Joaquín Arribas, investigador: «Es época de transición, las terapias más duras contra el cáncer irán a menos»
«Nuestra terapia tiene muchas posibilidades, sobre todo en los tumores más avanzados»
«Si los oncólogos tienen muchísima carga asistencial no tienen tiempo para la investigación»

El Doctor Joaquín Arribas, con la bata del VHIO. / Cedida por J. Arribas

Director del Hospital del Mar Research Institute
La Asociación Española Contra el Cáncer organiza en el Club Diario de Ibiza un evento divulgativo el próximo viernes 13 de junio a las 18 horas. Contará con la participación, entre otros, del investigador Joaquín Arribas, director del Hospital del Mar Research Institute (HMRI) e investigador principal en éste y en el Institut d’Oncologia Vall d’Hebron (VHIO) . En esta entrevista avanza los aspectos clave del proyecto que dirige de inmunoterapia contra el cáncer de mama.
Viene a Ibiza a explicar su proyecto de inmunoterapia contra el cáncer de mama. ¿Qué conoceremos sobre el proceso?
Es bueno ponerlo en contexto, porque es un proyecto que ha durado casi dos décadas y abarca toda la historia, desde un descubrimiento original hasta que eso se transforma en una nueva terapia para pacientes. Justo ahora está a punto de probarse en un ensayo clínico. Esto implica muchos años y generaciones de científicos, por eso está bien dar una dimensión de lo que tardan estas cosas y la inversión que hace falta. Nosotros investigamos en nuevas terapias contra el cáncer, sobre todo en las diferencias entre las células tumorales y las normales. Cuesta entenderlo, pero ambas son muy parecidas, y eso es lo que hace que los tratamientos de cáncer sean tan complicados. Es muy difícil eliminar las células cancerígenas sin eliminar las normales. Así, intentamos buscar las diferencias, porque las hay, de modo que podamos dirigir una terapia contra las células tumorales.
¿Y qué posibilita esto?
Hace mucho tiempo encontramos una de estas diferencias. Es un componente que está en las células tumorales, pero no en las células normales y, una vez que encuentras eso, necesitas diseñar una droga que se una específicamente a ese componente, de modo que pueda matar las células tumorales sin matar las normales. La droga en este caso es el propio sistema inmune del paciente, es decir, los glóbulos blancos, las células que todos tenemos y que nos protegen de infecciones, catarros, gripes... Las obtenemos del paciente y las modificamos para que reconozcan este componente del que he hablado. Entonces, una vez modificadas, las reintroducimos en el paciente y las células del sistema inmune van reconociendo las células tumorales, pero no las células normales.
¿En qué situaciones tendrá más utilidad esta terapia?
Estamos convencidos de que tiene muchas posibilidades de funcionar, sobre todo en los estadios avanzados de los tumores. Cuando el tumor ya está en muchas partes del cuerpo porque ha metastatizado, la estrategia que parece efectiva es usar nuestro propio sistema inmune, que está diseñado para llegar a todas las partes del cuerpo. Nos protege de infecciones tanto si nos hacemos una herida en el pie como si nos la hacemos en la frente.
Se trata, al fin y al cabo, de entrenar el cuerpo para encontrar las células tumorales, ¿no?
Sí, el sistema inmune está especializado en encontrar estas diferencias, pero el cáncer es muy listo y le engaña. Por eso los tumores van creciendo. Nosotros lo que hacemos es modificar el sistema inmune, entrenarlo, para que encuentre las células tumorales, particularmente las que tienen el componente que hemos encontrado nosotros, que está presente en las células malignas, pero no en las normales. Se llama p95HER2.
Antes decía que se podrá poner en práctica en breve.
Ahora estamos ya acabando de ponernos de acuerdo con la Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios, porque claro, cada vez que creas una terapia nueva y la pruebas por primera vez en humanos, ellos se encargan de tener todas las garantías de que es una terapia segura, que, antes de nada, no va a hacer daño al paciente. Y en cuanto acabemos de obtener todos los permisos, que prevemos que sea a finales de este año, ya estaremos listos para reclutar a pacientes y tratarlos con esta terapia, que será útil para quienes ya tienen tumores que son resistentes a todas las terapias disponibles en la actualidad.
¿Qué partes han participado?
Este proyecto surgió en el Hospital Vall d’Hebron de Barcelona, en concreto en el Institut d’Oncologia Vall d’Hebron (VHIO). Ha contado desde el principio, y es algo que tenemos que agradecer muchísimo, con el apoyo de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC). Son 20 años ya de apoyo y lo que voy a contar en Eivissa no hubiese sido posible sin esta asociación. Actualmente se ha expandido el proyecto al Hospital del Mar de Barcelona. Estos dos hospitales son los que van a participar en el estudio clínico. Asimismo, tenemos apoyo de otras organizaciones del sector público y, además, a través de la Asociación Española Contra el Cáncer, la marca Ausonia ha participado, nos lleva apoyando también durante tiempo. A todos ellos les estamos muy agradecidos.
En España y en general, ¿qué tipos de cáncer se han quedado más atrás en avances en investigación y tratamientos? Porque hay muchos tipos.
Sí. El cáncer es una simplificación que usamos para describir más de un centenar de enfermedades muy distintas. Algunas de ellas se tratan bastante bien. La mayoría de los tumores de mama, particularmente si se diagnostican en estadios tempranos, tienen una supervivencia muy elevada. También, por ejemplo, enfermedades hematológicas, el linfoma de Hodgkin. Luego hay otros, como desgraciadamente el tumor de páncreas o los tumores de pulmón avanzados, en los cuales se va avanzando, pero mucho más despacio. Tiene que ver con que, a pesar de que nosotros simplifiquemos, son enfermedades muy distintas. Un tumor de páncreas y un cáncer de mama son enfermedades muy distintas.
¿De qué cánceres han mejorado los índices de supervivencia en los últimos años?
El de cáncer de mama ha mejorado mucho, por ejemplo. Algunos tumores, porque incluso dentro de los tumores de mama podemos distinguir fácilmente cuatro o cinco enfermedades bastante distintas y algunas de ellas han mejorado mucho. Un tipo de cáncer de mama que se llama HER2 positivo, que es en el que trabajamos nosotros, hace 30 años era el más agresivo y el que peor pronóstico tenía. Actualmente tiene un pronóstico fantástico. Ha mejorado muchísimo la supervivencia. De hecho, la mayoría, si se detectan en estadios tempranos, se curan. Si combinamos detección temprana con los nuevos tratamientos de medicina de precisión, ha mejorado mucho. Por otro lado, el cáncer de páncreas, a pesar de todos los esfuerzos que se han hecho en los últimos 50 años, prácticamente no ha mejorado. Es un tumor que normalmente, y este es uno de los problemas, se detecta en estadios muy avanzados. Y cuando esto ocurre, es muy difícil tratar el tumor.
Entiendo que la solución pasa por los cribados para detectarlo cuanto antes mejor.
Cuanto antes. Desgraciadamente, el cáncer de páncreas no da ningún síntoma hasta que está avanzado. De hecho, el 80% de los tumores de páncreas que se diagnostican cuando alguien ya tiene molestias y va al hospital para ver qué pasa, ya no se puede ni siquiera operar porque está muy avanzado.
A pesar de que la investigación va a diferentes velocidades porque, como dice, hay muchos tipos de cáncer, ¿en general cómo está España en materia de investigación?
La investigación, como todo lo que requiere una inversión elevada, es algo complicado. Yo creo que estamos bien en general y que en España la investigación está bien considerada internacionalmente. El porcentaje del PIB que dedicamos a investigación es muy inferior al de países comparables dentro de Europa, por lo que, probablemente, si pudiéramos invertir un poco más, estaríamos mejor. Creo que el nivel es muy elevado y tenemos centros de investigación como el Vall d’Hebron o el Hospital del Mar, que son competitivos internacionalmente. Pero tenemos siempre un ligero retraso por esta falta de inversión, que tiene que ver con el porcentaje del PIB que dedicas a investigación.
Entiendo que falta de inversión pública.
Sí. Fundamentalmente inversión pública. Contamos con ayudas, afortunadamente, como el caso de la Asociación Española Contra el Cáncer, que ya es capaz de financiar proyectos de manera muy generosa y durante mucho tiempo. Pero la financiación pública está bastante estancada, aunque ha mejorado en los últimos años.
Hay debate sobre la edad a la que deben empezar los cribados de cáncer de mama, que normalmente comienzan a los 50 años. Hay quienes piden rebajar la edad a los 45 0 40 años. ¿Cómo lo ve?
Esto son discusiones muy técnicas que tienen que ver con coste-beneficio, porque los cribados son caros, y la cantidad de personas beneficiadas o tumores detectados pueden hacer la decisión complicada. Como norma general, y ya digo que estas discusiones son muy técnicas, siempre, cuanto antes, mejor. Siempre. Las diferencias que hay entre encontrar un tumor en estadios muy tempranos y encontrarlo muy avanzado, a la hora de la supervivencia, son espectaculares. Como digo, también hay un aspecto de coste-beneficio. Tampoco tiene mucho sentido usar muchísimos recursos, que siempre son limitados, si no está justificado. Pero reitero que, como norma general, cuanto antes, mejor.
En todo caso, ¿hay un aumento de casos de cáncer de mama en mujeres más jóvenes [de menos de 50 años]?
Hay unas ligeras tendencias que parecen indicar que sí. Tanto de tumores de mama como de tumores de colon se detectan casos en personas más jóvenes. Hay una tendencia. No es todavía muy acusada, pero es clara. Es muy difícil saber a qué se debe. Tendrá que ver con el estrés, la alimentación, las condiciones externas, la contaminación o incluso no dormir las horas adecuadas. Son posibilidades, no es que se haya demostrado nada, pero desde luego en alguno de estos factores, o en combinaciones de estos factores, se generan condiciones para que haya tumores a una edad más temprana. Son muchos factores y es muy difícil saber el porqué. No creo que alguien pueda decir que se debe a esto, a aquello o a lo de más allá. Insisto en que los factores que he mencionado son posibilidades.
Las asociaciones oncológicas de Ibiza piden fomentar mucho los cribados de cáncer de colon y de pulmón.
El cáncer de colon es otro ejemplo de lo útil que es la detección temprana. Además, la colonoscopia es muy efectiva porque no solo te hace ver si tienes pólipos, con lo cual tienes un control muy temprano, sino que además te los pueden extirpar en la misma colonoscopia. De modo que lo eliminan en estadios muy tempranos y además se puede analizar si ese pólipo tenía características para haber progresado a un tumor de colon o no. La norma general es que todos los cribados que se puedan hacer, cuanto antes, mejor. Es una norma que yo usaría siempre, por encima de discusiones mucho más técnicas si se llega a la situación de que en algunos casos hay un sobrediagnóstico, que tampoco es bueno. Pero la norma general yo la tendría muy clara.
Históricamente, la palabra cáncer siempre ha dado mucho miedo. Se ha avanzado muchísimo, pero nos continúa asustando.
Es una cuestión también histórica. Por un lado, es una enfermedad grave que con demasiada frecuencia ha conducido a la muerte. Yo creo que otra parte del estigma, que es verdad que lo hay, es que los tratamientos han sido muy agresivos. Y estoy hablando históricamente, me estoy remontando no a los últimos 30 años, sino a los últimos 200. Tanto las cirugías como las quimioterapias. Todos sabemos lo duras que son en algunos pacientes. Incluso algunos pacientes, después de haber pasado por cirugías agresivas y quimioterapias, desgraciada e históricamente no respondían tan bien. Todo esto empezó a cambiar hace 30 años con cirugías muchísimo más conservadoras y con terapias que buscan tener unos efectos secundarios mucho menos graves.
¿En qué momento diría que estamos ahora?
Ahora, tal cual lo veo, estamos en una época de transición en la que no han acabado de desaparecer todas estas terapias tan agresivas, aunque sí van en disminución, y han empezado a aparecer terapias mucho menos agresivas que están en aumento. Es importante que continuemos la misma vía para que en los próximos diez años, como ha ocurrido en los últimos 20, disminuyan cada vez más estas terapias tan agresivas y aumenten las de precisión. Creo todo eso ayudará muchísimo a ir atenuando el estigma del cáncer.
¿Es clave el acompañamiento psicológico a los pacientes durante el proceso?
Fundamental. Por varios motivos. Las adherencias a los tratamientos y el autocuidado son muy importantes, y por eso tienes que tener salud psicológica, además de que es clave ayudar en un trance complicado a pasarlo de la mejor manera posible. Es fundamental, como en todos los aspectos, que psicológicamente los pacientes se encuentren acompañados. Además, hace que los tratamientos se sigan de una manera mucho más precisa y ajustada, porque hay una buena predisposición.
¿La especialidad de Oncología está entre las que más déficit de profesionales tienen en España?
No lo creo. Lo que sí ocurre es que hay una necesidad de tener oncólogos que también hagan investigación. Normalmente, si tienen muchísima carga asistencial, no tienen tiempo liberado para la investigación. Y por lo que he mencionado de que estamos en una época de transición en la que tenemos que ir abandonando terapias clásicas, los oncólogos necesitan tiempo para investigar, para contribuir a los avances.
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