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Comienza la World Travel Market

El momento «raro» del turismo británico

El mercado turístico del Reino Unido, el principal de los extranjeros para Eivissa, tiene «demasiadas oscilaciones y no invita a la estabilidad, ni mucho menos a grandes crecimientos, como en años anteriores», advierte José Antonio Roselló, economista y vicepresidente de la CAEB. Vive, alerta, una «situación rara», rara, rara.

El ‘premier’ británico, Keir Starmer, el pasado viernes. | CHRIS RATCLIFFE/ EFE

El ‘premier’ británico, Keir Starmer, el pasado viernes. | CHRIS RATCLIFFE/ EFE

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

Londres

Cada año, con motivo del inicio de la World Travel Market, analizamos en este periódico cómo es la situación económica del Reino Unido, nuestro principal mercado turístico extranjero. Y en esta ocasión, José Antonio Roselló Rausell, vicepresidente de CAEB, empresario hotelero y economista, cree que se celebra «bajo una situación rara». Rara por cómo se ha comportado este año el turismo británico con las Pitiusas.

Porque, según los datos oficiales del Instituto Balear de Estadística, el número de viajeros procedente de ese país cayó un 7,1%: «Durante el año 2025, el turismo británico se ha comportado como un carrusel. En mayo (sobre mayo anterior) aumentó un 6,12%; en junio, cayó un 7,66%. En julio se volvió a invertir y aumentó un 10,74%; pero en agosto volvió a caer un 3,07%. Esta evolución se corresponde con las cifras de Aena, que para las entradas del Reino Unido en el aeropuerto de Eivissa, registran una situación prácticamente plana». Y sin embargo, su gasto turístico «en realidad aumentó», subraya.

Durante los años 2023, 2024 e, incluso, 2025, «se puede decir que ha habido una dicotomía entre la macroeconomía y la evolución del turismo, que afecta a diversos países, con especial referencia, por importancia para Ibiza, al británico». Los años postpandemia fueron «de crecimientos débiles en el Reino Unido, acompañados de frecuentes notas inquietantes sobre la caída del nivel de vida y el malestar social», recuerda. En 2023, el PIB creció allí un 0,4% y el consumo privado, «un escuálido» 0,5%: «Sin embargo, se recuerda como un gran año turístico». En 2024 y 2025, ambas magnitudes también fueron débiles (1,1 y 0,6 en 2024 y 1,3 y 0,9 en 2025): «Y aunque en llegadas de turistas se han empezado a apreciar las caídas antes citadas, no ha sido así en gasto turístico», sostiene el vicepresidente de CAEB: «El malestar social -que acabó con el gobierno conservador- no acabó de afectar de manera significativa al turismo».

A su juicio, las caídas de turistas «parecen concretarse en la simultánea caída del turismo hospedado en el alquiler ilegal», si bien considera que «esto todavía no está demostrado». De hecho, apunta que también existe la hipótesis de que «algún subsegmento de la oferta hotelera también puede haber padecido, aunque esto no está tampoco demostrado».

Carrusel del gasto

Por lo que se refiere al gasto turístico de los británicos en estas islas, si bien por persona y día ha aumentado, «ha presentado el mismo carrusel de aumentos y descensos según los meses». Por ejemplo, en agosto, «el gasto por persona y día aumentó el 10,58%, pero el gasto total cayó un 0,9%».

Roselló se pregunta si esta situación «rara» del turismo británico se podría corresponder con la coyuntura económica del Reino Unido «después de unos años postpandemia en que la economía y el turismo parecían ir por caminos diferentes».

Las noticias más recientes sobre la situación de la economía británica «no han sido muy alentadoras», alerta el economista: «En el último informe de la OCDE, que apareció hacia mitad de año, se refleja un caída de la tasa de crecimiento desde el 1,3% previsto para 2025 hasta el 1% previsto para 2026. Las perspectivas no son muy alentadoras, tanto por la incertidumbre de la economía mundial, derivada de los efectos asociados a los aumentos arancelarios y las guerras comerciales impulsadas por los Estados Unidos, como por los aspectos propiamente internos de la economía británica», explica. De hecho, concreta que el segundo trimestre de 2025 la economía británica «aumentó un 0,3%, por debajo del 0,7% del trimestre anterior».

«Concretamente -comenta-, la inflación está repuntando y en julio, por ejemplo, de manera sorpresiva alcanzó su nivel más alto desde inicios de 2024, al registrarse un aumento del índice de precios al consumo del 3,8% interanual». Y con datos como estos, que no son acordes a los objetivos del Banco de Inglaterra, «la rebaja de los tipos de interés se aleja», advierte: «Ahora bien, en sentido contrario, juegan a favor los datos recientemente conocidos de desaceleración del crecimiento salarial, lo cual podría propiciar la gradual reducción de los tipos de interés». Existe, además, un efecto «inducido por la situación monetaria», que es «la caída de la libra, en depreciación continua durante este año.

Paralelamente, el presupuesto del Gobierno británico «no termina de cuadrarse, como efecto de la elevada deuda que arrastra el país». El objetivo del gobierno laborista de Keir Starmer es «reducir la brecha del déficit y las medidas ya acometidas, aunque, a su juicio, «existe la sensación de que se dará una vuelta de tuerca con un aumento de impuestos».

Desempleo en aumento

El desempleo, asimismo, está aumentando en ese país, «y aunque la tasa de paro puede resultar envidiable -un factor que desde el ámbito turístico se sigue con atención, pues la buena marcha del turismo, a pesar de la macroeconomía, se atribuye a las bajas tasas de paro-, está subiendo de manera continua, décima a décima, y ahora alcanza el 4,8%». Se trata, señala, de un factor que se debe seguir con atención, «pues es la causa y el termómetro de los aumentos de costes, no solo desde la óptica empresarial, sino desde la de los hogares» británicos.

Conclusión: «Todas las noticias que provienen del Reino Unido indican que hay que seguir la situación con una gran cautela», resume Roselló, especialmente por «el malestar social, la caída de popularidad del gobierno laborista y la insólita situación de que el partido de extrema derecha de Nigel Farage vaya por delante en las encuestas». De hecho, considera que podría haber «una coherencia entre esa situación rara del turismo británico y la compleja situación económica y social del país».

De ahí que la feria de Londres que empieza este martes podría «dar una pauta» de lo que está por venir, «aunque no definitiva». Hay que estar, sugiere, «vigilantes respecto a un mercado emisor que sigue siendo el primero en Eivissa, pero que, al menos por su comportamiento reciente, presenta demasiadas oscilaciones y no invita a la estabilidad, ni mucho menos a grandes crecimientos, como en años anteriores».

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