Un taxista de Sant Josep denuncia a otro taxista por una agresión

Eran las dos de la madrugada, más o menos, cuando un taxista de Sant Josep se acercaba a un compañero, del mismo municipio, en la parada de Platja d’en Bossa cercana a Ushuaïa y le propinaba una paliza. «Le persiguió, le agarró del cuello, le propinó puñetazos, le tiró al suelo y una vez ahí le siguió golpeando», explica una de las hijas del taxista agredido después de que su padre haya recibido el alta.

El hombre denunció la agresión ante la Policía Nacional, donde le dijeron que la trasladarían a la Guardia Civil, por lo que ayer mismo tenía pensado acudir él personalmente, con sus piernas y cara amoratadas y llenas de heridas y el brazo en cabestrillo.

La agresión no sucedió así como así, venía de lejos. Ambos taxistas, un veterano de 61 años (el agredido) y un joven de 33 (el presunto agresor) habían trabajado juntos hace un tiempo. «Ya le había amenazado. Mi padre le tenía que explicar cómo hacer las cosas y no le gustaba. Le increpaba y le llamaba viejo», explica la hija de la víctima, que señala que hace dos años ya le agredió.

Ahora ambos trabajan en taxis diferentes y la noche del sábado se encontraron en la parada del aeropuerto. Según el relato del agredido, estaba el primero en la cola para coger clientes y advirtió a uno de los controladores «que se encargan de evitar conflictos» de que otro taxi pretendía colarse. «Mi padre cargó a los clientes, pero el otro taxista vio cómo le señalaba», explica la hija. «Le dijo ‘viejo de mierda, ¿tú qué tienes que decir de mí?’ y le cerró la puerta mientras aún tenía la pierna fuera», continúa. En ese momento, explica la mujer, su padre estaba con clientes, a los que llevó a su destino a pesar del dolor que sentía en la pierna.

Agresión a un taxista en Ibiza

El siguiente encontronazo fue ya en Platja d’en Bossa, donde, según el relato de la víctima de la agresión, se dirigió hacia él y, aunque intentó huir, como se ve en un vídeo que tiene la familia, finalmente le alcanzó y le propinó una paliza.

«Un joven de 33 años contra un hombre de 61 que, además, ya estaba operado de las piernas», comenta la hija, que no entiende cómo nadie intentó parar la agresión. «Había gente grabando y nadie hizo nada», explica. Con fuertes dolores, el hombre consiguió llegar a su casa y se echó en la cama. Allí lo encontraron sus hijas. «El novio de mi hermana es también taxista y la llamó de madrugada para avisarla», detalla antes de señalar que en apenas unos minutos la paliza era «la comidilla» entre los taxistas de la isla.

Así que se dirigieron a su casa, donde sólo estaba su padre, ya que su madre tenía turno de noche en Can Misses, y lo llevaron al hospital. Allí, tras realizarle varias pruebas, comprobaron que no tenía nada roto, pero sí un intenso dolor en el hombro, así que le pusieron el brazo en un cabestrillo, que debe llevar aún unos días, lo mismo que el tratamiento con antiinflamatorios.

El taxista y su familia están preocupados. No sólo por el tiempo que va a estar el hombre de baja en plena temporada hasta que pueda volver a conducir, sino también porque la agresión pueda repetirse.

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