Erasmus
Una escapada de Erasmus para descubrir que hay una Ibiza más allá de las discotecas
El viaje a Ibiza se ha convertido en una cita icónica entre los estudiantes becados por este programa educativo en España

Viaje de Erasmus en Ibiza / Josep Àngel Costa

Entre los estudiantes Erasmus que se dan cita en el parque Reina Sofía abundan las gafas de sol y los bostezos. Son las diez menos cuarto de la mañana del domingo y algunos rostros denotan los estragos de la noche anterior en la discoteca Avyca de Platja d’en Bossa. Pero con una media de edad de veintimuypocos, enseguida se les pasará el aletargamiento y recuperarán la compostura.
Carmen Marí conoce muy bien el cambio de estado que experimentan estos jóvenes en menos de una hora. Ella es una de las cuatro guías que, durante este fin de semana, atiende a las visitas especiales que ha organizado el Ayuntamiento de Ibiza para los jóvenes de Erasmus.
A Marí le tocará dirigir cinco excursiones. «Cuando empezamos por el Portal Nou, están muy pasotas, pero después se van animando y, cuando llegamos aquí [la plaza de la Catedral], se quedan alucinados al descubrir las vistas del puerto», indica.
Estos jóvenes se entusiasmarán aún más en la posterior bajada por la Ronda Calvi y su panorámica de es Freus y toda la costa hasta ses Salines. «Se nota que muchos de ellos no están acostumbrados a ver el mar», precisa Marí.
El grupo de este turno de visitas a Dalt Vila está formado por una cincuentena de estudiantes de la Erasmus Student Network (ESN) de Valencia y de Alcoy. En total, se han sumado a este evento, conocido como ESN Ibiza Trip, agrupaciones de 38 universidades españoles, repartidas en 27 ciudades.
Este año, en la decimoctava edición de esta convocatoria internacional, participan 1.700 jóvenes, una cifra ligeramente inferior a la del año pasado debido a que las fechas han coincidido con la Semana Santa. Aunque la mayor parte de los alumnos son europeos, ya que se trata de un programa educativo financiado por la UE, se contabilizan 66 nacionalidades distintas. En el parque Reina Sofía, antes de iniciar el recorrido, un grupo de chilenos y mexicanos comentan que aprovecharon la jornada anterior para visitar el mercadillo de Sant Jordi y disfrutar de la playa en Platja d’en Bossa.
Oferta de ocio
No han tenido tiempo de conocer mucho más, ya que desembarcaron el viernes y han gozado de dos noches de fiesta en discotecas. Además, por las tardes también tienen a su disposición pool parties masivas en el Hotel Vibra Mare Nostrum, uno de los dos establecimientos que alojan a estos viajeros.
A este grupo de latinoamericanos les acompaña una ucraniana, Lada, que ha conocido España por primera vez gracias a su beca Erasmus. Confiesa abiertamente que se ha enamorado del ambiente «loco» de Valencia: «Es increíble, hay mucha fiesta, mucha playa y mucha paella».
Nima es un joven iraní que estudia Ingeniería eléctrica en Alemania, pero hace un mes que llegó a Valencia gracias al programa de movilidad internacional. Él ya conocía España de una visita anterior a Barcelona, por lo que su impresión no ha sido tan acusada como la de su amiga ucraniana. Así y todo, admite que «aquí la gente es más abierta y alegre que en Alemania».

Un grupo de estudiantes de Erasmus en el parque Reina Sofía. / J.A.C.
Yaren y Bilge son dos amigas de Estambul que ahora comparten destino en el campus de Alcoy como estudiantes de Ingeniría Industrial y Geográfica, respectivamente. Ambas se están sorprendiendo por la riqueza histórica de Dalt Vila y el animado ambiente de la ciudad: «Es muy hermosa y, aunque no sea verano, se ve que tiene mucha energía».
Además de los estudiantes, participan en este viaje un buen número de voluntarios de las distintas asociaciones de ESN en las universidades españolas. Todos ellos se han beneficiado anteriormente de una beca Erasmus, por lo que ahora aportan su granito de arena en la organización.
Experiencia vital
«Es una experiencia que te cambia la vida, porque conoces a mucha gente nueva y de otras culturas. Era la primera vez que vivía fuera de casa y me sirvió para abrir los ojos», valora Alberto Valverde. Él estudia Informática y cursó el pasado cuatrimestre en Praga, pero también aprovechó para visitar Austria, Alemania, Hungría y Eslovaquia.
Para Ariadna Vela, esta es su tercera visita a Ibiza con el ESN Ibiza Trip y la segunda como voluntaria de la organización. Así, puede confirmar que el recorrido por el patrimonio histórico regala los mejores momentos de esta escapada. «Me parece increíble lo bien conservado que está el casco histórico. Sobre todo para mí, que vengo de Barcelona y allí el centro es un caos», apunta Vela.
Patricia Valverde, otra veterana de la organización, añade que la excursión a Formentera es otro de los grandes recuerdos que conservarán los jóvenes. «Al acabar el viaje les hacemos unas preguntas, para elaborar un informe, y la impresión que tienen de estas visitas es superpositiva», subraya.
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