Medio ambiente

Una sociedad tramita la concesión para un campo de 30 boyas ecológicas en es Jondal

El proyecto destaca que en verano hay «más de 70 embarcaciones» fondeadas sin ningún control, lo que afecta a las praderas de posidonia

El promotor estima un beneficio de 1,2 millones de euros en 10 años

Ubicación de los cuatro polígonos del campo de boyas, separados por el canal del cable de fibra óptica. | D. I.

Ubicación de los cuatro polígonos del campo de boyas, separados por el canal del cable de fibra óptica. | D. I.

Eugenio Rodríguez Martos

Eugenio Rodríguez Martos

Ibiza

La sociedad Ibiza y la Boya SL tramita una autorización para la instalación de un campo de 30 boyas ecológicas en la playa de es Jondal (Sant Josep), uno de los focos de atracción de la costa ibicenca por su oferta de ocio y que genera un importante tráfico náutico. Actualmente se está tramitando la evaluación de impacto ambiental simplificada de este proyecto en la conselleria balear del Mar y Ciclo del Agua. Mientras tanto, se siguen retrasando los campos de boya ecológicos previstos por el Govern balear en Cala d’Hort y Porroig para evitar el deterioro de las praderas de posidonia.

Embarcaciones fondeadas frente a la playa de es Jondal, en una imagen de archivo. | A. T.

Embarcaciones fondeadas frente a la playa de es Jondal, en una imagen de archivo. | A. T.

El proyecto, de marzo de 2023, del campo de boyas de es Jondal de iniciativa privada destaca que, en pleno verano, puede haber hasta más de 70 embarcaciones fondeadas «indiscriminadamente», muchas de ellas de «grandes esloras». «Esto se traduce en una navegación poco segura debido a la falta de orden de los fondeos y al no haber canales de navegación con un ancho suficiente», justifica la propuesta, que recuerda un estudio ya antiguo del grupo ecologista GEN sobre la situación de la posidonia en la zona de ses Salines, en el que se geolocalizaron, entre julio y septiembre de 2017, «una gran cantidad» de embarcaciones de pequeña, mediana y gran eslora fondeadas sobre las praderas. Como se puede apreciar en la imagen adjunta, la posidonia se concentra en la zona de es Xarco y en el flanco este de la bahía de es Jondal.

Rotura del cable de fibra óptica

También destaca el proyecto que por es Jondal transcurre el cable de fibra óptica que enlaza Ibiza con Formentera y que, en el verano de 2013, se rompió hasta dos veces por el fondeo de dos barcos. De hecho, la propiedad y la compañía aseguradora, de nacionalidad holandesa, del yate ‘Dwinger’ fueron condenados a pagar a Telefónica España un total de 375.262 euros por los gastos que produjo la rotura del cable y que dejó inoperativas 2.360 conexiones a Internet de Formentera y el sistema 3G para dispositivos móviles.

Asimismo, la propuesta se refiere a un estudio de carga náutica, con una estimación del número máximo de embarcaciones de recreo que podrían fondear en es Jondal en el caso de que todo el fondo fuese de arena. En el supuesto de que se estableciera una distancia de 25 metros entre los puntos de fondeo, podría haber hasta 547 barcos y, con la hipótesis de 75 metros de separación, la carga náutica se situaría en 55 puntos de amarre. Por ello, los promotores del campo de boya concluyen que es Jondal se encuentra «por encima del límite de su capacidad de carga tanto física como ecológica». «Los indicadores muestran que se produce actualmente un fondeo incontrolado y masivo en la zona que obliga a su regulación», recalcan.

La propuesta contempla ubicar en cuatro polígonos un campo de 30 boyas para barcos con esloras de entre 10 y 50 metros. En concreto, para cinco embarcaciones de 10 metros, seis de 15 metros, cuatro de 20 metros, 11 de 25, dos de 30, uno de 35 metros y uno también de 50 metros.

El proyecto, que contempla la retirada de todos los lastres de hormigón, restos de embarcaciones y otros residuos del fondo de la bahía, destaca que se reducirá a la mitad el número de embarcaciones que fondean en es Jondal en verano, lo que, además, permitirá «una reducción muy relevante de la incidencia paisajística».

Por su parte, el estudio económico y financiero contempla un precio por amarre de entre 40 y 100 euros según la eslora, con unos ingresos estimadod de casi 264.000 euros en 180 días de explotación del campo de boyas. A esta cantidad hay que restarle los gastos, del orden de casi 151.000 euros en el primer año. Así, se estima un beneficio acumulado de 1,2 millones de euros en el transcurso de 10 años.

Suscríbete para seguir leyendo

Tracking Pixel Contents