Apagón general

El Hospital Can Misses de Ibiza, listo para un apagón general

Baterías de los aparatos, sistemas de alimentación ininterrumpida propios en los servicios más delicados como la UCI o los quirófanos y grupos electrógenos capaces de garantizar el suministro eléctrico mientras haya combustible. Son las barreras del Hospital Can Misses frente a un apagón como el que se vivió ayer en la Península.

Vista general del Hospital Can Misses.  | VICENT MARÍ

Vista general del Hospital Can Misses. | VICENT MARÍ

Marta Torres Molina

Marta Torres Molina

Ibiza

«Mientras haya gasoil, el Hospital Can Misses no se quedará sin suministro eléctrico». Así de contundentes se muestran en la gerencia del hospital público de Ibiza cuando se les pregunta si están preparados para un apagón general. Durante los primeros instantes del vivido ayer en toda la Península Ibérica los centros sanitarios eran uno de los puntos que más preocupaban. ¿Dejan de funcionar los respiradores? ¿Qué pasa si se va la luz en mitad de una operación? ¿No se pueden extender recetas? ¿Se paran las máquinas de rayos o el TAC? ¿Se interrumpen los tratamientos de quimioterapia?

La respuesta, en el caso del Hospital Can Misses, es que no. Quizás haya un pequeño parpadeo, un titilar apenas imperceptible, pero luego sigue todo. Se hace de nuevo la luz, como si nada hubiera pasado. El mundo exterior quizás se suma en las tinieblas, pero intramuros hospitalarios se mantiene la luz. Es, al menos, lo que debería pasar. Para eso están preparadas las instalaciones y para eso el centro cuenta con un plan de emergencia para apagones diseñado para que todo se mantenga y que la falta de electricidad no ponga en riesgo la salud ni la vida de los pacientes. Ni de los profesionales. «Hay varios sistemas para ello. Algunos que se ponen en marcha inmediatamente y otros que garantizan el suministro eléctrico a largo plazo», explican desde el hospital, algo que se pudo comprobar este lunes, poco después de las seis de la tarde, cuando en las islas se vivió una caída generalizada de las comunicaciones.

Saltan al segundo

Esos primeros dispositivos que saltan al segundo tras detectar que se ha ido la luz son «las baterías de los propios aparatos». La inmensa mayoría de los equipos que dependen de la electricidad cuentan con este sistema que garantiza que seguirán funcionando de forma autónoma, tirando de su propia batería, durante un tiempo que ronda los 60 minutos.

En el caso de servicios y unidades especialmente complejas o delicadas, aquellas en las que el hecho de que se vaya la luz puede suponer la vida o la muerte de una persona, cuentan con sus propios sistemas de alimentación ininterrumpida (SAI) que se ponen en marcha en cuanto se corta el suministro o, incluso, cuando este es inestable. Es el caso de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI), el bloque quirúrgico o la sala de Hemodiálisis. El Hospital Can Misses tiene su propio SAI, además.

Por si esto no fuera suficiente, el Hospital Can Misses cuenta con sus propios grupos electrógenos que, en el caso de que la isla se quedara sin suministro eléctrico «salvarían la situación». Se alimentan con gasoil, por lo que, mientras haya combustible, estos grupos electrógenos seguirían garantizando el funcionamiento de todo. «Alimentan a los SAI», señalan desde Can Misses.

Además, hay placas solares, tanto en el Hospital Can Misses como en varios centros de salud, lo que ofrece aún más seguridad de que se mantendrá el suministro.

En total, el Área de Salud de Ibiza y Formentera cuenta con cerca de 1.500 paneles en sus instalaciones: el hospital y tres centros de salud (Vila, Sant Jordi y Sant Antoni). «El Hospital Can Misses tiene instalados un total de 816 paneles solares. Hay otros 173 en el ambulatorio de Vila, en la avenida Vuit d’Agost, 156 en el centro de salud de Sant Jordi y 330 paneles en el de Sant Antoni», señalan desde la gerencia.

Todos estos paneles suponen una producción anual de electricidad de 585.366kWh. Más de la mitad de ellos (321.451 kWh) proceden de las placas instaladas en el hospital. Le sigue en producción de electricidad el ambulatorio de Sant Antoni, con 138.176 kWh, mientras que la electricidad que producen los centros de Atención Primaria de Vila y Sant Jordi es muy similar:67.987 y 57.842 kWh, respectivamente.

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