La familia del turista atropellado mortalmente en Cala de Bou: "Una vida no vale 3.000 euros"

Emotivo homenaje de los familiares del hombre de 62 años arrollado por un conductor borracho

Vídeo: Las declaraciones de la hija del turista atropellado mortalmente en Cala de Bou

Guillermo Sáez

Ibiza

La familia del turista atropellado mortalmente el domingo en Cala de Bou le ha rendido homenaje esta mañana en el lugar del accidente, donde un conductor borracho le arrolló con su furgoneta el domingo. La mujer e hijos del hombre, de 62 años y natural de Alicante, han viajado a la isla y han celebrado un emotivo acto de recuerdo y denuncia de los hechos, en el que han pegado un cartel en una valla cercana al lugar del accidente con el mensaje: "Pedimos justicia. Una vida no vale 3.000 euros". También han colocado flores y una foto de la víctima.

"Queremos justicia y darle a mi padre la despedida que se merece. Que todo el mundo sepa que cogen un coche borracho y pagan inocentes. Mi padre pasó un cáncer y ahora se lo lleva un borracho", ha criticado la familia, que ha recordado que el hombre caminaba como toca, por la acera.

"No llevaba en Ibiza ni doce horas"

"No llevaba aquí ni doce horas", han indicado al recordar que llegó a la isla el sábado a las ocho y media de la tarde y que el domingo a las siete y diez de la mañana "se lo llevaron por delante". La familia exige justicia, cárcel para el conductor que lo atropelló: "Que esté en la cárcel, que esté en prisión, que sepa lo que ha hecho, porque es que está saliéndole gratis". La víctima había venido con un amigo a pasar unos días en la isla, hasta el viernes.

La familia ha explicado, durante el homenaje, que han hablado con el responsable de la empresa (de Mallorca, pero con empleados aquí) en la que trabajaba el conductor, para el que el juzgado de Instrucción número 1 de Ibiza ha ordenado prisión provisional comunicada, eludible con una fianza de 3.000 euros. El joven, de nacionalidad peruana y 30 años de edad, conducía un vehículo de empresa y dio positivo en el test de alcoholemia. Según la familia, desde la empresa —"se han portado muy bien con nosotros"— les han asegurado que el trabajador, detenido y acusado de un delito de homicidio por imprudencia grave, "no tenía permiso para coger" la furgoneta.

"El jefe nos ha dado todos los datos, nos ha dicho que él se hace cargo de todo... No debería", ha continuado la familia de la víctima, que entiende que la empresa, que luego le reclamará al acusado, no tiene la culpa. "Básicamente, el chico cogió el coche, se fue de fiesta... Iba para su casa. Dicen que se durmió", han señalado los familiares, que han detallado los datos de la alcoholemia: 0,54 y, media hora después, 0,60. "Iba de subida", han indicado.

"A nosotros nos queda... Esto. Esto es lo que queda de mi marido. Y él, libre", ha lamentado su mujer, enseñando el anillo de casado de su marido, sobre el acusado, al que la magistrada le ha impuesto comparecencias periódicas en el juzgado, le ha retirado el carné de conducir y le ha prohibido salir de España.

La familia del turista atropellado mortalmente en Cala de Bou: "Una vida no vale 3.000 euros"

Guillermo Sáez

"No hay derecho"

"Tengo dos niños pequeños, la niña pequeña me ha preguntado: '¿Qué le van a hacer en el cielo? ¿Lo van a tratar bien?'. Una niña pequeña preguntando qué le van a hacer a su abuelo. No entiende por qué se lo llevan. No hay derecho", ha comentado Yolanda, esposa de la víctima, que se ha mostrado indignada con la fianza.

El detenido circulaba por la avenida de Cala de Bou en sentido a Sant Antoni el domingo a las siete de la mañana cuando arrolló a un peatón que iba por la acera y que quedó atrapado bajo la furgoneta. Era un turista de Alicante de 62 años que había salido a primera hora de la mañana de su hotel para dar un paseo.

El detenido colaboró en todo momento con la Policía Local de Sant Josep, que investiga los hechos. Según los trabajadores de una tienda de recuerdos cercana que llegaron al lugar de los hechos poco después del accidente, cuando el conductor fue informado de que la víctima del atropello había muerto, se derrumbó y comenzó a llorar sentado en el suelo.

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