Dana en Ibiza: Un ‘sprint’ final de temporada agridulce en Platja d'en Bossa
Los negocios de Platja d’en Bossa, zona que sufrió especialmente los efectos de la dana del martes, se acercan a la normalidad tras unas jornadas de intenso trabajo para achicar agua, limpiar y retirar material estropeado
Quedan pocas semanas de la temporada 2025, que acaba con una rara sensación por el susto y los desperfectos de las lluvias torrenciales

Varias personas, este domingo por la mañana, en Platja d’en Bossa en un día de viento y gris. / TONI ESCOBAR

«Debido a las inclemencias meteorológicas e inundaciones, nos vemos obligados a cerrar antes de lo previsto por los desperfectos ocasionados. Disculpad las molestias. Nos vemos el 1 de marzo de 2026». Es lo que se lee en el cartel que hay pegado al cristal del restaurante Pago Pago by Ibiza Jet, situado en el mismo recinto de los apartamentos Jet.

Platja d’en Bossa en una imagen de este domingo. / TONI ESCOBAR
Sin embargo, este domingo este diario pudo comprobar que la recepción funciona con normalidad, por lo que este hotel no ha cerrado, como sí lo han hecho, hasta la próxima temporada, empresas afectadas como Ibiza Gran Hotel (del paseo Joan Carles I de Vila) tras registrar daños «en sus sistemas eléctricos e instalaciones esenciales», o el Vibra Tropical Garden, también en la capital, tras el derrumbe de parte de la ladera de la montaña (propiedad de un tercero) que hay detrás del edificio.
Clara mejoría
A pesar de los destrozos y las pérdidas ocasionadas por la dana, y del adelanto de algunos cierres, este domingo la sensación que dejaba pasear por Platja d’en Bossa era diametralmente opuesta a la que ofrecían las imágenes de los días inmediatamente posteriores a la tromba, sobre todo el miércoles, al día siguiente. Las calles son perfectamente transitables a pie y en coche y ya no quedan hoteles que continúen inundados, al menos en las zonas visibles y frecuentadas por los clientes, porque no es descabellado pensar que seguramente falta culminar los trabajos de limpieza y acondicionamiento de algún sótano.
De hecho, ayer todavía limpiaban y achicaban agua en algún que otro local comercial. En todo caso, la mejoría es evidente y todavía quedan unas semanas de temporada para quienes continúan con las puertas abiertas.

Cartel que avisa del cierre del Pago Pago hasta 2026. / TONI ESCOBAR
Palladium
Otro ejemplo claro de mejora es el del Grand Palladium White Island, que fue desalojado y sus clientes reubicados, sobre todo en el Hard Rock y en el Grand Palladium Select. En todo caso, el objetivo de la cadena es reabrir hoy mismo, lunes, el White, según anunciaron hace unos días en un comunicado. «El miércoles y el jueves desviamos clientes, sobre todo el jueves. Evacuamos el White y los reubicamos en el Hard Rock y otros hoteles de la compañía; sobre todo en el Hard Rock, que tenía previsto cerrar precisamente el martes, el día de la tormenta», explica a este diario Denís Aldrey, subdirector del Grand Palladium Select Palace Ibiza y del White Island.
Así, el Hard Rock, al contrario que otros establecimientos que no han tenido más remedio que adelantar su cierre, ha alargado su temporada para poder acoger a huéspedes del White. En las tareas de normalización en las zonas afectadas de la isla han colaborado muchos organismos públicos y muchas empresas, particulares y voluntarios. Destaca, por ejemplo, la labor de la Unidad Militar de Emergencias (UME). «Con la UME hemos hecho un zafarrancho para desanegar toda la zona. Nos ha apoyado muchísimo. En la madrugada del martes al miércoles, ya en miércoles, me llamaron a la una y la UME ya estaba aquí. Desde entonces, hasta ayer [por el sábado], que es cuando se han marchado, han estado aquí dando apoyo», explica Aldrey sobre el proceso de recuperación del White Island.
Personal volcado
También destaca que, tras achicar el agua, el personal se ha volcado para limpiarlo todo. Preguntado por las cancelaciones, el subdirector afirma que se han producido muchas menos de las que se esperaban, y confirma que, lógicamente, clientes que estaban por llegar a la isla llamaron para informarse sobre la situación que se estaba viviendo.
El día de la tormenta, la cadena puso a disposición de los clientes, a través de la empresa de transportes Dipesa, autobuses para que pudiesen realizarse los trayectos entre el hotel y el aeropuerto. «Fue una flota de autobuses para que nadie perdiese el avión, en la medida de lo posible».
Si bien el White Island sufrió más las consecuencias de la dana que el resto de hoteles de Palladium —«toda el agua, desde la entrada hasta el final de la zona de la piscina, quedó al mismo nivel, a unos 40-50 centímetros de altura del suelo»—, en el Grand Palladium Palace las habitaciones han quedado «intactas». «La piscina quedó anegada, pero las habitaciones estuvieron intactas en todo momento», detalla.
Coches anegados
Entre los dos hoteles de los que Aldrey es subdirector, hay un aparcamiento de tierra y justo enfrente Naira Melikyan, canaria, está limpiando su coche, al que entró agua hasta los asientos. Este es su primer año como trabajadora de temporada en Ibiza y le aliviaba pensar que al menos lo había dejado aparcado en asfalto, pero finalmente tampoco se libró del agua. «Lo acabo de encender y lo estoy vaciando con cubos. Estaba tranquila porque pensaba: bueno, no está en la parte de tierra, no se me va a hundir el coche. Pero al final he salido mal parada. El agua llegó a la mitad del coche. En teoría funciona bien. Me fallan los airbags, eso sí, y los talleres están todos ocupados y algunos no quieren coger coches por inundación».
Turistas
Claudia González y Patricia Faretta son turistas argentinas (de Saladillo, en la provincia de Buenos Aires) y llegaron a la isla, que no conocían, el sábado por la noche. Acaban de estar en otros lugares de España y fue en el trayecto en taxi desde Benidorm hasta Denia, antes de venir a la pitiusa del norte, cuando el conductor les informó en profundidad del paso de la dana. Ambas se alojan en los apartamentos Jet. «Nosotras ya nos hemos encontrado todo más o menos ordenado, pero, por ejemplo, hay un supermercado acá a la vuelta que está en el subsuelo y sigue cerrado», comenta Claudia.
Joan Francesc Serra, encargado del rent a car Autos Es Caná, explica que han tenido suerte porque ninguno de sus vehículos ha registrado incidencias y el agua no llegó a entrar al local, que está a una mayor altura que la tienda de ropa contigua, que sí se inundó.
Tras el mostrador también se encuentra Patricia Contreras Lara y ambos hablan con varios clientes en el transcurso de la conversación con este diario. Desde el mismo miércoles trabajan con normalidad. «El martes yo iba a la UIB y al llegar a la rotonda de la Guardia Civil vi que no podría avanzar, así que decidí quedarme en Cas Serres y aparqué en la zona de la biblioteca. Pensé: voy dentro a refugiarme. Cuando llegué, empapada, también había agua dentro», relata Contreras.
La tienda contigua a este rent a car que sí se inundó es Oh Bongo, confirma su propietario, Ibrahima. «Hemos perdido mucho material: vestidos, ropas, zapatos... un poco de todo», dice mientras enseña vídeos de la inundación. El jueves pudieron volver a vender.

Vídeos cedidos por diferentes negocios: Ibrahima / Joan Francesc Serra / Patricia Contreras Lara
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