Fuego, "atascazo total" y más de 400 vuelos en el aeropuerto de Ibiza

El aeropuerto de Ibiza fue escenario el sábado de un incendio que hizo saltar las alarmas entre los viajeros que debían subirse a un avión, pero que finalmente se saldó sin consecuencias importantes. La zona en la que ocurrió el suceso fue el aparcamiento exprés de las instalaciones, situado entre la terminal y el estacionamiento de larga estancia.

Pocos minutos después de la una de la tarde, una furgoneta destinada al transporte de viajeros cruzó la barrera del parking con una llama bajo el coche en la parte baja del motor, según detallaron desde la Policía Local de Sant Josep.

Al estacionar el vehículo, el conductor se percató de que empezaba a salir humo de la parte delantera, por lo que, con la ayuda de otras personas presentes en el lugar, corrió a buscar unos extintores. Sin embargo, este recurso no fue suficiente para extinguir el fuego y las llamas fueron creciendo hasta llegar a envolver por completo toda la furgoneta.

Fuego controlado

La enorme bola de fuego que se formó, sumada a la columna de denso humo negro visible desde fuera del complejo del aeropuerto, hizo temer que el problema fuera mayor de lo que finalmente fue, ya que el fuego únicamente se extendió a la lona de sombra que se encontraba sobre la plaza de aparcamiento. Ni personas ni otros vehículos sufrieron daño alguno.

Tras recibir el aviso, los bomberos se dirigieron rápidamente al aeropuerto desplazando cinco agentes y dos vehículos, una autobomba urbana y una autobomba nodriza.

Arde un coche en el aparcamiento del aeropuerto de Ibiza

La Policía Local se encargó de cerrar la vía de entrada a la zona de carga y descarga de pasajeros mientras se controlaba el fuego, por lo que los coches se quedaron parados en el acceso al aeropuerto, generando un «atascazo total», según un taxista que se encontraba en el lugar de los hechos. Sin embargo, las autoridades no se vieron obligadas a cortar los accesos al aeropuerto, como se pensó en un primer momento.

402 vuelos

Después de unos minutos de trabajo, los bomberos extinguieron el fuego y posteriormente refrescaron toda la zona con espuma para evitar cualquier opción de que se volviera a reavivar en un día de mucha actividad en el aeropuerto de Ibiza, ya que había 402 vuelos programados, según la planificación facilitada por AENA.

A pesar de la espectacularidad del fuego, las salidas y llegadas de todos esos desplazamientos no se vieron afectados y finalmente todo quedó en un susto, más allá de que algunos pasajeros que llegaran justos de tiempo pudieran perder sus vuelos por culpa del atasco puntual de tráfico, que también se fue disolviendo poco a poco hasta recuperar la plena normalidad.

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