Escola d’Arts. Infraestructura obsoleta

«En invierno, los alumnos de la Escola d'Arts se traen la manta de casa»

El equipo directivo del centro educativo recuerda que la instalaciones están obsoletas

El director de la Escola d'Art, Manel Ortí, junto al conseller de Educación, Antoni Vera.

El director de la Escola d'Art, Manel Ortí, junto al conseller de Educación, Antoni Vera. / Toni Escobar

David Ventura

David Ventura

Ibiza

Confiesan que les «han mareado» durante muchos años con la futura ubicación de la Escola d’Arts. El equipo directivo de la Escola ha recibido con satisfacción la noticia de que el Govern ha tomado la decisión de instalarles en sa Blanca Dona después de una estancia ‘provisional’ en Can Sifre que se ha prolongado durante casi tres décadas. La satisfacción será completa cuando el traslado sea una realidad, ya que entre que se redacta el proyecto y se ejecuta la obra, quizás la mudanza todavía tardará dos años, como mínimo, aunque resulta imposible poner fechas exactas.

«La instalación está obsoleta», comenta el director de la Escola d’Arts, Manel Ortí: «Hay filtraciones de agua, la calefacción no funciona. Se va arreglando todo a medida que se estropea, pero no son más que parches, porque a la que se repara una cosa, se estropea otra».

«Los alumnos pasan frío», explica Pepa Esquerdo, secretaria de la Escola d’Arts, «hay una ala del edificio donde nunca da el sol, y durante las semanas más frías del año, en invierno, los alumnos se deben traer las mantas de casa». No funciona la calefacción, pese a que la caldera es nueva: «Pero las conducciones son viejas, deben estar obstruidas. Se hizo una gran inversión pero no luce, es una lástima». Esquerdo también comenta que ya hace tiempo que esperan «la licitación de las obras de los baños, que no llegan nunca».

Por su parte, Mari Gosálvez, jefa de estudios de la Escola d’Arts, señala que la falta de espacio provoca molestias en los alumnos: «Los talleres de forja hacen mucho ruido y molestan a las clases teóricas de Bachillerato. En un edificio adecuado, estos talleres estarían en una planta sótano, pero no es el caso». Denuncian también que tampoco tienen gimnasio ni duchas.

Otra queja es el complicado acceso a la Escola, ya que se llega a través de un camino urbanizado que no cuenta con acera. Además, el edificio tiene zonas que no son accesibles para personas con movilidad reducida.

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