Catástrofe en Eivissa | Entrevista
Pablo Gárriz, director de Emergencias del Govern balear, sobre las inundaciones en Ibiza: «Llevábamos desde el domingo avisando, una alerta naranja es una alerta naranja»
Con la fase de emergencia finalizada el viernes por la tarde, Pablo Gárriz, máximo responsable de la gestión de la situación de urgencia vivida en Eivissa a raíz de las intensas lluvias del pasado martes hace balance sobre cuestiones como las actuaciones del dispositivo extraordinario, la coordinación de todos los efectivos, la situación actual, la reconstrucción o el momento del envío de la alarma ES-Alert a los teléfonos móviles.

Pablo Gárriz atiende a los medios de comunicación el jueves en Platja d’en Bossa. | J.A. RIERA
¿En qué situación estamos?
Hoy [por el viernes a última hora de la tarde], a las 5 de la tarde, fue la última reunión del Comité Técnico Asesor para valorar las circunstancias en las que estábamos. Ahora mismo garantizamos las condiciones de seguridad de la población, las condiciones de salubridad y de habitabilidad de las viviendas, el suministro de combustibles, la recuperación de las infraestructuras de energía eléctrica, la telefonía y, por último, lo principal, las cuestiones vinculadas con la movilidad. La pasada noche hicimos el último gran esfuerzo, que era sacar casi tres millones de litros de agua de la zona de la carretera del aeropuerto y hoy [viernes], por fin, a las 7 de la mañana, hemos podido hacer la apertura de la carretera. Todas las situaciones que teníamos como prioridad las teníamos cubiertas.
¿Los servicios también están recuperados?
Los servicios sanitarios están operando también con normalidad. Los colegios, quitando el colegio Can Misses, también. La población escolar ha vuelto a la normalidad. Al no darse ya ninguna de las circunstancias que habían motivado la declaración de emergencia por inundaciones, en menos de 72 horas hemos conseguido declarar formalmente el fin de la fase de emergencia del Inunbal [Plan Especial de Protección Civil ante el Riesgo de Inundaciones de la Comunidad Autónoma de las Illes Balears].
Algo que agradeció desde el primer momento fue la rápida movilización de efectivos desde el principio de la emergencia. ¿Cómo fue posible?
Pudimos hacer la gestión logística porque la estructura de coordinación y dirección de la dirección general de Emergencias estaba monitorizando desde el principio qué era lo que estaba pasando. Si no se hace así, no es posible tener recursos en la zona en menos de doce, veinticuatro horas. Teníamos los planes activados, a la gente preparada y teníamos muy claro que los recursos estaban en los sitios desde los que los teníamos que mover. También estaba la ventaja de que en Ibiza teníamos los medios preposicionados de la UME con una dotación básica de cuatro personas. Lo que necesitábamos era el músculo, que nos lo enviaron la primera vez con un helicóptero cuando hubo condiciones meteorológicas que les permitieron entrar. También llegó una segunda oleada, un tercer escalón que viene en barco, más nuestro barco con la cobertura de la comunidad autónoma para reforzar la estructura.
¿Qué tamaño tenía el dispositivo en total?
Sólo la UME trajo 89 vehículos. Estamos hablando de cerca de 200 vehículos en el operativo, con más de 450 personas involucradas, trabajando durante 72 horas para resolver una situación en la que con medios ordinarios hubiéramos tardado entre cuatro y seis semanas. Por tanto, hemos concentrado el trabajo de rehabilitación y de recuperación de Ibiza en un tiempo que yo no era tan optimista cuando empezamos.
Una de las medidas iniciales fue que el Recinto Ferial acogiera un dispositivo para gente en situación de vulnerabilidad durante la emergencia.
Desde el primer momento la prioridad fue que, en cuanto los tres principales municipios afectados tuvieran capacidad y posibilidad, informaran a las personas en situación de vulnerabilidad, porque están en asentamientos ilegales, en infraviviendas. Y, desde el principio, se puso a disposición este operativo. Las policías locales estuvieron dando soporte, el Consell Insular enseguida puso el Recinto Ferial a disposición, los servicios sociales del Ayuntamiento de Ibiza con Cruz Roja montaron un centro de acogida para toda la gente especialmente vulnerable. Teníamos muy claro que, ante esta situación, los colectivos vulnerables eran prioritarios.
¿Esos colectivos incluyeron a usuarios de centros escolares y sanitarios?
Sí, a escoletes, colegios, institutos, centros de mayores y hospitales. De hecho, tuvimos una situación de mucha dificultad en Can Misses y, aun así, desde el 061 y desde Salud se tomaron una serie de medidas muy potentes para conseguir limitar al máximo que el hospital se quedara incomunicado. Una escoleta nos llamó para decirnos que tenían a los niños subidos en mesas y fue una de las actuaciones a las que se dio preferencia.
¿Cómo se decidía qué situaciones debían recibir más atención?
En cuanto nos empezaron a entrar las emergencias, lo primero fue identificar cuáles eran prioritarias, labor que se hizo con Bomberos de Ibiza. Y, aun así, mandamos en el avión del 061 a personal técnico para dar soporte aquí y ayudar en la clasificación y en la priorización de las emergencias. Al final, hemos gestionado 409 intervenciones en 72 horas, más las que habíamos tenido la noche anterior, que eran otras treintena más.
Al día siguiente de las lluvias, el concejal de medio ambiente del Ayuntamiento de Ibiza, Jordi Grivé, dijo que ninguna infraestructura hidráulica de aquí está preparada para lo que pasó durante las tormentas. ¿Debemos centrarnos más en este aspecto?
Las infraestructuras hidráulicas son muchas cosas: la potabilización, las canalizaciones, el abastecimiento y la depuración. Para nosotros, una lluvia de más de 150 litros por metro cuadrado es salirse de lo normal y cayeron 280 litros más o menos por metro cuadrado. Si el periodo de recurrencia de un fenómeno de estos es algo cada 50 años, la gente construye con lo que pasa normalmente. Pero la realidad es que en Ibiza tenemos unas infraestructuras que tienen unas deficiencias estructurales históricas. Hay una parte del casco urbano que está por debajo del nivel del mar. Tenemos una serie de zonas que son humedales y donde, por tanto, la capa freática está muy alta.
Todo eso puede pasar factura en un contexto de tormentas cada vez más frecuentes.
Lo que está claro es que tenemos un perfil dentro del Mediterráneo de lluvias torrenciales y esas lluvias torrenciales generan un riesgo de inundación. Y el riesgo de inundación es gestionable. En algunos aspectos mucho, en algunos aspectos poco, porque el agua, cuando cae, busca cómo salir. Entonces, es cierto que en el 90% de los casos nuestras infraestructuras absorben el agua normal, la cantidad de agua que puede llover de manera normal. Pasa en todas aquellas zonas donde el agua necesita correr, fundamentalmente, en nuestro caso, solamente cuando llueve, porque es nuestro fenómeno de inundación básico.
La intervención de la carretera del aeropuerto atrajo mucha atención porque se acumularon alrededor de tres millones de litros de agua. ¿Puede dar más detalles sobre la operación?
Tenemos que sumar el esfuerzo ya no sólo de sacar agua de una carretera, que, además, está afectando a una zona de desagüe. Fue un incidente que afectaba a las zonas aledañas hacia abajo porque el agua baja por la escorrentía natural, que es la zona de la Sal Rossa. A los esfuerzos que estábamos haciendo en otras zonas de Ibiza, le teníamos que añadir que es una infraestructura básica para el funcionamiento de la isla porque todavía tenemos mucha actividad turística. Teníamos medios traídos de manera extraordinaria desde la Península, gracias al soporte de la UME, porque tiene unos sistemas diseñados para grandes flujos y para grandes caudales. También han trabajado muy intensamente medios del Ayuntamiento de Sant Josep y medios privados, que nos han estado dando apoyo con maquinaria y con vehículos especiales de extracción de lodos.
La planta de hidrocarburos de Exolum también fue prioritaria.
Todo el combustible que mueve la isla está ahí concentrado. La primera noche, cuando tuvimos el episodio de inundación más fuerte, lo que más nos preocupaba aparte de las personas era que si la planta se quedaba parada teníamos combustible para tres días, y se paró. De hecho, el primer contingente pesado que llega de UME lo destinamos allí. Hemos conseguido, in extremis, garantizar su funcionamiento. Pero es que, si la instalación no se mueve, tampoco podemos llevar las cisternas al aeropuerto. Aunque pudiéramos, si no tenemos carreteras que permitan llevar 20 toneladas de combustible, que son transportes de mercancías peligrosas, tampoco podemos hacer que los aviones funcionen.
¿Entiende las críticas como las del sindicato UGT Ensenyament que afirman que la alerta no se declaró en el momento adecuado?
Desde el centro de coordinación operativa, cuando la situación era muy complicada y cuando nosotros podíamos articular una medida tan potente como cerrar un colegio, nosotros dimos el mensaje. Pedimos que los niños estuviesen en los centros porque estaban seguros y a los padres que, por favor no fueran a por sus hijos. Y ese es el mensaje que se da desde el primer minuto. Si hay padres que deciden, por su cuenta y riesgo, ir a por sus hijos y exponerse a una situación de riesgo, eso es la libertad personal de cada uno. Si hay directores de colegio que deciden no atender a las instrucciones que se les están dando de Educación y mandan mensajes a los padres diciendo que vengan a recoger a los niños, tampoco está en nuestra capacidad modificar eso. En mi caso, mi mujer me dijo que no podía salir del colegio de mis hijos. Le pedí que se confinase aunque vivimos a 250 metros y pasó unas horas esperando allí.
¿Entonces, el aviso del ES-Alert se envió a tiempo a los teléfonos móviles?
Cuando a mí me dicen «es que no se ha dado a tiempo», es que no se ha entendido qué era lo que pasaba, porque nosotros llevábamos desde el domingo avisando de la situación que teníamos y una alerta naranja es una alerta naranja. Nosotros no empezamos a comunicar con el ES-Alert. Es una medida extraordinaria que complementa lo que ya venimos haciendo. El problema es que, si no tenemos concienciación y no somos sensibles a determinadas cuestiones, nos ponemos en riesgo. Cuando la Aemet (Agencia Estatal de Meteorología) nos dice que declara la alerta roja a las 12 horas, teníamos la situación operativa 2 e incluso hasta el mensaje que queríamos mandar redactado y pendiente de aprobación para poderlo lanzar, y lo enviamos a las 12.08 horas. Con todo mi respeto al derecho que tiene a opinar cualquiera, creo que en este contexto a los críticos les falta información y les falta criterio de cómo se hacen este tipo de avisos.
¿Cuánto va a tardar la recuperación definitiva?
Ahora hay un proceso de valoración por parte, sobre todo, de los ayuntamientos y los afectados para poder resarcir los daños que se han generado por un riesgo catastrófico. Esto se cubre con mecanismos extraordinarios de financiación o por declaraciones extraordinarias, con acceso a subvenciones y ayudas o bien a través de fondos de compensación de seguros. Sin obviar que hay mucha gente que ahora se ha quedado sin coche o sin trastero y eso no significa que esté todo normal. La situación de normalidad en la que estamos significa que, ahora mismo, las infraestructuras y el grave riesgo para la población no lo tenemos. Tenemos las consecuencias de los daños que se han provocado.
¿Hasta qué punto le ayudó durante las emergencias haber nacido en Ibiza?
Llevo trabajando en emergencias aquí desde 2004, entre otras muchas cuestiones. El venir de este ámbito es un factor fundamental. Desde el primer momento tenía claro que las dos escorrentías que desembocan en Ibiza generan un patrón muy concreto y muy determinado. Además, yo redacté el Plan de Emergencia Territorial de Ibiza. Para cualquier técnico en el ámbito de la seguridad pública, el conocimiento del terreno y de sus particularidades es una gran ventaja. Mi posición como director general, mi perfil y mi experiencia técnica nos han dado a todos una visión más de detalle, que es un valor añadido.
¿Cómo ha vivido estos días en el plano personal?
Como todas las situaciones de emergencia, las llevo con mucha preocupación, con la responsabilidad de tratar de hacer las cosas lo mejor posible, con mucha empatía. Los que nos dedicamos a esto de las emergencias somos muchas veces los espectadores de las desgracias y los sufrimientos de los demás. Pero también somos personas y también a veces estamos al otro lado de la barrera. No perder esa humanidad es ser capaz de tratar de hacer lo mejor porque el que está ahí espera que dé lo mejor.
Suscríbete para seguir leyendo
- Una mujer de 39 años fallece y otra, de 48 años, resulta herida grave en un choque frontal en la carretera de Santa Eulària
- Usaban coches de lujo para traficar con drogas en Ibiza: todos a la cárcel y más de 21 millones en multas
- Las cámaras de seguridad desvelan por qué cayó al vacío el paciente que murió en el hospital de Ibiza
- Fallece un hombre tras precipitarse al 'parking' en el hospital de Ibiza
- ¿Quién era el hombre fallecido al precipitarse al 'parking' del hospital de Ibiza?
- Unos encapuchados maniatan y golpean a una mujer mayor en Sant Antoni para robarle las joyas
- Radar de lluvias en Ibiza y Formentera | Sigue la evolución del tiempo en directo
- Juan Manuel Moreno, maestro panadero, en Ibiza: «El pan más caro del mundo, de 10.750 euros, es casi igual que el más barato de la panadería»