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Piden doce años de cárcel a un hombre por abusar sexualmente en Ibiza de un menor al que conoció en redes sociales

El acusado engañó al menor invitándole a jugar a un videojuego y echó el pestillo de la habitación para someterlo

El patio interior de la Audiencia Provincial de Palma.

El patio interior de la Audiencia Provincial de Palma. / MANU MIELNIEZUK

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

Ibiza

La Audiencia Provincial juzga esta mañana a un hombre acusado de agresión sexual a un menor para el que la Fiscalía solicita doce años de prisión y la prohibición de aproximarse a menos de cien metros de la víctima o comunicarse con ella durante 20 años. También solicita que el hombre, en prisión desde noviembre de 2022, pague una indemnización de 15.000 euros.

Los hechos sucedieron en Ibiza a mediados de febrero de 2022, según relata el escrito de acusación, cuando el acusado envió una solicitud de amistad a través de redes sociales a la víctima, que en aquel momento tenía quince años. El menor la aceptó y comenzaron a hablar sobre videojuegos. "Unos días después le preguntó qué edad tenía, respondiéndole que quince años. El procesado, que le dijo que tenía 19, le preguntó si era bisexual o heterosexual, y si 'le gustaría tener rollo con él', a lo que el menor le dijo que no", se lee en el escrito del caso. Durante varias semanas, el acusado estuvo "ganándose la confianza" del menor, al que, a principios de marzo "invitó a su vivienda con la excusa de jugar al videojuego 'Naturuto Shippuden'", a lo que el menor accedió.

El acusado, un español que comparte piso, llevó menor a su habitación. Cuando éste entró, echó el pestillo a la puerta, "que se encontraba en la parte superior y empezaron a jugar a videojuegos". Pasado un rato, según detalla el escrito presentado por la Fiscalía, el acusado "con ánimo de satisfacer su deseo sexual, introdujo su mano por dentro del pantalón y de la ropa interior de la víctima, tocándole el pene y los testículos, contra la voluntad del menor, el cual apartó la mano y continuó jugando".

Quería irse, pero "no alcanzaba a quitar el pestillo"

La victima le dijo que se quería ir e intentó salir de la habitación "pero no alcanzaba a quitar el pestillo", momento en el que el acusado le amenazó diciéndole "que si gritaba se las vería después con él". La amenaza surtió efecto, según el relato del escrito de acusación, ya que el menor, con "gran temor", volvió a sentarse.

"El procesado, guiado por el mismo ánimo lascivo, le quitó la ropa a la víctima y se la quitó él mismo", tras lo que le pidió que le hiciera una felación. El menor se negó, pero el encausado no aceptó la negativa y le obligó a hacerlo antes de intentar penetrarle analmente. El dolor que sentía el menor hizo que desistiera, pero le obligó entonces a que lo hiciera él. "Por temor a lo que le pusiera pasar si se negaba, así lo hizo", indica el escrito, que detalla que tras esto "se vistieron, el investigado abrió la puerta y fue a la cocina", momento que el menor, aprovechó "para salir de la habitación y marcharse del piso".

Tras esto, la víctima bloqueó al encausado en Instagram, pero el enjuiciado trató de contactar con él a través de otros perfiles. Fue entonces cuando el adolescente se lo contó a su madre. No denunción antes los hechos "por miedo a las represalias que pudiera tomar el procesado".

Según indica el texto de la Fiscalía, el menor sufrió secuelas como consecuencia de la agresión sexual: "Trastorno de estrés postraumático con expresión retardada, con síntomas de intrusión, evitación, alteraciones cognitivas y del estado de ánimo, disminución del interés o participación en actividades significativas y alteración importante de la alerta y reactividad (hipervigilancia, problemas de concentración, alteración del sueño), necesitando tratamiento psicológico".

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