Punto final a los muertos para fondear en Cala Vedella

Un grupo de buzos se emplea a fondo en la campaña anual de limpieza submarina que lleva a cabo Sant Josep

Vídeo: Limpieza en cala Vedella

Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

Sant Josep

Tan solo en la bahía de Cala Vedella, se han contabilizado cuarenta muertos para el fondeo de embarcaciones. Para más inri, la mayoría están sobre posidonia oceánica, lo que agrava aún más el atentado medioambiental. Ante este panorama, la concejala de Medio Ambiente de Sant Josep, Felicia Bocú, implora la ayuda tanto el Estado como del Govern balear, que se reparten las competencias de la Demarcación de Costas. «Necesitamos que intervengan para controlar los fondeos incontrolados», advierte la concejala.

Con 84 kilómetros, Sant Josep cuenta con el litoral más extenso de Balears. Además de que su costa está intensamente turistificada, su cercanía con la Península la convierte en destino recurrente para una avalancha de embarcaciones cada verano.

Los efectos adversos de esta presión náutica se evidencian bajo el mar. Por ello, en los últimos años, el Ayuntamiento emprende cada temporada una campaña de limpieza con buzos profesionales, que no solo se limita a los muertos para el fondeo. En 2024 se extrajeron 12 toneladas de todo tipo de residuos en una parte de la bahía de Portmany y entre Cala Carbó y Cala Molí. «Se encontraron hasta frigoríficos», apunta Bocú, indignada al recordarlo. El técnico municipal de Medio Ambiente, Raúl Luna, apostilla que recogieron 400 botellas de vidrio que estaban apiladas en un rincón de Port des Torrent.

¿Pero cómo puede ir a parar tal cantidad de envases al fondo del mar? «Tuvo que ser alguna fiesta, pero no tenemos ni información ni pruebas al respecto», admite Luna. En otra campaña anterior, tuvieron que recuperar un vehículo, entre sa Caleta y es Bol Nou, debido a un suicidio. En este, caso, se tuvo que llevar a cabo una campaña extraordinaria para extraer todos los restos del automóvil, esparcidos en el litoral.

Desde hace tres temporadas, estas actuaciones submarinas no suponen ningún desembolso extraordinario para las arcas municipales. En el último concurso público para adjudicar el balizamiento de las playas, Sant Josep añadió una mejor puntuación para aquellas empresas que ofrecieran cuatro jornadas de limpieza con buzos. Para esta temporada, los esfuerzos se han concentrado en Cala Vedella. En esta playa, se han llevado a cabo jornadas con voluntarios de manera periódica, con la recogida de plásticos y residuos ligeros. No obstante, esta será la primera actuación a fondo con profesionales.

La organización

Un equipo de seis submarinistas de la empresa Deltasub se emplea a fondo desde el miércoles, en Cala Vedella, a bordo del ‘Copper’. La embarcación dispone de una grúa para depositar en popa el material de mayor peso, que después se traslada al puerto de Sant Antoni. En su mayoría, se trata de estructuras para el fondeo (los muertos), a unos ocho metros de profundidad, que se extraen con globos elevadores.

«Encontré dos muertos de 2.500 kilos y otros dos de 1.200, pero también hay otros que solo pesan 60 kilos», detalla Sergi Villalba, uno de los submarinistas desplegados en el operativo. Él fue el responsable del trabajo preliminar, explorando toda la ensenada para documentar el material que tocaba retirar.

En su jornada de observación, Villalba contabilizó 40 puntos ilegales para el fondeo, una cifra que aumentará en las extracciones posteriores. «Hay muchas cosas que no ves porque están tapadas por la posidonia y las descubres en otras inmersiones. También sucede a veces que, al extraer un muerto, aparece otro debajo» apunta este experto.

En el puente de mando del ‘Copper’ se encuentra el jefe de equipo, David Ciurana. Está contacto en todo momento con el compañero que trabaja bajo el agua gracias a la comunicación radiofónica y al monitor que reproduce la cámara que lleva el submarinista.

Pese a que el objetivo es extraer el mayor número de muertos, hay veces que conviene dejarlos en el fondo. «Hay algunos muy pesados y engullidos por la vegetación, por lo que se arrancaría demasiada posidonia para sacarlos», explica Felicia Bocú. En estos casos, se corta la argolla que permite fondear los barcos en estos muertos, de manera que estos puntos de amarre ilegales quedan inutilizados. Hasta el momento, y a falta de la última jornada, han podido sacar siete toneladas de residuos del mar.

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