Playas

La biblioteca de Ibiza con mejores vistas está en Talamanca

Talamanca cuenta desde ayer con la primera Biblioplaya de toda la isla de Ibiza. De momento, este espacio ya cuenta con 386 ejemplares y está abierta donaciones de particulares, con lo que la colección aumentará. Los libros se pueden tomar libremente y también se celebrarán cuentacuentos.

El Ayuntamiento de Eivissa instala una Biblioplatja en Talamanca

Sergio G. Cañizares

David Ventura

David Ventura

Talamanca

Sobre la arena de la playa de Talamanca cae un sol abrasador, pero también existe un lugar perfecto para guarecernos del calor y permanecer frescos y a la sombra. No me estoy refiriendo a ningún beach club, sino que este oasis es la Biblioplaya que ha instalado el Ayuntamiento de Ibiza en el antiguo espacio que ocupaban las duchas, junto a los baños de la playa y al espacio que los socorristas usan como almacén. Un pequeño habitáculo hecho de madera y lleno de libros con vistas a la playa que, además, resulta sorprendentemente fresco.

«Las duchas estaban en desuso», explica Rubén Sousa, concejal de Playas del Ayuntamiento de Ibiza, durante la presentación de esta singular biblioteca, «ya que en el Consell de Alcaldes se acordó no hacer uso de las duchas en ninguna playa para ahorrar agua. Así que hemos decidido aprovechar este espacio».

El resultado es la Biblioplaya, que ayer mismo entró en funcionamiento y que permanecerá abierta hasta el 15 de octubre de 9 a 14 horas por las mañanas y de 17 a 20 horas en horario de tarde. Durante los meses de julio y agosto, todas las tardes habrá cuentacuentos. Además de libros, los lectores también pueden encontrar la prensa diaria. Diario de Ibiza colabora con esta iniciativa con varios ejemplares diarios. Es la primera Biblioplaya en toda la isla de Ibiza, una iniciativa que ya existe desde hace veinte años en Benidorm, y que también podemos encontrar en las playas de Altea, Málaga o Lloret de Mar, entre otros lugares.

Compartir es vivir

El mecanismo de la biblioteca playera es más parecido al de un book crossing que al de una biblioteca convencional. Los interesados pueden tomar y llevarse los libros que quieran con el compromiso de que los devolverán, pero sin otra obligación más que el de la buena voluntad y el imperativo moral de hacer lo correcto. También existe la posibilidad de ofrecer los libros que uno tenga en casa o intercambiarlos. De hecho, el fondo inicial de 386 libros que hay a disposición de los lectores proviene de donaciones particulares. Se prevé que el fondo aumente en breve con volúmenes procedentes de las editoriales de la isla, como ha confirmado Neus Escandell, editora de Balàfia Postal, y que también ha acudido a la presentación de la iniciativa: «Traeremos algunos volúmenes que tenemos en el almacén», ha explicado.

Ángeles, una trabajadora del Ayuntamiento, trae una caja de plástico llena de libros que ha donado para la Biblioplaya. El contenido es una heterogénea mezcla de literatura juvenil, lecturas escolares obligatorias de Secundaria -no falta una versión adaptada del ‘Tirant lo Blanc’ de Joanot Martorell que se leía en Literatura Catalana-, best sellers y clásicos contemporáneos. «¡¡¡Ohhhh!!! ‘Un mundo feliz’ de Aldous Huxley. ¡Qué chulada de libro!», exclama la concejala de Cultura, Carmen Domínguez, mientras examina la célebre distopía de Huxley antes de dipositarlo en el estante, con las otras donaciones.

Como todos los fondos procedentes de donaciones dispares, los libros que encontramos en la Biblioplaya son una mezcla tan curiosa como transversal. Están los best sellers para todos los públicos de Ken Follet, Antonio Gala, Jeffrey Archer, la serie de aventuras detectivescas juveniles de Lockwood and Co., o la saga de las ‘50 sombras de Grey’ de E.J.James. Está la colección de volúmenes que regalaba el diario El País los domingos hace veinte años. Están las colecciones añejas con portadas que imitan piel y ampulosas letras doradas, que tanta prestancia y dignidad ofrecían a los comedores de las casas, volúmenes que al verlos, uno exclamaba: «¡En esta casa se lee!». Colecciones de todo tipo y pelaje, desde ‘Nuestras amigas las plantas’ en cuatro volúmenes, a la clásica ‘Biblioteca universal de nuestro tiempo’, donde podemos encontrar maravillas como ‘La metamorfosis’ de Kafka. Un libro que, bajo un sol inclemente de verano, puede producir auténticas alucinaciones.

Los lectores pueden consultar el ejemplar del día de Diario de Ibiza. | VICENT MARÍ

Los lectores pueden consultar el ejemplar del día de Diario de Ibiza. | VICENT MARÍ

Colección de favoritos

Neus Escandell examina los volúmenes y rápidamente encuentra su favorito, se trata de ‘El pez en el agua’ de Mario Vargas Llosa: «Es el libro que escribió a raíz de sus experiencias de cuando se presentó a la presidencia del Perú. Fue una época en la que yo estuve también en el Perú, y reconocí muchos de los personajes y de las situaciones que aparecen».

Escandell también se detiene ante clásicos como ‘Madame Bovary’ de Flaubert y, en clave más ligera, con ‘Hombres de lluvia’ de Maruja Torres: «Escribe muy divertido», dice Escandell, quien confiesa que, quizás para anticiparse al sino de los tenebrosos tiempos que se nos avecinan, actualmente está enfrascada en la lectura de diversos ensayos históricos sobre el fascismo: «Tengo una montaña de libros en la mesita de noche. Cada día leo, pero si un libro no te gusta, debes saberlo dejar». Exactamente como sucede también con las personas.

«Yo también intento leer cada día», explica la concejala Carmen Domínguez, que también señala que le encantan los best sellers de Ken Follet: «Para mí, la lectura es diversión, una forma de evadirme».

Encontramos también algunos premios Planeta, dos ejemplares del recientemente fallecido Paul Ausrer -’Brooklyn follies’ y ‘El libro de las ilusiones’- una amplia colección de cómics de Asterix y Obelix, y dos enciclopedias infantiles fascinantes por diversos motivos. Por un lado, ‘El mundo de los niños’ publicado por Salvat en 1954, unos tochos que tienen un valor arqueológico porque nos ofrece un retrato de cómo era la infancia en los años de la postguerra y qué se esperaba de las niñas y los niños. A su lado, los ocho tomos de ‘El mundo mágico de los niños’, editado por Oceáno en 1984. Una colección, agárrense, dirigida por Lolo Rico -entonces directora de ‘La bola de cristal’- y redactado por sus hijos, Isabel Alba Rico -futura novelista- y Santiago Alba Rico -futuro filósofo-. Comparar ambas enciclopedias y constatar los cambios es fascinante.

«Animo a todo el mundo, a residentes y a turistas para que hagan sus donaciones y que así esta biblioteca vaya creciendo», explica el alcalde de Ibiza, Rafael Triguero, que también ha acudido a la inauguración, y que define esta iniciativa como un «espacio de proximidad a la cultura y a la lectura».

Y aunque el alcalde no lo comente, es también un espacio sorprendentemente fresco. Cuando uno entra, el sofocante calor queda fuera y dentro se crea un microclima con la mejor compañía posible, la de todos estos libros llegados de distintas casas que, lomo con lomo en su nuevo hogar, crean una extrañísima y sorprendente comunidad libresca.

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