Ibiza

Indignación con la libertad del conductor borracho de Cala de Bou: "Le está saliendo gratis"

Los seres queridos de Aurelio le rinden un pequeño homenaje en el lugar del atropello

Vídeo: Las declaraciones de la hija del turista atropellado mortalmente en Cala de Bou

Guillermo Sáez

Guillermo Sáez

Guillermo Sáez

Sant Josep

51 horas después de que un conductor borracho acabara con la vida de Aurelio, sus seres queridos prosiguieron este martes con el duelo realizándole un pequeño homenaje en el lugar exacto donde se produjo el atropello en Cala de Bou.

La mujer de la víctima, Yolanda, sus hijos, Amayda y Byron, y su yerno, Nelson, volvieron al cruce entre las calles Cala de Bou y Móstoles para colgar flores y varios carteles reivindicativos, que dejaron colgados con la esperanza de que sirvan como llamamiento para el endurecimiento de las leyes que castigan este tipo de actos.

Los familiares pegaron a una verja la foto de un Aurelio sonriente antes de empezar una barbacoa en Torrevieja, donde reside la familia. También colgaron mensajes escritos en trozos de cartón en el poste que frenó el atropello mortal y junto al antiguo supermercado Vistamar, cerrado hace años.

«Queremos justicia y que las leyes cambien y sean más duras para los que cogen el coche borrachos», se leía en uno. «Pedimos justicia, una vida no vale 3.000 euros», se podía leer en otro, en referencia a la fianza que el conductor, un hombre peruano de 30 años, ya ha pagado, tal y como confirmaron fuentes del Tribunal Superior de Justicia de las Illes Balears, por lo que ha recuperado su libertad.

Acompañados por el alcalde de Sant Josep, Vicent Roig, y por la coordinadora de Turismo del municipio, Eva Ruiz, los familiares de Aurelio a duras penas pudieron superar la dureza del momento y todos rompieron a llorar una vez colgado el último cartel.

«Le está saliendo gratis»

Yolanda, la mujer de la víctima, con dificultad podía sostenerse en pie mientras lamentaba que «no hay justicia en este mundo». Tuvieron que sentarla en una silla y darle un refresco azucarado ante el amago de desmayo que sufrió. Los agentes de la Policía Local, que cortaron el carril donde comenzó el accidente para dejar espacio al homenaje, incluso llamaron a una ambulancia, aunque Yolanda finalmente se recuperó y pudo abandonar el lugar por su propio pie.

Antes, aún tuvo fuerzas para decir unas palabras ante la prensa mientras enseñaba el anillo de casado que llevaba Aurelio en su mano: «Esto es lo que queda de mi marido. Y el conductor, libre».

La familia del turista atropellado mortalmente en Cala de Bou: "Una vida no vale 3.000 euros"

Guillermo Sáez

Yolanda no podía dar crédito a que el hombre que acabó con la vida de su marido ya esté de vuelta en la calle, mientras que el ladrón que le robó a su perro el pasado mes de diciembre esté en la cárcel, ya que fue condenado tras la celebración de un juicio rápido. «Por robar un perro vas a la cárcel y por matar a un hombre, nada», repetía incrédula.

También le costaba mucho hablar a Amayda, pero entre sollozos logró lanzar su emocionada petición: «Que todo el mundo sepa que no hay que coger el coche cuando se está borracho porque pagan inocentes como mi padre, al que se lo ha llevado un borracho cuando simplemente iba caminando por la acera».

Y en cuanto al conductor, sacaba más fuerzas de flaqueza para pedir «que esté en la cárcel». «Que sepa lo que ha hecho porque le está saliendo gratis», reclamaba. Tras el homenaje, los familiares volvieron al hotel, donde seguirán esperando a que les devuelvan el cuerpo de Aurelio, que seguirá custodiado por las autoridades mientras continúe abierta la investigación.

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