Accidente

Todas las claves del atropello mortal de un turista en Cala de Bou

La víctima es un hombre alicantino de 62 años que se alojaba en un hotel cercano y que había salido a dar un paseo

David Ventura

David Ventura

Cala de Bou

Un turista de Alicante de 62 años de edad murió ayer domingo tras ser arrollado por una furgoneta mientras paseaba por la acera en la zona de Cala de Bou. El suceso ocurrió a las 7.10 horas de la mañana en la avenida de Cala de Bou, poco antes del cruce con la calle Albacete, en el municipio de Sant Josep.

Según las primeras hipótesis, el conductor, un peruano de 30 años de edad, que circulada por la avenida de Cala de Bou en sentido Sant Antoni- Sant Josep, quería girar por la calle Móstoles y, o se equivocó y se dirigió al cauce del torrente pensando que se trataba una bocacalle, o al percatarse de que se había pasado el cruce dio un volantazo y acabó sobre la acera derribando una farola y parte de la entrada a un comercio.

Justo en ese momento, el transeúnte, que había salido a primera hora de la mañana de su hotel para dar un paseo matinal, pasaba por ese lugar exacto de la acera y fue arrollado por el vehículo, produciéndose el fatal desenlace. Sobre el asfalto no había marcas de neumáticos, con lo que no se produjo ningún frenazo. Tras ser embestida, la víctima murió de manera prácticamente instantánea y se quedó atrapado bajo el coche, según informaron desde el 061.

El punto exacto en el que se produjo la tragedia. | D.V.

El punto exacto en el que se produjo la tragedia. | D.V.

Positivo en alcoholemia

El hombre fallecido era un turista natural de Alicante que se encontraba alojado en un hotel muy cercano al lugar de los hechos, según informó el Ayuntamiento de Sant Josep.

Tras el accidente, el conductor de la furgoneta, una Dacia Dokker de color blanco que era el vehículo de una empresa de construcción, fue sometido a pruebas de alcoholemia y drogas, dando positivo en alcohol y negativo en drogas, por lo que fue detenido por la Policía Local de Sant Josep por un presunto delito de homicidio por imprudencia grave.

Se trata de un hombre de 30 años y nacido en Perú que se mostró en todo momento colaborador con la Policía Local, que investiga los hechos. Según los trabajadores de una tienda de souvenirs cercana que llegaron al lugar de los hechos poco después del accidente, cuando el conductor fue informado de que la víctima del atropello había muerto, se derrumbó y comenzó a llorar sentado en el suelo, lamentándose de la tragedia que había provocado.

Hasta el lugar de los hechos se desplazó una ambulancia del 061, que solo pudo confirmar la defunción. También acudió la Policía Local de Sant Josep, que se encarga de la investigación, y bomberos del Parque Insular, que trabajaron para sacar a la víctima de debajo del vehículo. La Guardia Civil no intervino al tratarse de un tramo urbano.

Las huellas del accidente

En su salida de la calzada, la furgoneta derribó una farola y causó destrozos en la escalera y la barandilla del supermercado Vistamar, que lleva años cerrado. El vehículo quedó empotrado justo junto a la escalera, frente al hotel Tagomago y la parte trasera del Club Bergantín, en la salida de un torrente, lo que dificultó las labores de rescate.

Tuvieron que acudir tres equipos de auxilio en carretera de Grúas Ibiza. Debido a la complejidad del siniestro, fue necesario utilizar una grúa pluma para izar el vehículo y proceder a su retirada.

Algunos comerciantes que acudían a esa hora para abrir sus negocios pudieron oír un gran estruendo cuando se produjo el accidente. El suceso provocó retenciones de tráfico en la zona hasta que se retiró el vehículo y se levantó el cadáver, que fue llevado por los operarios de Pompas Fúnebres en un furgón.

Sobre las 10 de la mañana se restableció la normalidad en la vía, ante la mirada de muchos curiosos que a esa hora ya paseaban por la avenida.

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