Salud

Una nueva sede en Ibiza para el asperger, una «discapacidad invisible»

La Asociación Asperger Ibiza y Formentera inaugura su nueva sede, en el número 5 de la calle Marià Llobet Roman, para mejorar la atención a sus más de 200 usuarios. Durante el acto, la presidenta, Rosa Castela, destaca la necesidad de que exista un trato adaptado a las personas con asperger en Ibiza.

Estela Torres Kurylo

Estela Torres Kurylo

Ibiza

«Cuando voy a comprar a ciertos sitios me tengo que llevar los cascos de cancelación de ruido porque ponen la música a un volumen alto», admite José Antonio Moreno Monge, a quien el año pasado, «dos días antes de cumplir 54 años», le diagnosticaron síndrome de Asperger, una condición del neurodesarrollo que influye en la forma en la que una persona entiende y se relaciona con su entorno. «Asperger es una discapacidad invisible, no se ve a simple vista, y [la sociedad] tiene que darse cuenta de que vemos y entendemos el mundo de una manera diferente», explica Moreno, como una de las motivaciones que le llevó a formar parte de la junta directiva de la Asociación Asperger Ibiza y Formentera (AIF) el año pasado.

Esta organización celebra este 2025 su décimo aniversario y este miércoles, además, inaugura su nueva sede, en el número 5 de la calle Marià Llobet Roman, en Vila, donde ahora cuenta con un espacio más grande, distribuido en diferentes salas, para mejorar la atención a los más de 200 usuarios que ya atiende. Para ello, por ejemplo, dos de estas nuevas salas se han creado como espacios tranquilos en los que se tiene en cuenta la fotosensibilidad de las personas con asperger, como reflejan las diferentes luces de colores fríos que se dejan ver entre sus cuatro paredes.

Este lugar también permitirá «que los técnicos de la asociación trabajen juntos», a diferencia de lo que ocurría en la anterior sede, adelanta Moreno, que considera que a partir de ahora se podrá atender mejor a quienes lo necesiten.

Según Rosa Castela, que celebra su primer acto como presidenta de la AIF, este avance ha costado «un esfuerzo muy grande», por lo que aprovecha para trasladar un amplio agradecimiento a todas las personas implicadas en la inauguración del nuevo local.

Colaboración y visibilidad

«Sin las administraciones no se puede hacer nada. Sin sus representantes no se puede hacer nada y tampoco sin los técnicos... Igual que en las asociaciones, que sin su equipo humano no existirían», apunta Castela en presencia de la consellera de Bienestar Social, Carolina Escandell, la concejala de Bienestar Social del Ayuntamiento de Ibiza, Lola Penín, y la nueva directora general de Servicios Sociales del Govern balear, Marina Micaela Fiscaletti, que justifica su silencio con la prensa alegando que acaba de aterrizar en el cargo y desde el departamento de comunicación, que no se ha desplazado a la isla, le han dicho que no hiciera declaraciones.

En su intervención, Castela comparte la ambición que tiene la organización para los próximos años: «Queremos seguir creciendo porque cada día tenemos más usuarios y hay que dar muchísima visibilidad al asperger y al TEA (Transtorno del Espectro Autista), porque al fin y al cabo [el asperger] es autismo, y necesitamos que los colegios conozcan que existe y sepan cómo tratarlo. Y que las administraciones nos reconozcan y nos traten de la misma manera [que a los demás] pero con nuestras diferencias, aunque sean invisibles».

En ello insiste Moreno, que menciona el «lanyard» o cinta colgante de identificación que tiene con girasoles y suele llevar cuando sale de casa: «En Inglaterra es el símbolo de la discapacidad invisible pero aquí hay muy pocas personas que lo identifiquen», por lo que insiste en que se debe seguir concienciando a la población.

Mayor comprensión

Moreno también señala la necesidad de que más personas se asocien a AIF. Actualmente son 175, pero hacen falta más: «Así tendremos más técnicos... Ahora, por ejemplo, se hace también diagnóstico a adultos y contamos con más actividades, como el cine inclusivo que conseguimos este año», indica.

Marc Salazar Moya, que ya esperaba media hora antes de la inauguración oficial (a las 12 de la mañana) en la sede, con emoción adelanta que le gusta «mucho» este nuevo espacio al que asistirá, como hacía en la anterior sede, para encontrarse con su terapeuta. Igual que Moreno, en su caso menciona los talleres grupales a los que acude una vez a la semana en el C19 de Vila con cerca de una decena de usuarios de la asociación y que AIF organiza para fomentar sus relaciones sociales.

Como ésta, Salazar cita otras actividades: los «paseos» o las «quedadas», que considera que son imprescindibles «para ayudar y acompañar» a los usuarios de AIF. Así también lo revelan otros testimonios que aparecen en un vídeo que la asociación presenta durante la inauguración para destacar sus diez años de recorrido y trasladar a sus usuarios un mensaje claro: «Centraos en cómo sois porque sois especiales y tened clara la meta a la que queréis llegar».

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