Playas| Santa Eulària

S’Aigua Blanca seguirá abierta pese al riesgo de desprendimientos

Este invierno se han hecho trabajos de saneamiento y estabilización en todo el perímetro del acantilado en la playa perteneciente a la parroquia de Sant Carles. Los carteles con advertencias se mantienen para recordar que hay que tener precaución.

Estela Torres Kurylo

Estela Torres Kurylo

Santa Eulària

La playa de s’Aigua Blanca, perteneciente a la parroquia de Sant Carles, es conocida por la belleza de sus aguas cristalinas y porque fue una de las principales playas nudistas de Ibiza. También lo es por sus altos acantilados rocosos y precisamente por éstos, en los últimos años la playa también ha destacado por cerrarse en numerosas ocasiones por el peligro de desprendimientos de rocas o tierra. El cierre más reciente fue en octubre de 2024, cuando el Ayuntamiento de Santa Eulària explicó que permanecería cerrada durante un mes debido al «grave riesgo que supone para la integridad de las personas que acuden a esta conocida playa». El Consistorio señaló que en ese tiempo de cierre se llevarían a cabo trabajos de saneamiento y estabilización del acantilado, que a día de hoy ya se han realizado, por lo que la playa está abierta de nuevo.

Durante este invierno se han llevado a cabo trabajos en altura en todo el perímetro del acantilado, según ha podido saber este diario: «Se han hecho demoliciones controladas y se han retirado piedras sueltas que podrían ser susceptibles de desprenderse», explican desde el Ayuntamiento de Santa Eulària.

A pesar de estos trabajos, quienes se acerquen a la playa podrán comprobar que se mantienen los carteles en diferentes puntos de s’Aigua Blanca para advertir sobre el «peligro por desprendimientos» y las zonas en las que está «prohibido tumbarse».

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Cartel que señala las zonas por peligro de derrumbe y en las que está prohibido tumbarse en s'Aigua Blanca. / Toni Escobar

Especial precaución

«Se mantiene para recordar que cabe tener especial precaución por peligro de desprendimiento por las condiciones del terreno, que es arcilloso», indican desde el Consistorio.

Precisamente por estas condiciones, en esta playa también ocurre que, cuando hay fuertes temporales, éstos se llevan toda la arena de la orilla y las olas chocan directamente con la base de los acantilados. Razón por la que la playa se llegó a cerrar en otras ocasiones.

Teniendo esto en cuenta, el Ayuntamiento señala que «la idea es volver a hacer una actuación similar [a la de este invierno] una vez acabe esta temporada».

Este lunes eran varios los grupos de personas que se encontraban en la playa tomando el sol, con su toalla colocada en la arena. Todas ellas, eso sí, respetando las zonas marcadas por las advertencias. Entre ellas, por ejemplo, los tramos en los que hoy en día la arena está llena de rocas (entre las zonas en las que antiguamente había dos quioscos) o la parte en la que se encuentra la construcción que había a la izquierda de la playa, mirando hacia el mar, que tiene una parte de su muro desprendida desde hace tiempo. Este talud también cuenta con la cartelería que avisa de que nadie debe colocarse debajo.

Avisos de peligro

Ante este paisaje, la palabra «fatal» es la primera que menciona una vecina de la zona al preguntarle cómo considera que está la playa, sobre la que desconoce los trabajos realizados durante el invierno. La mujer, que prefiere mantenerse en el anonimato, tiene un alojamiento de alquiler cerca de la zona y señala que, además del estado de la playa, la falta de servicio de recogida de basuras genera que éstas se acumulen constantemente en la arena: «Tengo clientes que han vuelto de la playa con bolsas llenas de residuos que la gente ha dejado allí», explica sobre algo que le ocurre desde hace varios veranos.

Esta falta de recogida de basuras se debe a que el Ayuntamiento de Santa Eulària suspendió las concesiones de servicios que había en la playa, de quiosco y hamacas entre otros, cuyos concesionarios eran hasta entonces los encargados de la recogida de desperdicios. Esta decisión se tomó tras los desprendimientos que se produjeron en 2021, que causaron heridas leves en dos personas, y de otro desprendimiento que ocurrió en mayo de 2022, que también llevó al cierre de un tramo de la playa.

Playa natural

Al no haber concesiones, un portavoz del Consistorio explicó en 2023 que s’Aigua Blanca pasó a considerarse ‘playa natural’, por lo que no se hacía recogida sistemática de desperdicios. Esperaban en el Ayuntamiento que, con conciencia medioambiental y civismo, los usuarios de la playa se llevasen sus desperdicios.

Otro de los problemas que menciona la vecina, como el más molesto para ella, es que, con tal de llegar a la playa, los usuarios de s’Aigua Blanca aparcan en los lugares que encuentran, aunque no esté permitido hacerlo. «Todos los turistas que vienen buscan s’Aigua Blanca y hacen lo que sea para llegar», comenta. Esto incluye aparcar coches en los bordes de calles como la de es Figueral, aunque estén pintados de amarillo, lo que indica que está prohibido estacionar.

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Colapso en la calle es Figueral durante el verano. / Vecina de la zona

La mujer comenta que esta situación se da desde que se cerró en 2023 un solar que se utilizaba como aparcamiento, en el acceso que hay más al norte de la playa.

Ese solar está junto a una valla que se colocó hace años para cerrar el paso a turismos en los últimos 300 metros del camino hacia la playa para evitar colapsos y facilitar el acceso a vehículos de emergencias en caso de que tuvieran que pasar. Hoy en día este vallado sigue cortando el paso, con el aviso de que la «circulación [en ese tramo] está prohibida».

Coches en zonas prohibidas

Por este motivo, la vecina critica que durante los dos últimos veranos se generen colapsos en torno a los apartamentos y viviendas que hay en la calle es Figueral. «Aunque haya carteles que señalan que sólo pueden pasar vecinos y autorizados, la gente no hace caso y se genera colapso porque la calle es de un único sentido», señala. «Algunos días ha sido tan caóticos que he tenido a clientes que pensaban que no llegarían al aeropuerto», lamenta.

Esto se da porque «si viene un coche por un lado, que sale de la calle y se cruza con otro que entra, se hace imposible salir, porque no hay manera de manejar el tráfico al estar todo lleno de coches», apunta.

Cuando esto ocurre, la vecina asegura que llama a la Policía Local: «Ellos dicen que no es su competencia y que llame a la Guardia Civil, que a la vez me dice que tengo que contactar con Tráfico». Al contactar con estos últimos, la mujer comenta que le dicen que «tienen otras cosas más importantes que atender», por lo que le aconsejan llamar a diario al 062, el teléfono de emergencias de la Guardia Civil, para que, mediante insistencia, alguien llegue a actuar.

Ante esta situación, se pregunta: «¿Quién va a venir a poner multas?», porque insiste en que los laterales de la calle «están pintados de amarillo».

Al comentar la situación que generan los colapsos por la falta de aparcamiento en la zona, desde el Consistorio señalan que «se está estudiando» cómo encontrar una solución de cara a este verano.

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