Libros
La historia real detrás de ‘Ses germanes captives’
Toni Manonelles presentará mañana en la sede del IEE su tercera obra, ‘Una barqueta de moros. La història d’un romanço’, una exhaustiva investigación sobre uno de los romances ibicencos que UC rescató del olvido

Toni Manonelles, ayer, en la sede de Diario de Ibiza con su nuevo libro. / Vicent Marí

Como si de una apasionante historia de intriga se tratara, Toni Manonelles lleva cuatro años tratando de desvelar todas las incógnitas que hay detrás de uno de los temas que popularizó UC con su primer álbum, ‘Cançons d'Eivissa’, lanzado en 1974. Estamos hablando de ‘Ses germanes captives’, aunque, como apunta este estudioso de las tradiciones ibicencas, «el nombre más correcto y fiel a los hechos» es el de ‘Una barqueta de moros’.
Hace medio siglo, el emblemático grupo formado por Victorí Planells, Isidor Marí y Joan Marí Murenu salvó del olvido este romance ibicenco y ahora Manonelles le vuelve a dar vidilla gracias a un trabajo de investigación exhaustivo titulado ‘Una barqueta de moros. La història d’un romanço’, que presentará mañana a las 20 horas en la sede del Institut d’Estudis Eivissencs (IEE), en Vila.
Su interés por el asunto nació «mientras estaba haciendo una recopilación de cançons y romanços tradicionales de Ibiza». Del tema que recuperó UC encontró inicialmente doce versiones y eso le llevó a preguntarse si la historia de ‘Una barqueta de moros’ era real o ficticia o una combinación de ambas cosas. Que aquel relato en forma de romance ocurrió realmente ya lo avanzamos ahora, pero antes vamos a centrarnos en cómo llegó el experto en folclore ibicenco a averiguar esto y otros muchos detalles que aparecen en el libro, el tercero del autor después de ‘En Lluc Daifa i es horts de ses Feixes’ y ‘Ball pagès. Orígens’, coescrito con Miquel Mayordomo.
Para su estudio, Manonelles recurrió, entre otras cosas, «a libros, escritos, publicaciones, grabaciones de discos, casetes caseros y cuadernillos de canciones» de esos que antaño los ibicencos empleaban para practicar la escritura. Gracias a esas fuentes, en una primera batida localizó doces versiones y después, haciendo una búsqueda más metódica y entrevistando a gente mayor, llegó a las 29, que podrían ser todavía más, según la información que le está llegando al autor después de la publicación de su libro.
En cualquier caso, ninguna de las versiones halladas estaba completa, por lo que Manonelles se propuso «reconstruir el romance con el objetivo de que fuera lo más parecido posible al original, que se desconoce». Para ello tuvo que «separar el trigo de la paja» y eliminar «las contaminaciones de otros romances que se le parecen, como ‘Les valentes germanes’ y ‘Les valentes captives’».
«He de decir que la reconstrucción definitiva de ‘Una barqueta de moros’ la tuve que cambiar e ir ajustando al final del trabajo en función de los datos históricos que me fui encontrando», aclara.
Lo que cuenta este romance basado en hechos reales
Este romance, también llamado ‘Sa barqueta de moros’, cuenta cómo una embarcación procedente del norte de África arriba a las costas ibicencas, en concreto a la zona de Pou des Lleó, a la caza y captura de isleños para convertirlos en esclavos, «el botín más valioso para los corsarios», ya fueran africanos o ibicencos. Aprovechando la noche, para pillar a la población desprevenida, la tripulación de la nave se cuela en todas las casas de la zona, pero no encuentra gente, solo ganado en una de ellas y decide esperar oculta a que llegue el pastor o la pastora a su cargo. Aparecen entonces dos doncellas, que los corsarios africanos capturan y llevan con su embarcación a otro país, cuyo nombre no se especifica en el romance. Allí, estas dos hermanas se convierten en esclavas y conocen a otro ibicenco cautivo, «el patrón de la Marina», refiriéndose al barrio de Vila. El romance cuenta también que estas dos mujeres, no se sabe cómo ni en qué circunstancias, regresan a Ibiza. Pasan los dos primeros días en el hogar del «batle Marí» y luego se van a su casa, donde su padre les comunica que su madre ha fallecido y conocen a su madrastra.
Este es, en resumen, el argumento del romance reconstruido por Manonelles, que después se planteó, como siguiente paso, «descartar que fuera un plagio», es decir, que no fuera una versión local de algún clásico nacido en otra tierra y adaptado a Ibiza. Para ello le tocó leer muchos romances de cautivos, «un tema clásico del romancero». Encontró alguno con ciertas similitudes, pero «ninguno que se le pareciera mucho».
A continuación tocaba averiguar qué podría ser cierto de aquella historia. Con esa misión estuvo entrevistando a gente del lugar «para saber qué recordaba la memoria colectiva popular».

Fragmento de un mapa de Eivissa del ingeniero Josep Garcia Martínez datado en 1765 en el que se ve la zona de Pou des Lleó. / Imagen del libro de Toni Manonelles.
De las personas mayores con las que habló al principio, el autor explica que «todas daban por hecho que lo que contaba ‘Una barqueta de moros’ era real, pero ninguno sabía decir cuándo habían ocurrido aquellos hechos ni a quién de Ibiza le habían pasado. Como mucho, «algunos se atrevían a señalar cuál había sido la presunta casa donde se había capturado a las dos doncellas». De hecho, en las distintas versiones que existen de este romance el nombre que más se repite es el de Can Miquel Jaume, pero hoy en día en la zona de la marina de Pou des Lleó no hay ninguna vivienda con ese nombre. Otra casa que la gente entrevistada por Manonelles citaba era la de Can Miquel Pere, pero Manonelles aclara que ninguno de sus habitantes actuales tenía conocimiento de que los hechos que narra este romance fueran reales y hubieran ocurrido allí.
Para hacer toda esta ingente labor de investigación, el experto buceó en muchos archivos «empezando por el Arxiu Històric d'Eivissa i Formentera (Aheif) y el de la Pabordia d’Eivissa y acabando por el Archivo General de Simancas, pasando por el Arxiu de la Corona d’Aragó, en Barcelona, y el Archivo Histórico Nacional, en Madrid».
El cuándo y el dónde del episodio histórico
Todas estas indagaciones dieron sus frutos y Manonelles fue tirando del hilo, «como en una novela de misterio», con unos resultados «muy provechosos», ya que ha descubierto que «lo que se cuenta en el romance es real» y ha conseguido desvelar prácticamente todas las incógnitas que había sobre este episodio, desde «el cuándo y el dónde ocurrieron los hechos hasta sus protagonistas». «Fue como ir a buscar pebrassos y encontrarlos», dice con una sonrisa de satisfacción el autor, asegurando que «ha tenido mucha suerte» y recordando que él no es historiador.
Sin ánimo de hacer mucho espóiler, Manonelles explica, entre otras cosas, que prácticamente el cien por cien de los hechos que se narran en ‘Una barqueta de moros’ acontecieron en la realidad y que «solo hay algunos aspectos menores cambiados para dar más dramatismo a la historia».
También ha averiguado cuándo y dónde ocurrieron los acontecimientos recogidos en este romance. «Se produjeron en el siglo XVIII» en Pou des Lleó, en una casa que todavía existe y que el autor localiza en una foto de una vista aérea de la zona de 1978 que incluye en el libro, que contiene, además, algún mapa e ilustraciones.
El romance primigenio que relata lo ocurrido nació «muy poco después» de estos hechos, probablemente «de la cabeza de una mujer que tenía información de primera mano». Manonelles llega a la conclusión de que la persona autora fue una fémina porque considera que, si lo hubiera creado un hombre, el relato «se limitaría a contar los hechos y no haría tanta referencia a sentimientos». Durante dos siglos esta historia se mantuvo viva de forma oral, recitándola o cantándola de memoria, hasta que en el siglo XX se recogió por escrito.
Un epílogo con muchos detalles sustanciosos
‘Una barqueta de moros. La història d’un romanço’ cuenta con un epílogo, con árboles genealógicos incluidos, en el que Manonelles trata de responder a a los principales interrogantes que la gente se ha planteado escuchando este romance, por ejemplo, «si las doncellas protagonistas de esta historia se casaron y tuvieron hijos y si hay todavía descendientes vivos entre nosotros».
Los que quieran averiguar la respuesta solo tienen que asistir a la presentación de mañana en la sede del IEE, en la que no solo estará Manonelles sino también Fanny Tur, directora del Aheif.
Mientras tanto, lo que sí puede confirmar este estudioso de las tradiciones ibicencas es lo que ha significado este trabajo para él: «Ha sido una oportunidad para ver cómo la memoria popular colectiva y los documentos históricos oficiales se pueden dar la mano y complementarse para conocer mejor nuestro pasado y, en consecuencia, nuestro presente», subraya.
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