La radiografía. Diseminados y en rústico

«En Ibiza hay muchísimas naves industriales sin regularizar»

El caos urbanístico que ha caracterizado a la isla durante décadas, ha repercutido en unas deficientes infraestructuras industriales

Imagen de archivo de un techo precario de una nave industrial con uralita.

Imagen de archivo de un techo precario de una nave industrial con uralita. / Vicent Marí

David Ventura

David Ventura

Ibiza

En la isla de Ibiza hay algunos polígonos industriales de tamaño discreto y después una miríada de instalaciones construidas en la época de la anarquía urbanística, muchas de ellas fuera de ordenación y que en muchos casos no reúnen las condiciones adecuadas ya que, incluso, cuentan con tejados de uralita. Una situación lamentable que admiten los propios empresarios: «Hay muchas naves que están en rústico y esto hay que cubrirlo de manera legal de alguna manera», admite Agustín Pineda, vicepresidente de la Asociación de Áreas de Promoción Industrial de Ibiza.

Pineda ilustra esta situación con una anécdota, y es que cuando le expropiaron una parcela de suelo industrial junto al aeropuerto durante las obras de la carretera, «me quisieron pagar como si allí estuviera sembrado trigo. Es un lío. Para unas cosas es urbano pero para otras cosas es rústico».

«Muchas empresas se han visto obligadas a tener [sus instalaciones] diseminadas en vez de estar en una zona ordenada, con los recursos y las infraestructuras necesarias», añade Emilio Díaz, vocal de la asociación, quien señala que la falta de espacio y la precariedad de las instalaciones redunda en un servicio peor y más caro: «Si tienes que mover un palé para entregarlo a un cliente, y lo tienes al fondo de todo, tienes que mover todos los palés para sacarlo de ahí. Imagínate, todo cuesta más, no eres eficiente, no se trabaja bien».

Otro problema es que, al haber tantas empresas dispersas en pequeños núcleos por toda la geografía de la isla, los transportistas realizan muchísimos viajes, un gasto de tiempo y de combustible que se podría ahorrar. «Queremos los recursos que hay en la península. Queremos centros logísticos para poder trabajar, solo pedimos esto, poder trabajar», indica por su parte José Raya, tesorero de la asociación.

La escasez del suelo también se traduce en que este haya multiplicado su precio. «Es la oferta y la demanda. De la misma manera que la vivienda es carísima, también lo está el suelo industrial. Esto resta competitividad a las empresas locales», resume Emilio Díaz.

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