El superyate 'Viva' navega por Ibiza: capricho de un multimillonario que hizo fortuna con las artes marciales y propiedad ahora de un magnate de la bolsa

El lujo navega estos días por las aguas cristalinas de Ibiza. El superyate 'Viva' ha llamado la atención de muchos de quienes paseaban estos días por el puerto de Ibiza. El barco, de 94 metros, se encuentra desde el pasado 13 de junio en las Pitiusas recorriendo las calas de la isla.

Se trata de un yate construido por Feadship y que encargó Frank Fertitta III, un empresario estadounidense que amasó la mayor parte de su fortuna junto a su hermano Lorenzo con la promoción de las artes marciales mixtas UFC (Ultimate Fighting Championship). En 2001 compraron la UFC por dos millones de dólares y tan solo quince años después, en 2016, la vendieron a un grupo de inversión por 4.000 millones. Las participaciones restantes se valoraron en 5.000 millones de dólares. Se calcula que su fortuna actual asciende a 3.200 millones de dólares.

Un capricho de 175 millones

Frank Fertitta III y su familia son amantes de la náutica de alta gama. Tras conseguir su fortuna se apartó del foco mediático, pero siguió invirtiendo en sectores como el juego, la hostelería y los barcos. El 'Viva' lo encargó construir en 2021.

El yate costó 175 millones de dólares y destaca, además de por su elegante diseño, por su sistema híbrido de propulsión diésel-eléctrico que permite una navegación eficiente a 12 nudos y una velocidad máxima de 20 nudos.

Capaz de acoger hasta 14 invitados, el yate cuenta con camarotes opulentos, amplios espacios y comodidades de última generación. Tiene siete cabinas, piscina y cuenta con helipuerto, casco de acero y superestructura de aluminio.

Cada detalle ha sido cuidadosamente pensado para crear una experiencia verdaderamente extraordinaria para quienes suben a bordo. Además de su capacidad para invitados, el superyate está diseñado para albergar una tripulación de 18 personas, asegurando un servicio excepcional en cada viaje.

Hace un año, en agosto de 2024, Fertitta vendió su superyate al multimillonario estadounidense Kenneth Griffin, un magnate de la bolsa y fundador del fondo de cobertura Citadel.

Los costes de funcionamiento anuales del yate rondan los 18 millones.