Medio ambiente

La necrópolis de Puig des Molins, una «burbuja de biodiversidad»

La bióloga Olivia López considera «todo un privilegio» contar en Ibiza con un espacio como la necrópolis de Puig des Molins por la gran variedad de fauna y flora que alberga, y así se lo transmitió ayer a las personas que acudieron a la visita de sensibilización y educación ambiental organizada por el MAEF y Aamaef

Maite Alvite

Maite Alvite

Ibiza

El valor histórico y patrimonial que tiene la necrópolis de Puig des Molins es sobradamente conocido, no tanto la riqueza ambiental que alberga. Por eso, son tan importantes iniciativas como la visita de sensibilización y educación ambiental que en unos minutos va a ofrecer la bióloga Olivia López para mostrar al público la gran variedad de fauna y flora que habita en este espacio de cinco hectáreas situado en pleno corazón de Vila.

Este recorrido didáctico, explica, se enmarca dentro del programa de actividades que ha diseñado el Museu Arqueològic d’Eivissa i Formentera (MAEF) y su Associació d’Amics (Aamaef) con motivo del Día Internacional del Medio Ambiente, que se celebró el pasado 5 de junio.

Como dice esta científica, para querer y cuidar algo primero hay que conocerlo y con ese propósito, el de descubrir los valores ambientales de esta zona de Puig des Molins, se han apuntado al itinerario Marta Pons y cuatro amigas: Elise Gauthier, Andrea Floriach, Belinda Condado y Encarna de las Heras. La popular cuentacuentos, que es socia de Aamaef, ha sido la que ha propuesto este original plan de fin de semana al resto.

La visita arranca en el interior del Museu Monogràfic Puig des Molins, donde recibe al grupo Olivia López y la conservadora del MAEF, Maria Bofill. Después de darles la bienvenida, la arqueóloga les presenta a la bióloga, que lleva colaborando desde hace cinco años con el museo para estudiar al detalle «el valiosísimo patrimonio natural» de la necrópolis y para darlo a conocer a través de actividades divulgativas como esta visita. Desde 2024, apunta, su labor se centra también en hacer un censo en este emblemático lugar de la Podarcis pityusensis, la lagartija pitiusa.

«Ante la gran amenaza que suponía para este especie la entrada de serpientes en Ibiza, en 2021 se inició un proyecto de colaboración entre el MAEF, el Consell de Ibiza, el centro de formación Can Marines y la bióloga Antònia Cirer mediante el cual se declaró la necrópolis de Puig des Molins como reserva de lagartijas, por las condiciones idóneas que reúne para que vivan y se reproduzcan», cuenta Bofill. Lo que ha hecho el museo, continúa, es poner en marcha «un programa de conservación preventiva» que incluye iniciativas de educación ambiental como esta, que se lleva a cabo anualmente; la instalación de trampas para serpientes en diferentes puntos de la necrópolis que gestiona el Cofib; y el estudio poblacional de Podarcis pityusensis que está elaborando López.

El itinerario

La bióloga, antes de empezar el recorrido, explica a Diario de Ibiza que, por ahora, no puede dar datos del número aproximado de lagartijas que puede haber en este terreno y que «todavía hay que seguir recopilando información dos años más para valorar si la población de Podarcis pityusensis va creciendo, decreciendo o está estancada».

Un momento de la ruta didáctica sobre fauna y flora ofrecida por la bióloga Olivia López en la necrópolis de Puig des Molins.

Un momento de la ruta didáctica sobre fauna y flora ofrecida por la bióloga Olivia López en la necrópolis de Puig des Molins. / J.A. Riera

El dato que sí facilita, más adelante durante el itinerario, es que en todo este tiempo solo se ha capturado una serpiente en el recinto de la necrópolis, fue en 2023.

El grupo sale del edificio para comenzar el paseo didáctico por la necrópolis. López muestra en un plano el itinerario que van a hacer, que parte de los conocidos como «hipogeos de la mula» e incluye, en la parte más elevada de la colina, el entorno de la casa payesa Es Porxet. También van a pasar, adelanta, por zonas de la necrópolis que habitualmente no están abiertas al público, como el espacio donde todavía se conservan unos polvorines, una garita y estructuras de lo que fue el sector militar.

La primera especie animal con la que se topan es una Podarcis pityusensis tomando el sol sobre la pasarela de madera, un lugar que, según cuenta la bióloga, les gusta mucho a estos reptiles porque «mantiene bien la temperatura» y les facilita un escondrijo. López aprovecha para contar algún detalle de cómo está haciendo el censo de esta especie. «Desde 2024 vengo a la necrópolis una vez al mes, excepto en invierno. Me acerco los días de sol y dentro de una franja horaria, cuando sé que las voy a localizar con facilidad, porque las lagartijas son ectotermas, es decir, que su temperatura corporal depende de la temperatura ambiente», explica.

Aves y mariposas

Después reparte entre las asistentes dos hojas donde tienen que apuntar las especies animales que se van encontrado. Una tiene imágenes de 22 tipos de aves que se pueden ver en esta necrópolis. La otra contiene casi una treintena de mariposas distintas de las Balears, algunas de las cuales se pueden contemplar en este espacio, como la papallona rei, la papallona del gram, la blaveta o la Blanca de la col, que localizan durante el itinerario.

Si bien mariposas no ven muchas durante la actividad, sí avistan unos cuantos pájaros, como el cernícalo, varios vencejos, gorriones, verderones, gaviotas y alguna paloma torcaz, de esas que traen de cabeza a los agricultores pitiusos.

Olivia López muestra la imagen de distintas especies de orquídeas de Balears que se pueden encontrar en la zona.

Olivia López muestra la imagen de distintas especies de orquídeas de Balears que se pueden encontrar en la zona. / J.A. Riera

De olivos a orquídeas

La riqueza vegetal es importante, como queda demostrado a lo largo de la ruta didáctica. La bióloga recuerda que esta zona tuvo en su momento uso agrícola y ganadero y para ilustrarlo muestra una imagen de Diario de Ibiza de los años 30 del siglo XX donde se ven ovejas en la necrópolis. Es por ello que en este lugar hay muchos olivos, además de algún almendro, algarrobo e higuera. También se encuentran por el camino con algunas de las hierbas que se emplean tradicionalmente en las herbes eivissenques como el hinojo; el tomillo, ahora en flor; la ruda y la herba de Sant Ponç. Además, ven hipérico, muchas alcaparras, esparragueras, ricino y especies consideradas invasoras como la figuera de pic, la pita (agave americana) o la lantana (bandera española). En las zonas más boscosas que visitan contemplan cómo conviven en armonía pinos, olivos, sabinas y matas. La bióloga exhibe después una foto con cinco tipos de orquídeas propias de Balears que se pueden encontrar en este emplazamiento a partir del otoño.

Después de esta ruta didáctica a todas las componentes del grupo les queda muy claro que tener en plena ciudad de Ibiza un espacio como la necrópolis de Puig des Molins «es un privilegio». Y lo es, como subraya Olivia López, «no solo por su gran valor histórico y cultural sino por su valor ambiental», porque este espacio, dice, «es una burbuja de biodiversidad» que ofrece múltiples beneficios: «Favorece la calidad del aire; ofrece protección , alimento y descanso a una gran variedad de animales» y, por si fuera poco, «funciona como barrera natural contra la contaminación acústica».

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