Senderismo

Rutas para perderse y encontrarse a lo largo y ancho de Ibiza

Recorrer Ibiza a pie permite descubrir calas escondidas, paisajes rurales y enclaves históricos

Las aguas turquesa de Cala Xarraca

Las aguas turquesa de Cala Xarraca / Stock

Leire Rodríguez

Leire Rodríguez

Ibiza es mucho más que sol y playa. Para quienes buscan descubrir su lado más auténtico, el senderismo es una de las mejores formas de adentrarse en los paisajes rurales, las montañas y las calas más recónditas de la isla. Desde el extremo norte hasta la costa sur, el territorio ibicenco ofrece una red de rutas de todos los niveles, muchas de ellas perfectamente señalizadas y con mapas disponibles para su descarga a través de las páginas web de los ayuntamientos.

Sant Joan cuenta con varios itinerarios que recorren zonas rurales, forestales y litorales. Una de las más completas es la ruta de es Amunts, de unos 20 kilómetros si se realiza de forma circular. Parte desde el núcleo urbano de Sant Joan o desde la Cala de Sant Vicent, y permite conocer paisajes rurales, fuentes tradicionales, antiguos pozos como el Pou des Baladre, así como la iglesia de Sant Vicent.

Torre de defensa de  Portinatx

Torre de defensa de Portinatx / J.A. Riera

La ruta por es Camí Vell de Portinatx, de 18 kilómetros, conecta Sant Joan con este núcleo turístico del norte siguiendo antiguos caminos de carro. El recorrido, que atraviesa valles, montañas y zonas de colmenas tradicionales, presenta una cierta exigencia física por sus pendientes, por lo que se recomienda recorrerlo durante los meses de otoño, invierno y primavera, cuando las temperaturas son más suaves.

Otra opción interesante es la ruta de Cala Xarraca, de 14 kilómetros. Parte de Sant Joan y discurre por senderos entre bosques hasta llegar a esta cala de aguas cristalinas. El regreso ofrece vistas panorámicas de la bahía. Desde Cala Xarraca también se puede tomar la ruta de es Caló de s’Illa, de 16 kilómetros. Es un recorrido tranquilo y poco transitado que atraviesa una de las zonas más vírgenes del litoral norte de la isla, y que permite descubrir calas escondidas como s’Illa d’en Caldés. El tramo de vuelta asciende hacia el Puig de sa Talaia, lo que le añade un punto de dificultad.

Para quienes busquen combinar paisaje de mar y montaña, la ruta de Benirràs parte desde el Port de Sant Miquel y lleva hasta esta emblemática cala, conocida por su islote es Cap Bernat.

Otra propuesta es la ruta Balansat, de casi 19 kilómetros, que conecta el Port de Sant Miquel con el núcleo de Sant Miquel de Balansat. A mitad del recorrido, es recomendable hacer una pausa en la finca pública de Can Cosmi, desde donde se pueden contemplar vistas panorámicas de es Amunts. Ya en el pueblo, merece la pena visitar es Puig de Missa, una de las iglesias más antiguas de la isla, construida entre los siglos XV y XVI.

Por último, la ruta de Balàfia, de unos 15 kilómetros, une Sant Miquel con Sant Llorenç. Durante el trayecto se puede visitar el conjunto histórico de Balàfia, un excelente ejemplo de arquitectura tradicional, además de la finca pública de Can Pere Musson y el centro de interpretación ambiental de es Amunts.

La Gran Ruta

Santa Eulària ofrece también rutas para todos los niveles. Entre todas ellas, destaca la Gran Ruta, un recorrido de 63 kilómetros para realizar por etapas y que enlaza varios tramos señalizados, caminos recuperados y sendas históricas. Parte y finaliza en el ayuntamiento, y pasa por enclaves de interés como Cala Espart, la iglesia de Jesús, el antiguo camí des Pedrisset o el mercadillo de Las Dalias. A lo largo del camino, el senderista descubre el corazón agrícola de la isla y lugares con gran valor patrimonial, como el acueducto romano de s’Argamassa.

Descenso hacia ses Balandres, en el municipio de Sant Antoni.

Descenso hacia ses Balandres, en el municipio de Sant Antoni. / Stock

En el municipio de Sant Josep se encuentra sa Talaia, el punto más alto de Ibiza, con 475 metros de altitud. Ascender hasta su cima es una actividad muy recomendable para quienes buscan vistas panorámicas de la isla en todas direcciones. También merece una visita sa Pedrera de Cala d’Hort y sus alrededores, una ruta que discurre junto a la costa y que ofrece espectaculares vistas al islote de es Vedrà.

En Sant Antoni, recorrer las llanuras de Santa Agnès y Sant Mateu es una actividad ideal para hacer en familia, especialmente en la época de floración de los almendros. Para los más experimentados, la ruta hasta ses Balandres es un desafío que vale la pena. Eso sí, es necesario ir bien equipados y tener cierta experiencia, ya que el tramo final hasta llegar al mar es escarpado y cuenta con zonas de difícil acceso. 

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