Vivienda | Una mirada al pasado

Ibiza, 1982: «Hay que poner caro el alquiler, si no, no es rentable»

«Los constructores se aprovechan». «Te gastas más en reparaciones y reposición del deterioro que lo que te han pagado». «Los gastos de comunidad triplican lo que te pagan». Son las justificaciones de los propietarios de pisos a los altos precios del alquiler en la Ibiza de 1982.

Alrededores de Vara de Rey en los años 80.

Alrededores de Vara de Rey en los años 80. / JOSEP BUIL MAYRAL

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

Ibiza

«No todo es comprar, alquilar después y hacer dinero. Hay un buen bagaje de problemas, dificultades, papeles y riesgo, porque alquilar hoy es un riesgo». Así comenzaba en marzo de 1982 un reportaje sobre los desahucios en Ibiza. Un tema que era el principal de portada. «La problemática de la vivienda en nuestra isla es preocupante», se leía en la primera plana, para poner en contexto el titular de la información, que ocupaba media portada: ‘258 denuncias de desahucio en 1981’. Este era el tema principal de la portada de ese día, que compartía espacio con la concentración de las familias de los alumnos del colegio Cas Serres por un depósito de gas cercano al centro, el inicio del interrogatorio al general Alfonso Armada, que Ibiza era escenario del rodaje de «otra de las correrías» de La Pantera Rosa, que la carretera de Sant Joan estaba cortada por las obras de saneamiento y un tema, cuanto menos, curioso: los nueve planetas se alineaban con el Sol y los astrólogos tranquilizaban a la humanidad asegurando que esto no implicaba que ese miércoles 10 de marzo sería «el día del fin del mundo».

En el interior del diario, en la página 5, donde se desarrollaba el tema de vivienda, el periodista que firmaba la noticia, José V. Serradilla, aclaraba que se trataba de denuncias de desahucio «por falta de pago». Un propietario de dos viviendas, dos pisos, justificaba el elevado coste del alquiler: «Para resarcirse de la inversión y coste de un piso en Ibiza, al precio que están, hay que ponerlo caro. Si no, no es rentable». Este mismo propietario tenía muy claro de quién era la culpa: «Los constructores se aprovechan».

Justificaciones en el año de Naranjito

Las justificaciones de los propietarios por los precios de los alquileres en la isla, que ya en el año del Mundial de Fútbol de Naranjito se consideraban caros, eran más que variadas. «Te gastas más en las preparaciones y reposición del deterioro que lo que te han pagado por alquilarlo una temporada. Los dejan hechos una porquería», apuntaba uno, mientras que otro señalaba que «los gastos de comunidad» triplicaban lo que pagaban sus inquilinos. «Los precios quedan anquilosados», continuaba antes de explicar la situación con sus inquilinos: «¿Cuándo van a salir de la vivienda alquilada? Nunca, pues a ese precio y con la posibilidad de continuación de padres a hijos...».

El redactor aclaraba que todos estos casos eran de «pequeños propietarios de pisos» a los que diferenciaba de otros perfiles: los «pisotenientes» o «apartamentenientes» o «los mismos constructores o inmobiliarias a gran escala». De hecho matizaba, al referirse a las 258 denuncias de desahucio del año anterior, que estas eran únicamente las que habían llegado al juzgado de Ibiza. «Cuenten los que desisten por causas de muchos órdenes, como puede ser lo que represente la minuta del abogado y anejos», señalaba el periodista refiriéndose a esos pequeños propietarios.

"Procure saber a quién alquila"

El reportaje retaba a los lectores a adivinar «las razones de por qué suben o bajan en los diferentes meses del año» las denuncias presentadas, que detallaba mes a mes. Una enumeración en la que se veía que la cifra era mucho mayor en los meses de invierno que en verano. No había que ser un lince para entender que en verano había menos problema de impago porque muchos apartamentos se alquilaban a turistas o a trabajadores que venían a hacer la temporada. Aquella información de marzo del 82 también daba detalles del origen de las personas denunciadas por impago de los alquileres: «Un 65 por ciento son peninsulares, correspondiendo el resto, en un 23 por ciento, a ibicencos y en un 12 por ciento a extranjeros». «Cuando alquile, procure saber a quién alquila. De nada», ofrecía como consejo el redactor, que detallaba también los plazos que seguían estas denuncias. Unos tempos que nada tienen que ver con los actuales: «Cualquier propietario, en el momento en que el inquilino deje de pagarle un mes, tiene derecho a reclamarle el importe o hacer la denuncia. Hay un periodo de dos meses, una vez dada la sentencia, para el lanzamiento del inquilino apercibido. La duración de las gestiones desde que se da la sentencia suele ser de alrededor de dos meses».

Serradilla insistía en la complejidad del mercado de la vivienda en Ibiza. Para las dos partes: «Que todo el monte no es orégano en lo que respecta a las grandes inversiones de compra y alquiler de pisos, apartamentos y congéneres».

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