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Premis Diario de Ibiza 2025

Premio Diario de Ibiza a Pepita Gabaldar: Un cuarto de siglo ayudando a los enfermos de cáncer en Formentera

La presidenta de la Junta local de Formentera de la Asociación Española Contra el Cáncer tomó las riendas de su familia cuando el cáncer apareció en sus vidas y se volcó en devolver la ayuda recibida

Pepita Gabaldar, presidenta de la Junta local de la AECC en Formentera.

Pepita Gabaldar, presidenta de la Junta local de la AECC en Formentera. / P.M.V.

Pilar Martínez

Pilar Martínez

Formentera

Lo normal, lo esperable y lo justificable es que una persona reaccione ante una fatalidad personal o en el seno de su familia con amargura, resquemor y algo de pesimismo frente al futuro.

Afortunadamente, algunos seres humanos deciden salirse de la norma y convertir su desgracia en una bendición para quienes les rodean. Este es el caso de Josefa Gabaldar, Pepita, presidenta de la delegación en Formentera de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC) desde su formación en el año 2015.

Pepita rodeada por Isabel Mayas y María Rosa Gabaldar, su hermana. | P.M.V.

Pepita Gabaldar y su marido, Vicente Bosch, en el jardín de su casa en una imagen reciente. / P.M.V.

Gabaldar recibió como un mazazo el diagnóstico del cáncer de su marido, Vicente Bosch, cuando ambos formaban una joven familia instalada en Formentera procedentes de su Valencia natal, con dos niños pequeños y un atractivo futuro por construir. La enfermedad se llevó por delante la forma de vida que conocían, pero Gabaldar no se quedó en la queja y se recompuso como pudo, en parte gracias a los voluntarios de la AECC: «Fueron los primeros y casi los únicos en ayudarme en un momento muy difícil», según contaba esta energética mujer a Diario de Ibiza en una entrevista publicada el pasado 17 de agosto.

Un cuarto de siglo ayudando a los enfermos de cáncer y a sus allegados

Pepita rodeada por Isabel Mayas y María Rosa Gabaldar, su hermana. / P.M.V.

Voluntariado en Ibiza

Tras regresar a Formentera después de dos años de un intenso tratamiento médico en Valencia que logró salvar la vida de su marido, Gabaldar no dudó en hacerse voluntaria de la asociación para devolver, en parte, lo que ella y su familia habían recibido durante su dura estancia en el hospital. «Los voluntarios se volcaron conmigo y con mi marido con cosas tan sencillas pero tan importantes en ese momento como quedarse con él en el hospital cuando yo no podía o llevarme y traerme a citas médicas», recuerda en la entrevista.

Por aquel entonces, hace ya 25 años, la AECC no contaba con una sede en la pitiusa del sur, y los pocos voluntarios de la isla prestaban su ayuda en Ibiza.

Junto a Sue Marí, que era presidenta de la Junta local de la isla vecina de la AECC en ese momento, empezaron a «organizar alguna cosa en Formentera, a informar a los pacientes con cáncer de la isla de las ayudas que podíamos conseguirles», explica Gabaldar .

Una persona tan valiosa, por su energía, optimismo, empatía y dedicación, no pasó desapercibida para el oncólogo de reconocido prestigio internacional Javier Cortés, que fue el presidente de la AECC en Balears desde 2016 hasta 2021. Fue él quien propuso a Gabaldar formar y presidir una nueva Junta local en Formentera, que fue anunciada públicamente el 1 de diciembre de 2015.

Desde entonces, las voluntarias de la AECC en Formentera se han convertido en los ángeles guardianes de los pacientes oncológicos y sus familiares de la pitiusa del sur, una isla que por su aislamiento no ofrecía hasta finales de 2014 ni siquiera la posibilidad de recibir tratamientos de quimioterapia, lo que obligaba a los enfermos a trasladarse a Ibiza para recibir sus sesiones, con el sufrimiento y malestar añadido que eso suponía.

Ahora tienen una sala a su disposición en el Hospital de Formentera, donde las voluntarias de la AECC atienden las necesidades de carácter no sanitario de los enfermos. «Se turnan entre mi hermana María Rosa, Isabel Costa y Leonor Asensio para estar ahí cuando hay sesiones», cuenta Gabaldar. Su papel es aparentemente sencillo pero supone una gran diferencia para los pacientes: «Les encanta llevar el carrito con café, zumos o lo que le pidan las personas que están recibiendo el tratamiento, o simplemente charlan con ellos, les escuchan, y les hacen compañía, que parece una bobada pero viene muy bien cuando estás en esa situación», añade.

Sin horarios

La AECC también dispone de camas articuladas, sillas de ruedas y otros materiales que almacenan en un pequeño local cedido por el Consell de Formentera y cuyas llaves lleva siempre encima Pepita. «Esta labor no tiene horarios y pueden llamar a cualquier hora del día para pedir algo, por lo que siempre hay que estar disponible», asegura enseñando el manojo de llaves.

La intensidad de este trabajo voluntario, sin remuneración económica y de gran dureza emocional en algunos momentos, hace que, a pesar de su disposición, Gabaldar no consiga un o una sucesora para presidir la junta de Formentera. «Por una cosa u otra estás siempre liado -explica-, y no todo el mundo puede dejar el trabajo para atender una llamada», declara, comprensiva.

La organización también lleva a cabo diferentes campañas a lo largo del año con mesas informativas sobre el cáncer de mama, el de piel, el de colon y el de pulmón que hay que organizar y atender.

Pero ahí no acaba todo. En los centros educativos ofrecen charlas y talleres de carácter preventivo y, entre otras actividades, organizan con el apoyo del Consell de Formentera la Cursa de la Dona, un acontecimiento anual deportivo y solidario que congrega a un elevado número de participantes que con sus aportaciones ayudan a financiar la asociación.

Varios premios

A pesar de la aparentemente inagotable energía de la galardonada, se declara «cansada y demasiado mayor ya para el cargo» y anima a cualquier persona interesada a relevarla como presidenta de la Junta local de Formentera de la AECC, una sección que, a pesar de ser relativamente reciente, ya ha conseguido importantes distinciones que reconocen su gran labor.

Por ejemplo, en 2019 y con apenas cuatro años de trayectoria, recibieron uno de los Premios Sant Jaume que concede cada año el Consell de Formentera. «Cuando nos lo dijeron me puse a llorar, me lo estaba diciendo la presidenta del Consell (Alejandra Ferrer en aquel momento) pero no me lo creía», comentaba por aquel entonces Pepita Gabaldar a la prensa.

En 2021, en el marco de la tercera edición de los Premios Autonómicos del Voluntariado del Govern balear, recibieron el Premio Savina por su programa de voluntariado ‘Date una pausa y respira’. Se trataba de un taller con sesiones semanales de relajación en la playa, con el fin de ofrecer la oportunidad de «avanzar en el crecimiento personal de los pacientes y familiares y contribuir a su bienestar emocional».

No quedó reflejado cómo recibió Pepita Gabaldar esa distinción en nombre de todo el equipo de voluntarios de Formentera, pero cuando la directora de Diario de Ibiza, Cristina Martín, le comunicó hace unas semanas que había obtenido uno de los premios con los que cada año el periódico reconoce a personas, asociaciones y empresas que destacan por su trabajo en favor de la sociedad pitiusa, esta mujer llena de dulzura que salpica incontables veces con las palabras «cariño» o «amor» cualquier conversación, volvió a derrochar sentimientos. «Me quedé sin habla», recuerda Gabaldar. «No podía ni expresarme y me entraron ganas de llorar», reconoce. «Bueno, lloré un poquito, porque soy muy emotiva y me emociono mucho muy fácilmente», admite, con la voz entrecortada una vez más.

Este reconocimiento le hace «muy feliz» porque supone el reconocimiento y el agradecimiento de la población de las Pitiusas por su desempeño como voluntaria de AECC a lo largo de más de 25 años.

«Al principio no me lo creía», insiste la galardonada, «y lo primero que pensé fue en llamar y contárselo a mis hijos, que me contestaron que me lo merecía».

Agradecimiento

«Estoy muy agradecida y muy ilusionada con este premio», insiste, aunque le pilla en un momento de actividad frenética preparando la cena solidaria que se celebra este 12 de octubre en el Hotel Cala Saona de Formentera, cuyos beneficios irán a parar a la AECC y a los pacientes de la isla.

Sobre el acto de entrega de los Premis Diario de Ibiza, que tendrá lugar el jueves 9 de octubre en la sede del rotativo en Ibiza, solo tiene una preocupación: que no le entre «la llorera».

Pepita Gabaldar no olvida dar las gracias por el premio concedido y asegura que seguirá «luchando» desde la AECC para que todos los pacientes puedan tener todo lo que necesitan, ya sean «ayudas económicas, acompañamiento, una cama o lo que haga falta». «Ya es bastante duro cuando entra un cáncer en una casa como para que te dejen solo para enfrentarte a todo lo que esta enfermedad conlleva», apunta, con conocimiento de causa.

Pero Gabaldar no se olvida del resto de voluntarios y socios que mantienen viva la organización: «Son el alma de la AECC, por su trabajo desinteresado y por sus aportaciones económicas, que sirven para pagar a los profesionales y ayudar a las familias afectadas por la enfermedad».

También insiste en expresar su gratitud a Diario de Ibiza «porque siempre han estado ahí para lo que ha hecho falta y se han portado muy bien con la asociación».

Antes de concluir esta charla, Gabaldar se declara «orgullosa» de su trabajo de voluntaria en la AECC y añade que espera «seguir estando activa muchos años para continuar ayudando a la gente que lo necesita».

Voluntarios y profesionales

La Junta local de Formentera de la AECC cuenta en la actualidad con 42 voluntarios, en su mayoría mujeres, que llevan a cabo diferentes campañas y talleres a lo largo del año en los centros escolares y por medio de la instalación de mesas informativas en el Hospital de Formentera y en otros lugares públicos.La asociación cuenta en las Pitiusas con una secretaria, una trabajadora social y una psicooncóloga que se desplazan a Formentera varias veces a la semana y ofrecen apoyo profesional y gratuito tanto para los enfermos de cáncer como para sus familiares desde que reciben el diagnóstico y hasta que lo necesiten. También disponen de camas articuladas, sillas de ruedas y otro tipo de material que prestan a los afectados por la enfermedad.

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