Premis Diario de Ibiza | Protección del Medio Ambiente
Premio Diario de Ibiza a Es Rafal Trobat, el gran ejemplo a seguir para las zonas forestales de Ibiza
La asociación de vecinos de este enclave, que nació para evitar los vertidos de escombros de obra en la naturaleza, se ha destacado por sus planes de gestión forestal y reaprovechamiento del agua

Grupo de vecinos de es Rafal Trobat, constituidos como asociación desde 2007. | V.MARÍ

No eran pocos los ibicencos, incluso de pura cepa, que hasta bien entrado el nuevo milenio no sabían localizar es Rafal Trobat en el mapa. Este enclave, el más apartado y abrupto de Sant Jordi, consta de una serie de valles con una sola salida hacia el sur.
«Era muy pobre, sin agua, por eso fue una de las zonas de Ibiza en las que más se tardó en establecerse gente y una de las primeras en despoblarse», apunta Rafa Tur. Él es el tesorero de la asociación de vecinos y el catalizador de los proyectos de gestión forestal y de aprovechamiento del agua que les han consolidado como ejemplo a seguir para el resto de la isla.

La balsa naturalizada, llena a rebosar tras las lluvias de la tormenta ‘Ex Gabrielle’. | V.MARÍ
Buena parte de la veintena de familias más activas de este colectivo no reside en es Rafal Trobat, sino que conserva alguna propiedad o, incluso, solamente un trozo de bosque. Como Maria Ribas, de Can Cama, hija de los majorals de la finca de Can Manyà. «Es tierra de secano, así que solo sembraban grano y recogían higos, almendras y algarrobas», recuerda. Además del campo, la recogida de la sal en ses Salines era el otro sustento habitual de la gente de la zona por aquella época.
Ribas andaba más de una hora cada día para llegar al colegio de ses Monges de Sant Jordi, hasta que, a los once años, su familia bajó a vivir al pueblo. En cambio, Rafa Tur, de una generación más joven, ha realizado el camino inverso y hace 30 años que se trasladó al monte, para vivir en la casa de campo de su familia materna.
Para calcular cuántos vecinos o personas con segunda residencia siguen estrechamente vinculadas a es Rafal Trobat, existe un peculiar censo: «Cada año nos juntamos unas 150 personas en la comida de hermandad», detallan. También se reúnen a finales de junio o principios de julio para el taller de elaboración de hierbas ibicencas.

Centro de divulgación de la abeja ibicenca, que aprovecha las ruinas de una vieja casa en es Rafal Trobat. | IRENE VILÀ CAPAFONS
Antes de consolidar estos encuentros anuales, ahora de carácter festivo, el motivo que les hizo organizarse fue el puro hartazgo por la falta de respeto al medio ambiente. «Había un punto lleno de coches abandonados y de porquería. Dijimos basta y, en febrero de 2007, nos juntamos para limpiarlo», recuerdan.
Un mes después, con un representante de cada una de la veintena de familias que se movilizaron para retirar aquel vertedero, se constituyó oficialmente la Asociación de Vecinos de es Rafal Trobat. Para que no se repitieran los problemas con los camiones que arrojaban escombros de obra en cualquier rincón del bosque, colocaron grandes piedras bloqueando los huecos que se abrían en los caminos, impidiendo así que se adentraran los vehículos.

Depósito para la lucha contraincendios en sa Serra Grossa. | J.A.RIERA
Desde entonces, este colectivo se empezó a destacar por su empeño en mantener en perfecto estado sus terrenos y prevenir así los incendios. Cada año llevan a cabo campañas de arado gratuitas para todos los vecinos con terrenos agrícolas o semiagrícolas.
Igualmente, también siembran forraje que sirve de alimento para los animales. «Si vamos cuidando el campo, creamos un mosaico agroforestal que impide la propagación del bosque y sirve de cortafuegos en caso de que se origine un incendio. Cada año invertimos entre 25.000 y 30.000 euros en este mantenimiento», valora Tur.
Fruto de este mismo compromiso, estos vecinos son unos de los fundadores de la Asociación de Propietarios Forestales de Ibiza, que impulsó la instalación de depósitos de agua contraincendios. Uno de ellos, cómo no, protege sa Serra Grossa desde es Rafal Trobat.

Panorámica de unas casas tradicionales en el valle. | J.A.RIERA
Plan de gestión forestal
El pasado mes de junio, la asociación de vecinos presentó su nuevo plan de gestión forestal para los próximos diez años, elaborado por el ingeniero de Montes Vicent Ribas. Es el que cubre mayor superficie de toda la isla, con un total de 320 hectáreas, ya que ahora, además de es Rafal Trobat, también abarca el coto colindante de Can Xumeu.
Esta herramienta de ordenación del territorio contempla actuaciones por un valor de hasta 1.500.000 euros. Evidentemente, será difícil que se llegue a invertir todo ese presupuesto, ya que se trata de una «planificación de máximos».
«Recopilamos todo lo que se podría llegar a ejecutar en una década si tuviéramos suficientes recursos. Gestionar toda esta masa forestal y patrimonio etnográfico, con la recuperación de muros de piedra, cultivos y limpiezas, es todo un pastizal».
Una de las novedades de este nuevo plan de gestión es que, además de mantener el característico mosaico agro-forestal, incluye un diagnóstico del estado de las masas boscosas de es Rafal Trobat y Can Xumeu. Entre sus prioridades, destaca una campaña de eliminación de los pinos muertos por los escarabajos Tomicus destruens y Orthotomicus erosus. La falta de agua, que debilita a los pinos y los hace más vulnerables a estos insectos, ha favorecido esta plaga.
Precisamente, la preocupación por el aprovechamiento de los recursos hídricos ha sido el otro gran campo de batalla del colectivo vecinal durante sus 18 años de historia. No obstante, es Rafal Trobat está enclavado en sa Serra Grossa, cuyo acuífero es el que se encuentra en peor estado de toda la isla.
320 hectáreas
El nuevo plan de gestión forestal, que han encargado los vecinos para los próximos diez años, abarca un total de 320 hectáreas. Además de es Rafal Trobat, el nuevo proyecto también incorpora toda la superficie del coto de Can Xumeu.
Recuperación del ‘calàpet’
La balsa naturalizada que se constuyó en es Rafal Trobat es uno de los humedales que se emplearán en la prueba piloto para reintroducir el calàpet, el sapo verde balear. Se trata de un aljibe con capacidad para almacenar hasta300.000 litros de agua.
La abeja ibicenca
Las ruinas de una casa de la zona se han reconvertido en un centro de interpretación de la abeja ibicenca. Es Rafal Trobat también participa activamente en la recuperación de esta especie autóctona, en proceso de regresión, con 45 colmenas gestionadas por un apicultor.
Aprovechamiento del agua
En 2016, de la mano del ingeniero agrónomo Andreu Vila Pascual, emprendieron un sistema para retener el agua de lluvia, que hasta ese momento discurría pendiente abajo hacia el Pla de Sant Jordi, para facilitar que se infiltrara en el subsuelo.
Para ello, se labran los bancales elevando el terreno más cercano a los muros de piedra, creando una pendiente que desciende hacia la parte interior. «Así se forma un sistema de pendientes invertidas, se consigue laminar el agua, se evita la escorrentía y toda el agua se acaba filtrando en el subsuelo».
Con este plan de actuación, en vez de quemar los restos vegetales, como es práctica habitual, estos se trituran y se esparcen para incrementar el nivel de materia orgánica en la tierra. Con ello, también se incrementa la capacidad de retención hídrica. Igualmente, se han levantado nuevos bancales con frutales de raíces profundas para favorecer la infiltración de agua.
La tormenta ‘Ex Gabrielle’ ha servido para poner a prueba, con éxito, esta planificación. «Este sistema ha impedido que se formaran riadas. La Administración sigue el modelo de limpiar los barrancos, lo que facilita que el agua coja velocidad y se pierda. Es mejor que se vaya roturando el terreno para que se lamine el agua y acabe infiltrándose, que es lo que ha pasado ahora en es Rafal Trobat», destaca Tur.
Da buena fe de ello el aljibe en forma de balsa naturalizada construida en 2019 y con capacidad para almacenar hasta 300.000 litros, que se ha llenado a rebosar. El agua que vierte por sus muros acaba en los bancales siguientes, donde también se estanca.
Esta estructura cumplirá un segundo objetivo ambiental, ya que es uno de los humedales elegidos en Ibiza para la prueba de reintroducción del calàpet, el sapo verde autóctono de Balears. Es Rafal Trobat ya participa en la preservación de otro endemismo, la abeja ibicenca, que se encuentra en regresión frente a especies foráneas. Para ello, cuentan con 45 colmenas, gestionadas por el apicultor Werner Salewski, y un pequeño centro de interpretación del proyecto en las ruinas de una vieja casa payesa.
Lucha vecinal
La labor de la asociación vecinal ha ido más allá de la gestión de sus terrenos y, gracias a sus movilizaciones, han participado en dos grandes hitos para la preservación del ecosistema: el desmantelamiento de la desaladora móvil de ses Eres, que sobreexplotó y salinizó el acuífero de sa Serra Grossa hasta 2016, y el reciente cese de la actividad de extracción de áridos en la cantera de Can Xumeu.
«Queremos vivir en un sitio que quede bien cuidado para las generaciones que nos seguirán, pero también podemos ser un ejemplo para otros sitios de Ibiza interesados en seguir estas iniciativas», sentencia Tur.
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