Playas
La vida del socorrista a caballo entre Ibiza y Argentina
Los socorristas que vigilarán en las playas de Santa Eulària durante toda la temporada se someten a una prueba teórica y ejercicios prácticos para revalidar su condición de guardavidas
Parte de ellos hacen la temporada al otro lado del charco y ahora vienen a este municipio de Ibiza, donde el servicio comienza a prestarse el 1 de mayo

Sergio G. Cañizares

Alrededor de veinte socorristas se preparan este lunes por la mañana en la playa de Santa Eulària, a la altura de la zona des Riu, para enfrentarse a las pruebas físicas que sirven para revalidar su condición de guardavidas. Vienen de realizar la parte teórica y ahora toca llevar a cabo ejercicios prácticos de rescate de víctima en el agua, de carrera de 80 metros paralela a la costa, e incluyendo también evaluaciones de RCP (respiración cardiopulmonar), DESA (desfibrilador semiautomático) y oxigenoterapia.

Los socorristas que vigilarán en las playas de Santa Eulària durante toda la temporada se someten a una prueba teórica y ejercicios prácticos / J.A.RIERA
En el grupo hay algunos españoles, pero el acento que más se oye es el argentino. Y es que parte de ellos trabaja la mitad del año en su país natal y la otra mitad en Europa.
«Ocurre fundamentalmente porque nuestro título habilitante es compatible con la demanda de titulación que hay en Europa. De alguna manera, estamos sobrecualificados, porque un curso en Argentina dura aproximadamente 18 meses». Así lo explica Matías Ruiz y lo confirman algunos de sus compañeros. «No es que trabajemos de socorristas, es que somos socorristas», subraya Ruiz. Él ya lleva unos 25 años dedicándose a esto, ahora caballo entre el Partido de La Costa, en Argentina, y España. Aunque también tiene experiencia en Italia y Francia. Es fijo discontinuo (como todos sus compañeros) y ejerce su labor en Cala Nova. Destaca que es algo «muy vocacional».
Responsable de socorros
Esta temporada Cruz Roja prestará servicio en doce playas del municipio de Santa Eulària (a través de un convenio con el Ayuntamiento) a partir del 1 de mayo. Juan Antonio Torres, responsable de socorros y emergencias de Cruz Roja Ibiza, explica que los socorristas provenientes de algunos países de América del Sur «han estado trabajando en playas con otro tipo de emergencias y allí el socorrismo tiene una formación muy elevada desde hace muchos [más] años». No obstante, destaca que hace unos años la dirección general de Emergencias en Balears «sacó un decreto que obliga a todos a tener el certificado profesional, que cuenta con una carga horaria bastante elevada». «Además, para garantizar la formación de socorristas, todos deben tener un carnet profesional».
Preguntado Ruiz por los pros y contras de ser socorrista, indica que seguramente la parte más complicada es pasar la jornada al sol. «Por otro lado, hace falta estar muy atento», recuerda. «La parte más bonita, y esto es algo que creo que te dirían todos mis compañeros, es el sentimiento de empatía que tienes a la hora de arriesgar tu propia vida para salvar la de un tercero y ver que el rescate acaba de manera satisfactoria», concluye este argentino.
Alejandro, compatriota suyo, destaca: «Llevo 16 años como guardavidas en Argentina y esta es mi sexta temporada en España», todas ellas en Ibiza. Se decidió por la isla a raíz de recomendaciones de amigos con trabajo y vivienda en la isla. Él también vive mitad del año en un lugar y la otra mitad en el otro.
Victoria, también argentina, indica, como motivo para venir a España, que las condiciones laborales aquí son mejores: «Venir puede estar bien para crecer personal y laboralmente». Ella lleva diez años como socorrista y este va a ser el primero en Ibiza. Ya estuvo uno en Cataluña. Se mudó a España en abril del año pasado.
A su lado está Luis, de Uruguay, donde la preparación para guardavidas es de un año, cuenta. «Llevo 30 años en el sector. Trabajé en Uruguay, unos siete años en la Costa Brava, y ahora llevó cuatro o cinco en Ibiza» durante todo el año.
La vivienda
Por otro lado, la falta de vivienda asequible afecta a prácticamente todos los sectores y los socorristas de la isla tampoco se libran, según señalan tres de ellos al ser preguntados por este asunto. Este es el resumen de lo que cuentan: hay algunos que, a raíz de la red de contactos que han ido tejiendo en la isla, ya tienen un sitio en el que alojarse durante la temporada en la isla. Son fijos discontinuos y una plantilla muy veterana. Por otro lado, uno de los encuestados recuerda que la problemática habitacional en Ibiza «no está resuelta» y que hay trabajadores compartiendo habitación. «Hay quienes no vuelven y prefieren quedarse en la península, donde la vivienda es más económica», agrega.
Otros tienen piso (de temporada o de todo el año) o viven en «una furgoneta» durante la temporada en Ibiza. «Algunos directamente no buscan habitación ni piso», indica otro de estos profesionales. El tercero de ellos expresa que siempre permanece en un segundo plano la incertidumbre por la posibilidad de que no les renueven el contrato del alojamiento que tienen cada verano en Ibiza. «Nadie cae acá como caído de una palmera. Siempre vienen por recomendación de algún compañero que ya trabaja aquí», señala al ser preguntado por si quienes vienen de fuera ya conocen la situación habitacional de la isla o les pilla por sorpresa.
En este sentido, Juan Antonio Torres, de Cruz Roja, señala que la plantilla con la que cuentan está conformada por fijos discontinuos que ya llevan muchos años trabajando en Ibiza. «La vivienda es algo complicado tanto para residentes como temporeros, no se libra nadie, pero por otro lado ellos ya tienen una cadena de contactos e incluso tenemos algunos que mantienen el piso todo el año aquí y están empleados todo el año. No tienen tanto problema como alguien que venga de primeras a la isla», afirma.
También explica que tras el primer convenio para socorristas de Balears (firmado en 2022) hubo «una mejora considerable de salarios» y en otros puntos, como las vacaciones.
Torres detalla que «actualmente se está renovando el 90% de la plantilla de un año a otro»: «Y es verdad que cuando necesitamos gente nueva, de fuera, lo primero que nos piden es si les damos alojamiento, que en nuestro caso no lo hacemos, y ahí es donde tenemos más complicación. Porque si no tienen ningún contacto en la isla, es muy difícil». Señala que ejercer exige una titulación que poca gente de Ibiza tiene: «El socorrista de playa no es una profesión tan arraigada entre la gente local». Matiza que, a pesar de las dificultades, al final se acaba pudiendo cubrir el trabajo diario de la temporada, para lo que se necesitan «entre 45 y 50 personas» en julio y agosto: «Empezamos de manera escalonada, con 20 socorristas, y después ampliamos hasta llegar a los 45-48 que necesitamos para julio y agosto. Para llegar a estos numerosos hacemos un esfuerzo de convocatorias».
Concluye que, aunque cueste cubrir la plantilla, se acaba consiguiendo.
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