas. He tenido ocasión de enseñar en los últimos años en momentos puntuales, dando clases magistrales, y lo he disfrutado muchísimo porque no ha sido solo dar, también he recibido mucho de los estudiantes.

¿Y qué sueña para Ibiza musicalmente hablando?

Ibiza está yendo por muy buen camino. Estaría muy bien que hubiese más ciclos de música clásica como Eivissa Clàssica y que fuesen más regulares. Mi gran sueño es que la isla tenga una orquesta como la Simfònica de les Illes Balears, con conciertos semanales.

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