Quejas por un grupo de personas que pernocta y hace botellones en el Mercat Nou

Algunos de los bares del Mercat Nou de Vila están hartos de las molestias y suciedad que se encuentran todas las mañanas frente a sus negocios. Igualmente, lamentan que no reciben ningún tipo de solución por parte del Ayuntamiento de Ibiza. Por su parte, el concejal de Comercio Álex Minchiotti, indicó ayer que tenía constancia de estas molestias, por lo que ya ha solicitado mayor presencia de la Policía Local por la noches y de los servicios de limpieza por la mañana, además de anunciar mejoras en la iluminación de estas terrazas.

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El origen del problema, que se repite «diariamente desde hace meses», se debe a un conflictivo grupo de personas que pasa toda la noche bebiendo y pernoctando en la zona, aprovechando el cobijo que les ofrece una de las pérgolas que queda instalada en el exterior.

Según comenta uno de los empresarios afectados, que prefiere mantener el anonimato, cada mañana se encuentra todo tipo de botellas y suciedad frente a su negocio. No solo se topa con residuos, sino incluso con «excrementos, vómitos, orines, colchones y cartones para dormir, maletas, ropa tirada por todas partes o las bolsitas que se usan para guardar la cocaína. Cada día pasa lo mismo y esto ya es un escándalo».

Quejas al Ayuntamiento

El hostelero aporta imágenes para confirmar su testimonio. En una de ellas, tomada el pasado 15 e octubre, se observa una maleta de grandes dimensiones destrozada y todo tipo de ropa esparcida por el suelo. Recuerda que, como mínimo, a partir de esa fecha se repite la misma situación, jornada tras jornada, así como sus quejas ante el Ayuntamiento de Ibiza.

En otras fotografías, la última de ellas tomada en la mañana de ayer, se aprecian diversos tipos de botellas de cerveza o licores, así como colillas y numerosa suciedad. En otra de las fotografías incluso se aprecia el suelo cubierto de sangre.

De hecho, este empresario ha tenido que retirar una de sus mesas en la esquina donde se resguarda este grupo, para que sus clientes no se la encuentren llena de basura y suciedad cuando abre puertas, a las siete y cuarto de la mañana.

«Ellos suelen irse a las seis, cuando empieza el movimiento en el mercado. Son peligrosos. Me los encontré una vez de noche y se se me encararon de mala manera», advierte este afectado.