Servicio marítimo
La Guardia Civil sólo tiene una lancha para vigilar la costa de Ibiza y Formentera
La propuesta de trasladar una tripulación para patrullar este verano en Ibiza y Formentera se queda sin voluntarios porque la dieta es de 61 euros diarios

Imagen, ayer a primera hora de la tarde, de la lancha de la Guardia Civil en el puerto de Ibiza. / JUAN A. RIERA
El Servicio Marítimo de la Guardia Civil solo cuenta con una lancha neumática de menos de diez metros de eslora con tres tripulantes para vigilar las aguas de Ibiza y Formentera, donde el año pasado se registró la llegada de 189 pateras en las que viajaban más de 3.000 migrantes irregulares.
Pero además los guardias civiles se deben encargar del control de las embarcaciones de recreo, la pesca y los chárteres, en una de la zonas marítimas más concurridas de España en temporada alta.
La propuesta de trasladar otra embarcación para dar servicio en verano se ha quedado sin voluntarios porque los 61 euros diarios que la Benemérita ofrece como dieta a los agentes no bastan para cubrir el alojamiento y la manutención en la isla, donde el coste de la vida, por no hablar de la vivienda, está disparado. Así que la solución por la que ha optado la Comandancia de Balears es enviar una de las patrulleras de Mallorca cuando se produce una emergencia. Esto supone alrededor de cuatro horas de travesía para llegar hasta las Pitiusas, donde solo puede operar un breve espacio de tiempo antes de iniciar el regreso a Palma.
Ibiza, y en especial Formentera, se han convertido en los últimos años en uno de los principales destinos de las pateras que trasladan migrantes irregulares desde Argelia. El año pasado llegaron a Formentera más pateras que a Mallorca: 167 embarcaciones, con 2.670 personas a bordo. A Ibiza llegaron 22 barcas, con 346 ocupantes. En total, 189 pateras con 3.016 migrantes. Y la tendencia va al alza.
61€ La dieta ofrecida a los agentes para venir a las Pitiusas es de apenas 61 euros diarios.
189 El año pasado llegaron a las Pitiusas un total de 189 pateras (167 a Formentera y 22 a Ibiza) con más de 3.000 personas.
Para hacer frente a esta avalancha, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil cuenta con una única embarcación que presta servicio en las costas de las Pitiusas. Se trata de una neumática semirrígida de menos de diez metros de eslora, con una tripulación de tres guardias.
Esta barca se encarga, además, de controlar todo el tráfico y los incidentes marítimos en Ibiza y Formentera: desde la vigilancia de la pesca, inspecciones de los chárteres y las miles de embarcaciones de recreo que cada verano convierten estas aguas en unas de las más concurridas del litoral español.
Para tratar de superar este desbordamiento, la Guardia Civil planeó traer a Eivissa una de las patrulleras del Servicio Marítimo de San Sebastián, pero este refuerzo finalmente no se ha hecho efectivo ya que no cuenta con una tripulación.
La oferta para los guardias que aceptaran venir a trajabar a Eivissa en comisión de servicios estipulaba unas dietas de 61 euros diarios, con lo que debían cubrir los gastos de manutención y alojamiento. Insuficiente para una isla con uno de los alquileres más altos de España. No se han presentado voluntarios.
Ante la falta de medios en Ibiza y Formentera, la Comandancia de Balears se ha visto obligada a desplazar embarcaciones desde Mallorca cuando se produce una incidencia grave. En la base de Porto Pi, en Palma, el Servicio Marítimo de la Guardia Civil cuenta con cuatro patrulleras: una embarcación de altura de 30 metros de eslora y tres patrulleras ligeras de entre 17 y 21 metros. Para desplazarse desde Mallorca a Formentera, una de estas lanchas necesita más de cuatro horas de travesía y otras cuatro para volver. De manera que apenas dispone de un breve lapso de tiempo para realizar las intervenciones. Esta medida supone un gran consumo de combustible, solo para el traslado.
A ello se une que Formentera no cuenta con una estación del SIVE (Servicio Integral de Vigilancia Exterior), el sistema de radares que permite detectar las embarcaciones irregulares. Las Pitiusas cuentan con una única estación, al norte de Eivissa, que no es operativa para detectar las rutas de inmigración. Llevan años presupuestando su traslado a Formentera, pero todavía no hay fecha para llevarlo a cabo.
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