Entrevista

Sofía López, bióloga: «Me estalla la cabeza pensar que una serpiente se lance al mar a buscar un islote»

El Consorcio de recuperación de la fauna de Balears (Cofib) trabaja estos meses a pleno rendimiento gestionando más de 1.500 trampas contra las serpientes en Ibiza y otras 400 en Formentera. La bióloga conquense Sofía López lleva tres años trabajando en este organismo autonómico para tratar de poner coto a esta invasión de culebras, llegadas en 2003 ocultas en olivos ornamentales, y que han sido capaces de alcanzar islotes como s’Illa Murada o s’Illa de Santa Eulària.

La bióloga Sofía López, en los jardines de Diario de Ibiza. | V.MARÍ

La bióloga Sofía López, en los jardines de Diario de Ibiza. | V.MARÍ

Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

Ibiza

¿Se puede decir que estamos en plena temporada alta de serpientes?

Así es. Cada año tenemos más información, más experiencia y nuestros técnicos van un pasito más allá. En esta campaña nos está ayudando mucho la información del grupo de Oriol Lapiedra del Creaf [Centro de Investigación en Ecología y Aplicaciones Forestales], en la Universidad Autónoma de Barcelona. Les pasamos nuestros datos y ellos hacen los análisis estadísticos de las zonas de dispersión. Están estudiando en qué áreas está presente la lagartija pitusa [Podarcis pityusensis] y las comparten con nosotros. Nos va muy bien, porque tenemos información de primera mano del frente de avance de las serpientes para ir colocando las trampas.

¿Cuál es el frente de avance de las culebras en estos momentos?

Baja desde la zona de Sant Antoni y forma una franja por Sant Josep hasta las cercanías de ses Salines. Estamos mapeando una zona en la que ahora coexisten serpientes y lagartijas, en el suroeste de la isla. La pregunta que se plantea ahora es qué va a pasar cuando las serpientes lleguen al mar. ¿Van a volver para atrás o qué va a suceder? No hay estudios. En cada sitio, las circunstancias son diferentes, cada población y cada especie tiene comportamientos distintos. ¿Cuánto tiempo necesita la lagartija pitiusa para adaptarse a la presencia de serpientes y pueda haber una coevolución de las dos especies? No lo sabemos. El problema principal de la lagartija pitiusa es que no tenía ningún depredador, son siglos de evolución sin una presión. Es decir, el comportamiento de escape no formaba parte de sus necesidades para seguir viviendo y evolucionar. En la Península, hay lagartijas y apenas las ves porque huyen, ya que están acostumbradas a un montón de depredadores.

Está clara la amenaza que significa esta plaga para las lagartijas, ¿pero se habla demasiado poco del problema que también suponen los gatos silvestres?

Se debería hablar mucho más. Los gatos silvestres hacen un daño tremendo al medio ambiente, no solo a las lagartijas, sino también a poblaciones de aves en peligro, como la pardela balear o la pardela cenicienta. Cuando hablamos de este tema, la respuesta de la gente suele ser que los gatos ya estaban aquí antes y la lagartija estaba bien. La cantidad de gatos que había hace 15 años no es la misma que hay ahora. Las poblaciones de gatos asilvestrados se han disparado y por todas partes. Son un problema de salud pública y también repercuten en las poblaciones de lagartijas y el resto del ecosistema. También es muy recurrente oír que «mi gato está alimentado en casa y no necesita cazar lagartijas». Un gato no caza por hambre, lo hace y te trae una mantis o una lagartija como si fuera un juego o un trofeo.

Al igual que hay un frente de avance de las culebras, ¿hay zonas donde hubiera comenzado su expansión y en las que ahora haya caído su presencia?

Sí, estamos detectando que en las áreas donde se inició la invasión, y que llevamos trampeando durante muchos años, las capturas se han reducido muchísimo, porque han devorado todo lo que había. Las serpientes llegaron allí y tenían a disposición toda la comida que quisieran con las lagartijas y micromamíferos, que han decaído o casi desaparecido. El comportamiento de estas serpientes es muy voraz y agresivo. El equipo de Oriol Lapiedra también ha empezado a estudiar qué está pasando con las poblaciones de estos micromamíferos, como ratones o ratas.

¿Y están volviendo a aparecer las lagartijas en estas áreas?

No vuelven a aparecer porque no pueden cruzar la barrera de las serpientes. Se estudia la posibilidad de intentar llevar lagartijas de una parte a otra de la isla, pero son temas complejos que no nos corresponde decidir al Cofib. Pero sí que hay casos concretos como el Paseo Marítimo de Santa Eulària, donde quedan sargantanes por el efecto de la ciudad como barrera. Las serpientes no atraviesan con tanta facilidad la carretera, porque hay coches y peatones que las acechan, y permanece esa población estable de lagartijas.

Sofía López-

Sofía López. / Vicent Marí

¿Están siendo efectivos los refugios urbanos que se impulsan desde hace dos años?

Hemos montado estas reservas en zonas urbanas, pero también en institutos y colegios como educación ambiental. En el IES Xarc, el profesor, justamente, me escribió el jueves, porque había capturado una serpiente, y contó que tienen siete lagartijas en el jardín. Es una buena señal y puede ser que estén encontrando ahí un caminito para expandirse. Actualmente, hemos creado nueve refugios en parques, uno de ellos en Formentera, y otros tantos en centros educativos.

¿Es primordial que los particulares que viven en el campo repartan trampas en sus terrenos?

Creo que somos muy afortunados, porque todos adoramos y amamos a la sargantana como un icono de las Pitiusas. En Canarias sufren una invasión similar con la culebra real, pero la especie objetivo que se está comiendo es bastante odiada. Es un lagarto que afectaba a los campos de cultivo. En cambio, aquí la ciudadanía está muy implicada con la lagartija y es maravilloso. Hay que hacer equipo entre organizaciones públicas, entidades y particulares. Cuanta más gente trampeando, más efectividad podemos tener contra esta invasión.

Cada año se atrapan más culebras. En 2024, fueron más de 3.000 en Ibiza y 800 en Formentera. Aunque sea un drama, ¿puede haber alguna lectura positiva de estas cifras?

Podemos ver que los esfuerzos se están incrementando, que la experiencia nos avala y que mejoramos en el trampeo. Esperamos que le estemos haciendo mucho daño a la población de serpientes y logrando alguna oportunidad para que las Podarcis pityusensis que sobrevivan desarrollen esos comportamientos de escape. En la Península, tienen a la Podarcis muralis o la Podarcis Liolepis que coexisten con serpientes. Pero claro, estas escapan rápidamente, mientras que la nuestra es confiada.

En Formentera, solo se ha expandido la culebra de escalera [Zamenis scalaris], ¿se ha logrado controlar la plaga allí?

Su comportamiento es mucho menos agresivo con la lagartija que la culebra de herradura [Hemorrhois hippocrepis] en Ibiza. En la Mola, donde se concentra la población de serpientes y están repartidas todas las trampas, se ven muchas lagartijas. Sin embargo, nos inquieta mucho que, por la cantidad de vehículos que se mueven entre las Pitiusas, sobre todo en verano, pueda colarse alguna Hemorrhois. Ya hemos tenido alguna captura, con lo que estamos previniendo acontecimientos colocando trampas alrededor del puerto de la Savina, entre otras ubicaciones.

¿Qué pautas deben seguir los particulares para maximizar los resultados de las trampas, con y sin cebo?

Las de ratón deben estar bien colocadas mirando a la pared y comprobar que la trampilla y las puertas están cerradas. Muchas veces, si el suelo no es plano, quedan inclinadas con la trampilla abierta, con lo que la serpiente entra y sale. Las trampas de doble embudo hay que ponerlas bien pegadas al canto de la pared. Si alguien ha visto serpientes, pone una trampa y no logra capturas en una o dos semanas, se aconseja que la mueva y vaya probando. Sabemos que las serpientes se desplazan mucho por el canto de las paredes y muros de piedra, pero no terminamos de comprender su etología.

La invasión comenzó en 2003 , es un periodo demasiado breve para la ciencia. ¿Se puede aprovechar la experiencia de otros lugares? El caso de Gran Canaria es anterior.

En medio del Pacífico tenemos la isla de Guam, que forma parte de las Marianas. La serpiente arborícola llegó allí en la Segunda Guerra Mundial, porque paraban todos los cargueros de Estados Unidos. Acabó con muchas especies de reptiles y de aves. El gobierno de los Estados Unidos invierte y siguen batallando para controlar su invasión, porque es una isla muy boscosa y es complicado controlarla al ser una especie arborícola. En Canarias, la culebra real es completamente diferente. Se mueve muy lentamente y los técnicos la cogen con la mano. La implicación de las organizaciones públicas y de la población es muy diferente allí, porque allí el lagarto que se come no está bien visto. Hay otras zonas donde las serpientes son invasoras, pero la repercusión y gestión es completamente diferente. Estamos todo el rato probando e innovando.

Por ejemplo, la capacidad de desplazamiento por el mar que ha revelado la culebra de herradura, ¿ha descolocado a los científicos?

A mí, personalmente, muchísimo. Se ha grabado algún vídeo y es algo increíble. Su aparato respiratorio está repartido a lo largo de casi todo el cuerpo. Tienen un montón de aire y flotan, levantan su cabecita y, como es fusiforme, genera menos resistencia al nadar. Lo que me hace estallar la cabeza, aparte de que naden, es pensar en el momento en que la serpiente llega al acantilado o a la playa y se tira al mar buscando un islote. ¿Son conscientes de que ahí hay un islote? ¿Lo ven? ¿Lo sienten por el sentido táctil? ¿Por qué narices se tiran al agua? Y que sepan que allí hay tierra y comida. No hay respuesta, no he leído que exista otro lugar donde la invasión esté repercutiendo a otros islotes.

El año pasado llevaron a cabo prospecciones en 16 islotes, ¿en cuántos se detectaron indicios de presencia de serpientes?

Ahora llevamos bastantes más. En Ibiza tenemos 64 islotes, pero algunos solo son un peñón grande sin vegetación y sin posibilidad de que tengan población de sargantanes, porque, si hay temporal, el mar pasa por encima. Actualmente, estamos trampeando en seis islotes: en tres de ellos hemos tenido capturas, como en s’Illa Murada o en s’Illa de Santa Eulària, mientras que en otros tres hemos detectado mudas o un descenso de la población de lagartijas.

En el Parque Natural de ses Salines se ha capturado alguna culebra, pero siguen abundando las lagartijas. ¿Está controlado de momento?

Hubo avistamientos, pero el año pasado y este no hemos observado ninguna. En sa Revista, los vecinos nos han notificado que han visto y también estamos teniendo capturas cerca del aeropuerto, por la entrada a ses Salines. Allí hemos formado todo un cordón de trampas para intentar pararlas. Pero bueno, en ses Salines ya sufren el problema de los gatos, que es gravísimo para todas las aves y sus polluelos.

¿Al margen de su capacidad para nadar, se han sorprendido con otras peculiaridades que las culebras hayan desarrollado en las Pitiusas?

Se está viendo que aquí las serpientes son bastante más grandes que en la Península. Están experimentando lo que en Biología denominamos el efecto isla. Es una tendencia a que los animales grandes se hacen más pequeños y los pequeños más grandes.

¿Hay alguna pista de cuánto puede durar esta fase de crecimiento exponencial de las serpientes?

No sabría decirte, pero puedo intuir que, cuando la invasión que empezó en Santa Eulària llegue al mar por el suroeste, ya no podrán seguir avanzando ni tendrán tantas lagartijas o micromamíferos para alimentarse. Tenemos mucha cantidad de trampas para reducir el impacto de esta ola, aunque es inevitable que siga avanzando. Esa es nuestra pretensión y lo que de nosotros esperan desde el Govern. Hacemos todo lo que podemos, pero esta especie es realmente compleja y está muy bien adaptada.

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