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Agricultura en Ibiza: La Cooperativa de Sant Antoni anima a sembrar algarrobos por su resistencia a la sequía

Regala planteles a la gente que venda su cosecha y mantiene los precios del año pasado, pese a la drástica caída que han experimentado

La Cooperativa Agrícola Sant Antoni apuesta por el algarrobo pese a la caída de precios

Sergio G. Cañizares

Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

Sant Antoni

Después del boom que vivió la algarroba hasta 2022, con récords absolutos de precios, la cotización de este fruto ha caído en picado por la depreciación de la goma de garrofín. Si hace tres años se llegó a pagar a 1,21 euros el kilo en Ibiza, este año oscilará entre los 40 y los 42 céntimos de euro.

El desplome podría ser aún pero, ya que en Valencia, el mercado de referencia en España para este producto, ha caído hasta 0,36 céntimos. Sin embargo, la Cooperativa Agrícola de Sant Antoni ha apostado por mantener el mismo precio que el año pasado ante la idoneidad de este cultivo para mantener y recuperar los campos de secano en la isla en estos tiempos de sequía.

«No se pueden bajar más los precios para no desincentivar a los socios a que recojan la algarroba», destacó este lunes el presidente de la entidad, Toni Tur, Securrat. Al contrario, la cooperativa este año regala un plantel de algarrobo a quien les venda su cosecha (o parte de ella). En principio, calculan que les llegarán entre 200 y 300 productores hasta noviembre.

«Es solo un acto simbólico, pero lo hacemos porque es un cultivo estratégico que se debe potenciar», subrayó. Acompañado del director insular de Agricultura del Consell, Joan Marí, y del gerente de la cooperativa, Juan Antonio Prats, presentaron esta iniciativa durante el primer día de recepción de los frutos de esta cosecha.

El presidente de la cooperativa, Toni Tur, entrega una  plantel de algarrobo a un productor.

El presidente de la cooperativa, Toni Tur, entrega una plantel de algarrobo a un productor. / J. A. Riera

Para esta campaña, debido a la falta de agua que se arrastra desde hace años, se prevé que llegue un 15% menos de producción hasta la nave del Camí de sa Vorera respecto al año pasado, cuando se gestionaron 870 toneladas. Cabe tener en cuenta que, con la bajada de precios, no se anima tanta gente a recoger las algarrobas de sus fincas como años atrás.

El fruto está saliendo más pequeño, pero también puede hacerse una lectura positiva: «Pese a la sequía que tenemos, la temporada pasada los algarrobos respondieron como un año normal y este también están aguantando», destacó Tur.

La competencia

El boom de la algarroba a principios de esta década se debió al incremento de la demanda de la goma de garrofín, empleada como espesante alimentario para la elaboración de helados o postres. En estos productos, se identifica con el código E-410.

La escalada de precios motivó que en la Cooperariva Agrícola de Sant Antoni recibieran 1.400 toneladas en 2022, casi el doble que esta campaña. Sumando la producción que llegó a Can Curreu, el otro almacén de compra de esta producción en Ibiza, aquel año se vendieron unas 3.000 toneladas en el conjunto de la isla.

Sin embargo, aquel alza desbocada de la cotización provocó que la industria alimentaria se decantara por la goma de guar, mucho más barata y también natural, ya que procede de una legumbre.

«Esperemos que los precios hayan tocado fondo y que se vayan estabilizando. Lo ideal es que se pagara a 67 o 70 céntimos», confiaba ayer Tur.

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