Robo

Dos años de cárcel por robar jamón y vino la noche de Reyes en Ibiza

El condenado rompió una ventana del establecimiento para acceder a su interior

Lonchas de jamón preparadas para su consumo. | J.A.RIERA

Lonchas de jamón preparadas para su consumo. | J.A.RIERA

Guillermo Sáez

Guillermo Sáez

Ibiza

La Sala Segunda de la Audiencia Provincial de Balears ha confirmado la condena de dos años de cárcel a un hombre por romper la ventana de un establecimiento de Vila, acceder a su interior en plena noche y arramblar con cincuenta sobres de jamón y cuatro botellas de vino.

Mientras todo el mundo descansaba en la cama para no despertar a Melchor, Gaspar y Baltasar, un ladrón pensó que se encontraba ante el momento idóneo para cometer un robo gastronómico y regalarse una guinda para celebrar el último día de las Navidades. Por ello, en la noche de Reyes del año pasado se dirigió a Can Vins, una tienda gourmet situada en el carrer Ca n’Escandell, para cometer un robo en plena noche. Lo que no sabía es que la grabación de la cámara de seguridad local registró a la perfección todos sus movimientos en las dos visitas que hizo, una primera de prospección y una segunda, ya de carácter ejecutivo, en la que cometió su delito.

La misma ropa

Precisamente esa doble visita al lugar de los hechos es lo que arruinó cualquier esperanza de salir indemne de su fechoría. Y es que a la una de la madrugada, acompañado por otro hombre, se dedicó a «merodear y mirar local». En el juicio, el condenado reconoció que era persona que husmeaba el escaparate a cara descubierta.

Tres horas y media más tarde, ya en plena madrugada y con los Reyes Magos trabajando a contrarreloj para llevar alegría a todos los hogares, el acusado volvió a Can Vins a procurarse su propio regalo. Con la cara tapada en esta ocasión, rompió el cristal, mangó las viandas y abandonó el lugar, pero en esta segunda grabación no se reconoció, asegurando que se trataba de otra persona. Sin embargo, los policías que revisan las grabaciones lo reconocieron «sin ningún genero de dudas». Lo hicieron por su altura, su constitución física, su forma de andar... y porque ni siquiera se había cambiado de ropa entre las dos visitas.

«Pese a que el acusado diga que la vestimenta es distinta, este juzgador la aprecia idéntica; incluso las zapatillas llevan la misma decoración blanca o clara en la parte posterior o talón; la frente que se exhibe en la segunda grabación es también coincidente con la del acusado», reza la sentencia. Por ello, el juez tampoco alberga «ninguna duda» e incluso destaca «lo inverosímil de la negativa de autoría» expuesta en el tribunal por la defensa del acusado. Al menos al condenado le dio tiempo a disfrutar del jamón y el vino, ya que «los efectos no han sido recuperados».

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