Vicent Ribas: «Como dijo Francisco, las iglesias deben ser un hospital de campaña»

«Un servidor bueno y fiel». Solo han pasado unos pocos minutos desde el comienzo de la misa por el día de Sant Jordi y el obispo de la diócesis de Ibiza y Formentera, Vicent Ribas Prats, aprovecha su sermón para hablar sobre el papa Francisco, que falleció en la mañana del pasado lunes.

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No cabe ni un alfiler en el interior de la iglesia de Sant Jordi. Son cerca de las once de la mañana y los asistentes esperan, sentados o de pie, el comienzo de la misa oficializada por Ribas. El obispo inicia su discurso hablando sobre Sant Jordi, «un mártir que prefirió perder la vida antes que la fe». Mientras tanto, los feligreses escuchan con enorme atención las palabras de Ribas.

Aunque el día de Sant Jordi «es una fiesta muy grande», según afirma Ribas, matiza que es «una jornada triste, a causa de la muerte el pasado Lunes de Pascua del Santo Padre, un hombre muy querido no solo por los cristianos, también por las personas de otras culturas y religiones que lo tenían como un referente». Ribas agrega: «El Papa era un hombre de Dios y qué signo de Dios más bonito que justamente falleciera un Lunes de Pascua, ya que lo último que hizo fue dar la bendición el domingo de Pascua».

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Además de las palabras de admiración que Ribas dirigió al papa  Francisco, también recordó algunas de las célebres frases del sumo pontífice: «Como diría el papa Francisco, las iglesias deben estar siempre abiertas y ser un hospital de campaña, ya que deben ser el refugio para acoger a aquella gente que están heridos por la vida y la iglesia de Sant Jordi no está exenta de ello ».

«Muchas condolencias»

El obispo afirma que desde la muerte del papa Francisco, son «muchos los mensajes de condolencias» que ha recibido. El dolor provocado por la reciente pérdida del pontífice marca el apenado discurso para el día de Sant Jordi de este 2025. A pesar de ello, no todo es pena y tristeza durante la misa, ya que incluso tiene tiempo para felicitar al presidente del Consell de Ibiza, Vicent Marí, por su cumpleaños.

La nota negativa de la misa es el alboroto que se origina en el pequeño porche ubicado en el exterior de la iglesia. El estruendo dificulta en ciertos momentos la comprensión del discurso de Ribas, situación que lamentan algunos de los oyentes que ordenan en repetidas ocasiones «silencio» a las ruidosas personas que se encuentran en el exterior de la parroquia.