Consuelo López, secretaria general de Comisiones Obreras en las Pitiüses: «Hay que subir los salarios para que nadie se arrastre para pedir hacer más horas»
Nacida en Albacete en 1965, López llegó a Eivissa en 1987 para trabajar como camarera de piso en un hotel. En 2021 se convirtió en secretaria general de CCOO en Eivissa y Formentera y acaba de ser reelegida en el cargo con el 100% de los votos de los congresistas, pese a que ella admite que preferiría no estar en primera línea sino trabajar en segundo plano. Admite que le subleva que la gente «se sepa las alineaciones de los equipos de fútbol pero no conozca sus derechos».

Consuelo López posa frente al edificio de los sindicatos, en la zona de Can Misses de Vila. | TONI ESCOBAR

Empecemos con la negociación con la patronal del convenio de la hostelería. ¿Es cierto que las posiciones de ambos lados están tan alejadas?
Incluso más de lo que parece.
¿Cuáles son los principales puntos de fricción?
Uno de ellos es la reducción de la jornada laboral. Todo el articulado que nos han presentado por escrito es para rebajar condiciones laborales. No hay ninguna que podamos decir, ‘aquí parece que se mejora’. Quieren desregularizar la jornada laboral a su antojo. Un convenio no puede basarse en un recorte de derechos. Sabemos que no hay personal para completar plantillas, pero eso no es culpa de los trabajadores. Los empresarios hoteleros tendrían que analizar por qué hemos llegado a esta situación. Siempre ha sido caro vivir en Ibiza y siempre ha habido falta de personal. Pero eso no es motivo para que los empresarios hoteleros aprovechen para intentar pegarle un tajo al convenio.

La secretaria general de CCOO sonríe durante la entrevista. | TONI ESCOBAR
Aparte de la discrepancia por la jornada laboral, ¿en qué otros puntos disienten?
Firmamos un contrato de confidencialidad y hay cosas que no pueden salir del ámbito de esa mesa. Principalmente, quieren desregularizar la jornada, quieren hacerse con el sexto día libre de los trabajadores y no hablan de cuantía económica. Yo creo que tendrían que poner una cifra encima de la mesa de subidas de las tablas salariales, y luego ya veremos.
Una queja del empresariado es que los sindicatos son muy rígidos y no comprenden la flexibilidad que demandan los propios trabajadores. Por un lado, está el residente en la isla, que tiene un contrato largo y que prima factores como la conciliación y la calidad de vida, pero también está el que viene de fuera para hacer la temporada, y que no le importa hacer horas porque lo que quiere es ganar el máximo en estos meses. Es como si los sindicatos solo pensaran en el primer grupo.
Esto no es nuevo. Una parte de la plantilla está profesionalizada por la experiencia que tiene, por los años que lleva, porque es muy conocedora de su puesto de trabajo. Esta gente es valiosa. Desde siempre, a esta gente no se le ha apoyado. A cualquiera que entra nuevo se le ha hecho siempre más caso que al que lleva 20 años. No se premia, no se fideliza a la gente trabajadora buena. Esto ya pasaba cuando yo empecé en hostelería en 1987. Entonces venían estudiantes a hacer la temporada y claro que querían trabajar mucho, y cuanto más se llevaran, mejor. Pero es que eso estropea la coyuntura social de la isla y los empresarios se aprovechan. ¡Es que me da una rabia! Dicen que les piden trabajar más horas. Por eso mismo hay que subir los salarios, para que la gente no tenga que arrastrarse haciendo horas extras o con dos o tres trabajos. Esto no lo ve el empresario ibicenco. Solo piensan en sus cuentas de resultados.
¿Cómo calificaría la calidad de vida de los trabajadores del sector de la hostelería en Ibiza?
Pésima. La hostelería es un sector muy precario y explotado a pesar de que tenemos un buen convenio, pero como no se cumple...
¿Y por qué no se cumple?
Porque la gente necesita dinero. Entonces, muchas veces el empresario aprieta o te promete condiciones que luego no se cumplen. A ver, hablo en general. Hay empresarios buenos, que esto también me gusta decirlo, pero a mí me toca hablar de lo que no se hace bien. Al que lo hace bien hay que felicitarle. Pero hay otros que saben de las carencias de sus trabajadores y les ofrecen días, horas, jornadas interminables... y la gente, pues tiene necesidad. Yo siempre digo que si la culpa es de alguien no es del trabajador, que se ve abocado a esta situación.
Uno de los caballos de batalla sindical es reducir la jornada laboral. Pero a veces se ven situaciones como una terraza enorme llena de mesas en la que solo hay un camarero para atender a todos esos clientes, y uno piensa que en vez de poner la lupa en si se trabaja media hora más o menos, mejor poner la lupa en las cargas de trabajo.
Son dinámicas de trabajo complicadas de revertir. Lo que se puede hacer es contratar más personal. Es que es la solución. Siempre hemos dicho que las plantillas nunca han estado completas. Las cargas de trabajo de la gente que está trabajando son bestiales. Y esto es un mensaje a la gente trabajadora: si tú vas a una terraza como cliente y ves que tratan de esta manera a un camarero, pues yo no vuelvo ahí.
¿Fallan los controles?
Muchísimo. Nosotros ahora tenemos que hablar bien, por fin, de inspección de trabajo, porque hacemos denuncias y se están resolviendo. Para nosotros, inspección de trabajo es una herramienta fundamental de control. Porque si falla, lo otro que te queda es el juzgado, que es largo y tedioso. Por eso seguimos pidiendo más dotación para inspección de trabajo, porque también están súper sobrecargados. Y si no hacen bien su labor, es la gente trabajadora la que sale perjudicada.
Durante la legislatura pasada se aprobó que se haría un estudio de la carga de trabajo de las camareras de piso. ¿En qué ha quedado este estudio?
Todo eso se ha traducido en nada porque la mayoría de los hoteles no han hecho las mediciones. Y donde se han hecho, no se han hecho bien y ha habido que repetirlas. No hay ningún estudio, a día de hoy, que sea concluyente. Están todos a medias o mal hechos. Es más, en la propuesta de las patronales hoteleras para este nuevo convenio se quieren eliminar los estudios de cargas de trabajo. Estos estudios son difíciles de hacer porque la herramienta es súper complicada, pero vamos, que no les interesa. Debe ser que no les interesa la salud de sus trabajadoras, porque también saben que un estudio bien hecho lo que va a decir es que las camareras de pisos van sobrecargadas.
¿Los trabajos más feminizados son también los más precarios?
Sí. Se sabe pero no se quiere ver. Hay una cosa que siempre digo porque me llega al alma y es el de las mujeres de ayuda a domicilio. Si las camareras de pisos están mal, habría que mirar con lupa las condiciones de las mujeres de la ayuda a domicilio. Es que no encuentro ni la palabra. Trabajan con gente mayor, con gente con enfermedades graves, con gente vulnerable y para el servicio que dan, las condiciones son de vergüenza.
Ya, pero existe la sensación de que los sindicatos son útiles para los trabajadores de grandes empresas y para los funcionarios, que tienen fuerza para negociar. En cambio, los trabajadores de empresas pequeñas y sectores más precarios quedan fuera de estas mejoras. Al final, se abre una brecha entre unos trabajadores que se sienten protegidos y otros que no, y esto crea agravios.
Es verdad. La sindicación está en las grandes empresas. El problema lo sufren quienes no tienen convenio colectivo. Para eso está el Estatuto de los Trabajadores. Es que hay una gran cantidad de gente trabajadora que no está adscrita a ningún convenio y tienen muchas dificultades porque no están sindicados ni están agrupados ni se defienden colectivamente. Si es que el tema está en defenderse colectivamente, pero como hemos pasado de lo colectivo a lo totalmente individual... Lo colectivo se obvia pero es la clave fundamental para conseguir derechos. Es que un sindicato, yo lo repito muchas veces, es un grupo de trabajadores y trabajadoras que se unen para defender colectivamente sus derechos. Y ese es el papel fundamental de un sindicato. La solución está en la defensa colectiva, pero eso es una cosa que hoy en día no se lleva nada. La revolución la hacemos todos por el Twitter pero luego... es que es vergonzoso. Mira, en la manifestación del otro día por la vivienda, ¿cuántos éramos? ¿300 personas? Que somos siempre las mismas caras. ¿Dónde estaban los que tanto se quejan? ¿Dónde estaba el que paga fortunas por su alquiler?
¿Qué debemos saber cuando empezamos a trabajar en una empresa?
Lo primero, qué pone en tu contrato laboral. Eso es fundamental. No se puede firmar un contrato sin leerlo, cosa que se hace cada día millones de veces. Hay que leerse las condiciones del contrato. Cuando pone «según convenio colectivo» hay que conocer el convenio. Es que a veces ni siquiera se molestan en poner de qué convenio se trata y eso es fundamental. Debes conocer tus derechos básicos, que son tus turnos, cuáles son tus días de descanso y cuál va a ser tu salario. Esto lo tienes que conocer antes de entrar en la empresa. Con detalle y por escrito porque las palabras se las lleva el viento. Y también hay que leerse el convenio colectivo.
Ya, pero es que estos textos suelen ser ininteligibles.
Es cierto, pero cuando tú te lo has leído tres veces, ya vas cogiendo una idea. Es verdad que las leyes en este país son muy farragosas. Pero bueno, parte de nuestra labor es ayudar con toda esa burocracia legislativa y orientar a la gente.
Y cuando hay que firmar el contrato... Normalmente es en una oficina, con gente que te está esperando y tiene prisa. No es el mejor momento para tomarte tu tiempo y leerlo todo y consultar.
Existe una fórmula que nosotros recomendamos. Cuando uno no tiene tiempo de leer no hay que firmar, porque si firmas estás aceptando. Debes escribir: ‘Recibí con reserva de derecho’, fecha y firma. Y eso te da después derecho a la reclamación. Siempre lo recomendamos. Los trabajadores tenemos que estudiar nuestras condiciones y puestos de trabajo para que no nos tomen el pelo y exploten. Hay que estar atentos. De la misma manera que antes de comprar un coche te miras mil cosas, que si gasolina o diesel, qué prestaciones tiene cada modelo... con un contrato, que es algo importantísimo, también hay que hacerlo.
A veces sucede lo mismo para entender la nómina, que parece que estés leyendo un prospecto médico.
Es que quieren que los trabajadores no nos enteremos de las cosas. En los institutos deberían dar una asignatura en la que nos enseñaran cosas como estas. Es fundamental.¿Qué sucede? ¿No interesa que los trabajadores sepan cómo desglosar una nómina? Entre esto, que a veces somos perezosos, los empresarios muy ávidos y las leyes muy farragosas, tormenta perfecta para que no nos enteremos de nada.
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