La larga historia del centro yoga en Ibiza que alquilaba tipis, hamacas en árboles y un bus 'vintage'
El centro de Benirràs que ahora desmantela las cabañas y estructuras ilegales alquilaba en 2019 a través de Airbnb todo tipo de infraalojamientos turísticos

El autobús 'vintage' que se alquilaba en el retiro de yoga / Airbnb

Dos tipis, un bus vintage, un número indefinido de tiendas de campaña, una choza, una hamaca, ocho habitaciones, un almacén y un granero. Estos son los 16 alojamientos que, en 2019, ofrecía a través de Airbnb el centro Ibiza Yoga que, tras años de desobediencia, ha comenzado a desmantelar las cabañas y estructuras construidas ilegalmente en la finca. El centro se encuentran en una finca de Sant Joan, en la zona de Benirràs, que desde hace años ofrece tanto alojamiento turístico como retiros de yoga.
Las construcciones que ahora ha desmantelado estaban en un Área Natural de Especial Interés (ANEI) y contra ellas el Ayuntamiento de Sant Joan había dictado una orden de derribo que había expirado en septiembre del año pasado. Precisamente este mismo mes de septiembre el centro fue precintado por funcionar ilegalmente como establecimiento turístico y ofrecer clases de yoga sin licencia de actividad. Sin embargo, estas cabañas se denunciaron por primera vez en 2013.
Más de 1.500 euros al día de ganancias
Pero no es la única ilegalidad que estaban cometiendo. El verano de 2019, con el auge de Airbnb y los anuncios de alojamientos peculiares en Ibiza, este diario publicaba todo lo que los propietarios del retiro de yoga de Benirràs alquilaban. Un imperio tan jugoso económicamente (estaban prácticamente reservados todo el verano) como sorprendente. En aquel verano el alquiler de los 16 alojamientos de la finca les rentaban a sus gestores la nada despreciable cantidad de 1.500 euros al día. Sin extras, porque la anfitriona cobraba por algunos servicios: 25 euros por llegar pasada la medianoche, 10 euros al día por un ventilador o calentador, 3 euros diarios por usar la cocina de la casa principal, 10 euros por la llave, 5 para poner una lavadora...
Uno de los alojamientos más sorprendentes que ofrecía el centro hasta que le obligaron a retirarlos eran las hamacas. Unas piezas de tela tendidas entre dos árboles en mitad del bosque que rodea la finca y por las que cobraban hasta 23 euros por noche: «Perfecta para quien sólo requiera una solución para dormir o quiera vivir una experiencia exterior», vendían.

Las hamacas que se ofertaban en Airbnb / Airbnb
Luego estaba la choza de meditación y el «autobús vintage», un autocar de 1959 en el que la noche, a mediados de agosto de 2019, alcanzaba los 133 euros. Y eso a pesar de que nadie tenía la llave del vehículo y no se podía cerrar, por lo que dejar algo dentro no era muy seguro.
También en el exterior estaban los tipis, montados junto a las tiendas de campaña. A 220 euros la noche en el último julio prepandémico. El bueno, porque otro de los tipis era más pequeño y tenía agujeros en la tela: «No las hemos reparado aunque no tiene buen aspecto porque permiten que entre el aire», explicaban con un cuajo que ni el Dalai Lama en el anuncio, el que se detallaba que dormir en él eran 123 euros la noche a mediados de agosto.

Uno de los tipis de la finca / Airbnb
De 'La cárcel' a 'La casita'
Fuera de la casa principal esta británica aficionada al yoga ofrecía también el alojamiento bautizado como «the cube» (Airbnb lo traducía como «granero»): una antigua caseta de herramientas en la que la ventana carecía de cristal y en la que los inquilinos debían tener cuidado al desenchufar algo ya que podían dejar sin luz el interior de los dos tipis. A 110 euros en temporada, más los gastos de servicio y limpieza salía tan encantador espacio. Con mucha guasa no tenían reparos en bautizar como «the jail» ( «la cárcel») otro espacio, una sala en la que apenas cabía una cama de 90 centímetros. «Originalmente la sala de calderas de la villa», comentaba la anfitriona sobre este espacio que vendía «para aquellos a los que no les importan los espacios pequeños, tienen un presupuesto limitado, pero quieren su propio espacio privado semi al aire libre».
A todas estas peculiares ofertas de alojamiento turístico ilegal había que sumar todas las habitaciones que se alquilaban en la casa principal, ubicada a 150 metros de la playa de Benirràs: tres en «The casita» y cinco en Villa Roca, todas ellas entre 48 y 110 euros la noche.
Suscríbete para seguir leyendo
- Usaban coches de lujo para traficar con drogas en Ibiza: todos a la cárcel y más de 21 millones en multas
- Las cámaras de seguridad desvelan por qué cayó al vacío el paciente que murió en el hospital de Ibiza
- ¿Quién era el hombre fallecido al precipitarse al 'parking' del hospital de Ibiza?
- Unos encapuchados maniatan y golpean a una mujer mayor en Sant Antoni para robarle las joyas
- Se enfrenta a dos años de cárcel por meter los dedos en la vagina de una mujer en una discoteca de Ibiza
- Envía a una conocida a recoger un paquete repleto de drogas en Ibiza
- Un huésped roba en seis hoteles de Ibiza en 48 horas y se lleva 38.000 euros y joyas
- Vuelven las lluvias a Ibiza y Formentera