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Ibiza

Los comerciantes de es Pratet asumen que no recuperarán sus pérdidas millonarias por la dana: "De impuestos no perdonan un duro"

Los más afectados por las inundaciones todavía siguen limpiando y descubiendo nuevos daños en sus locales

Los comerciantes reclaman celeridad en las ayudas un mes después de la dana

Sergio G. Cañizares

Guillermo Sáez

Guillermo Sáez

Ya ha pasado más de un mes de la primera dana que pasó como un rodillo sobre los comerciantes de es Pratet y la compleja situación que siguen soportando muchos de ellos todavía está lejos de resolverse.

No hay más que ver los almacenes de Náutica Ereso, uno de los comercios situados frente al puerto de Ibiza, en primera línea de fuego, o en este caso de agua, para entender que las consecuencias de aquellas históricas inundaciones siguen y seguirán coleando.

"Seguimos con miedo, nunca habíamos mirado tanto al cielo. Tampoco hemos visto una acción directa durante este mes", apunta Joan Costa, uno de los cuatro hermanos que gestiona este negocio familiar, a Diario de Ibiza.

Sale de su tienda para mostrar que la acequia que tienen justo al lado "sigue llena de suciedad" y para avisar de que "si vuelve a llover será un bloqueo". Agradece al concejal de Limpieza, Jordi Grivé que "metiera la excavadora" buscando más espacio para que las lluvias evacuen al mar, pero lamenta que esta obra "se ha parado".

"Estamos en noviembre, vamos en manga corta, el mar está súper caliente y puede haber otra dana similar. Los comercios de aquí seguimos todos en guardia. Miro más el parte meteorológico ahora que cuando navegaba", relata junto a su local, en cuyas tripas continúan las labores de limpieza, después de 22 días de cierre obligado por los desperfectos.

Almacén de la tienda donde se apilan las anclas

Almacén de la tienda donde se apilan las anclas / Sergio García

La tienda ya luce de nuevo buen aspecto y la afluencia de clientes es continua, pero el dueño no puede olvidar todo lo que han perdido: "Ordenadores, baterías, toda la ropa que es imposible de lavar porque el barro no se va, los equipos electrónicos, las neveras eléctricas, infinidad de menudería, toda la librería naútica.….".

Su informe de daños económicos, que esta misma semana espera presentar ante el Consorcio de Compensación de Seguros, hace una estimación "por encima del medio millón de euros".

Y aunque estuvo "muy bien la visita que hicieron el primer día" los políticos, cree que "estaría bien alguna propuesta a todos los afectados del barrio de es Pratet, como agilizar créditos con intereses bajos o aplazar pago de impuestos municipales". "La semana siguiente de haber sufrido todo tuvimos que ir a pagar los impuestos municipales y nadie nos perdonó ni un duro", subraya.

200.000 euros en la ferretería

La ferretería Torres Guasch fue otro de esos comercios en los que el agua entró por todas las vías posibiles. Por eso, Jaume Ribas, se está planteando instalar un nuevo sistema para evitar inundaciones.

"Me ha estado mirando un amigo unas barreras de contención que usan en Colonia (Alemania). Tienen buena pinta, pero claro, es una inversión que hay que hacer para un problema que las autoridades tendrían que solucionar, al menos lo máximo posible", reclama.

El almacén ya no es el escenario de guerra que mostraba hace un mes, pero sigue habiendo objetos llenos de barro de destino incierto. No se atreve a tirarlos, intentará salvar todo lo que pueda porque es "pesimista" con la posibilidad de recuperar todo lo perdido. En su caso, la valoración de daños asciende a 200.000 euros.

Jaume Ribas, de la ferretería Torres Guasch

Jaume Ribas, de la ferretería Torres Guasch / Sergio García

"Ojalá el Consorcio se portara como tiene que portarse, pero todo el mundo me dice que el 100% nunca te lo pagan. Además, hay material que, igual que pasa con un coche, cuando lo compras ya no es nuevo. Y las horas que hemos trabajado aquí hasta los domingos no te las va a pagar nadie. El daño físico y psicológico que tenemos, tampoco", asevera, mientras sigue "rezando para que no vuelva a pasar" otro suceso similar.

En esta ferretería han pasado "un mes muy atípico" en el que han tenido que "hacer un horario especial para estar limpiando y atendiendo a la vez", domingos incluidos. Mientras se han dejado la piel tratando de volver a la normalidad, no han "sabido nada de las reclamaciones".

"Los últimos papeles se entregaron la semana pasada y el perito nos dijo que tuviéramos paciencia, pero aún no sabemos nada. Y en cuanto a las ayudas del ayuntamiento no tenemos ni idea, ni cómo funcionan. La Pimeef tampoco debe de saber nada porque no nos ha dicho nada. Todavía no ha habido ninguna ayuda de ningún tipo".

Objetos en la ferretería que siguen llenos de barro

Objetos en la ferretería que siguen llenos de barro / Sergio García

Además, Ribas considera que las medidas emprendidas por el ayuntamiento en el barrio para aliviar los caminos de la lluvia al mar "han sido útiles", pero apostilla que "aún tienen que hacer muchas cosas"."Tienen que dejar la vía libre del agua para que pueda salir al mar porque solo con los dos canales de aquí no es suficiente. Tienen que dejar otros sitios. En Palma tienen las rieras para que el agua salga al mar, pero aquí no, aquí está todo cerrado", vuelve a alertar

Más de 70 vehículos a la basura

El siguiente comercio en esta manzana de veteranos de guerra es Mondo Rent, una empresa de alquiler de vehículos en la que Luigi no se atreve a dar una cifra concreta, como sus colegas de acera, pero sí adelanta que "la valoración de daños es bastante alta".

Luigi, tras el mostrador de Mondo Rent

Luigi, tras el mostrador de Mondo Rent / Sergio García

"Hemos perdido unas 30 motos y unas 40 bicicletas eléctricas También tenemos varios daños en la propia tienda como puertas hinchadas, pérdida de documentos, ordenadores, impresoras…", enumera, añadiendo que, a día de hoy, todavía sigue descubriendo nuevos daños en el local. Y aclara que el quad que tiene aparcado en la puerta tampoco funciona, así que ya solo es un mero reclamo publicitario.

"Ya estamos en contacto con el Consorcio y han venido algunos peritos para ver los daños. Creo que va un poquito lento porque los afectados somos muchos. Espero que se pueda resolver cuanto antes porque ha sido un impacto muy fuerte y, encima, a final de la temporada", expresa.

En otros locales, como el salón de juegos adyacente, están tan cansados del tema que ya no quieren ni hablar. Al menos dejan ver el interior de local, donde siguen amontonadas máquinas muy caras que todavía no saben si volverán a funcionar. Aún así, pretenden reabrir antes de que acabe este mes.

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