Medio ambiente
Sequía en Ibiza: Es Broll vuelve a brotar después de casi un año sin una gota para regar
Algo más de una veintena de miembros de la comunidad de regantes de es Broll de Buscastell se sumó ayer un año más a la tradicional jornada, también festiva, de limpieza de las acequias de este ancestral sistema hidráulico. Desde hace dos semanas, el agua vuelve a correr por los canales después de casi un año secos.

Jornada de limpieza de los vecinos de es Broll en el sistema de regadío / J.A. Riera

Después de casi un año secos, sin apenas una gota para regar los huertos del entorno del torrente de Buscastell, desde hace unas dos semanas vuelve a circular un reguero de agua por los tradicionales canales del sistema de riego que conforma es Broll.
Coincidiendo además con el Día Mundial del Agua, algo más de una veintena de personas de la Comunidad de Regantes de este pozo artesiano se han juntado este sábado, un año más, con las azadas al hombro, para limpiar la canalización de hormigón, paralela al torrente de Buscastell, con la que se distribuye el agua de riego a los huertos de los bancales.

Trabajos de desbroce del entorno de las canalizaciones de es Broll. | J. A. RIERA
Se trata de una dura jornada de trabajo, pero también festiva, que arranca a primera hora del día. En concreto, la tarea consiste en la retirada de la cal que se incrusta en el fondo de las acequias y el lodo, y en el desbroce de la hierba del entorno. Los más pequeños de las familias de regantes también participan con sus propias herramientas de juguete. Aunque también echan una mano en la medida de sus posibilidades a sacar algo de fango, su función principal es la de «salvar» las ranas que viven en las acequias. En todo caso, este año, como consecuencia de la sequía (Ibiza lleva meses en situación de prealerta, con signos, pese a las últimas lluvias, de que antes del verano pueda pasar la línea roja de la alerta), se localizan pocos batracios. Físicamente, porque el estruendoso, por momentos, croar que reverbera en las paredes que rodean el valle rompe la quietud y el silencio de este remanso de paz.

Retirada de la maleza que, en algunos tramos, cubre las canalizaciones de agua. | J. A. RIERA
Como en los últimos meses no ha corrido agua por es Broll, los conductos estaban bastante más limpios que en otras ocasiones, lo que permitió dedicar más tiempo este año a eliminar con la ayuda de una perforadora mecánica la cal más incrustada en un tramo de esta red hidráulica que, con el tiempo, se había ido estrechando considerablemente.

Emeterio Moles, Pepita Torres y, detrás, Toni Costa, retiran fango de una acequia con la azada. | J. A. RIERA

El alcalde, Marcos Serra, en plena faena de limpieza de acequias. | J. A. RIERA
La lluvia de las últimas semanas ha propiciado que el agua brote de nuevo en es Broll. «Hace poco, entre 15 y 20 días, que de nuevo vuelve a tirar», explica Toni Costa, de sa Plana de Corona, uno de los miembros de la comunidad de regantes que se sumó ayer a las labores de retirada de lodo y cal de las acequias. «El año pasado no había nada, en todo el verano no se pudo regar. Algunos tuvieron que echar mano de algún camión de agua para que no se murieran los naranjos», agrega Costa, que recuerda un episodio de sequía mucho peor, hace «25 ó 30 años», en el que «se podía entrar en el agujero de es Broll y no se veía ni una gota».
Más lluvia este año
Emeterio Moles, gerente de la empresa pública Agencia Balear del Agua (Abaqua), de la conselleria balear del Mar y Ciclo del Agua, explica las causas por las que, por fin, el agua corre de nuevo por es Broll. «Los datos pluviométricos señalan que en este primer trimestre del año está lloviendo el doble que el anterior. El año pasado fueron poco más de 50 litros por metro cuadrado, y este año estamos superando los 100».
Ahora bien, no hay que lanzar las campanas al vuelo porque «no es un dato muy relevante». «Son precipitaciones puntuales que han provocado también que, en Mallorca, broten las Fonts Ufanes. Pero más que salga agua, lo importante es cuánto dura», indica, al tiempo que insiste en que lo que está lloviendo de momento este año es «absolutamente insuficiente». Moles pone especial atención a lo que pueda pasar en abril. El año pasado se registraron 80 litros por metro cuadrado solo ese mes. «Hay que ir viendo, pero no nos podemos confiar ni apostar todo a lo que suceda en abril. Vamos a hacer todo lo que podamos para tener soluciones», adelanta.
Moles se apuntó por primera vez a colaborar en la limpieza de los canales («qué mejor que celebrar el Día del Agua en contacto con los recursos convencionales y el campo», recalcó) después de que lo animara a hacerlo el alcalde de Sant Antoni, Marcos Serra, un asiduo de esta jornada de trabajo. «Por si no lo dice él, lo digo yo: este es el primer alcalde que viene a ayudarnos», apunta Toni Costa, que destaca también la presencia de la concejala de Medio Ambiente, Pepita Torres, cuya familia además forma parte de la comunidad de regantes. De hecho, Torres recordaba ayer con cierta nostalgia las excursiones escolares de todos los años a es Broll y que no había curso que no llegara «empapada» a casa.
Tal como recuerda el Ayuntamiento de Sant Antoni, desde la segunda mitad del siglo XIII está documentada la existencia de molinos de agua en este valle. Los propietarios siempre se han organizado para distribuir el agua que brota de es Broll: en 1943 se redactaron los primeros estatutos en los que se regulaba el uso del caudal del agua. Esta norma pactada entre los propietarios de los huertos, que se renovó en el año 2011, establece el orden de riego, con unas horas concretas un solo día por semana, en cada uno de los 64 huertos que integran la comunidad de regantes. En total, se riegan 14 hectáreas de cultivo a lo largo de tres kilómetros desde la parte alta del torrente.
«Todo está escriturado», explica Costa, que, en su caso, aún echa mano del agua de es Broll en su turno semanal para sembrar «un saco de patatas y cuatro verduras para casa». También se puede regar cuando el huerto que está por encima no lo haga, pero nunca si el turno corresponde a uno que esté por debajo, según detalla Costa.
Por su parte, el alcalde explica que se aficionó a contribuir a la limpieza de es Broll cuando la comunidad de regantes le invitó por primera vez, tras estrenar el cargo, al almuerzo de media mañana y la posterior paella con la que se cierra la jornada también festiva y que paga el Ayuntamiento: «Ya dije que no me merecía venir a almorzar si no trabajaba también».
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