Inseguridad ciudadana

«Ses Figueretes es muy tranquilo por el día, pero por la noche es peor»

Los últimos altercados en el barrio de Ibiza tienen en vilo a la mayoría de los vecinos y comerciantes de la zona, que demandan soluciones para los continuos altercados, sobre todo en los últimos días.

IBIZA REYERTA CALLEJERA EN CALLE DE FORMENTERA

IBIZA REYERTA CALLEJERA EN CALLE DE FORMENTERA / Marcelo Sastre

Aarón Benet

Aarón Benet

Ibiza

Los constantes altercados en ses Figueretes en los últimos días tienen en vilo a los vecinos y comerciantes de la zona. A pesar de que hay quien le resta importancia, la mayoría reconocen sentirse «muy preocupados» por la situación de inseguridad ciudadana existente en el barrio. Además, esta problemática se ha intensificado en las últimas semanas con la llegada de un nuevo individuo a ses Figueretes, que ha sido detenido hasta en siete ocasiones por la Policía Nacional.

«No es un barrio como era antes». Esta es la nostálgica frase con la que Julia León resume la situación actual de ses Figueretes, barrio en el que reside desde hace más de 50 años. León agrega: «El panorama ha empeorado últimamente. Tanto mi marido como yo siempre estamos en casa como muy tarde a las 20 horas, ya que no queremos salir por estas calles a la noche por nada. Desde el balcón se ven frecuentemente peleas, robos, gente allanando portales, rompiendo cristales o tumbando motos. Existe una enorme inseguridad». Al mismo tiempo que habla León, su hija, Silvia Amargós, asiente con la cabeza como señal de conformidad con las palabras de su madre.

León y Amargós disfrutan de un tranquilo paseo a pocos metros de la playa de ses Figueretes. Muy cerca de ellas se encuentra otra vecina, Sofía Rivera, una ciudadana colombiana que reside en ses Figueretes desde hace un lustro. Ella no tiene constancia de los últimos altercados en el barrio, ya que volvió el pasado domingo a Ibiza tras estar ocho meses fuera de la isla. A pesar de ello, reconoce no estar «demasiado sorprendida por las reyertas recientes».

Si las peleas son el problema más habitual en las últimas semanas en ses Figueretes, Rivera centra su preocupación en el problema de la okupación: «Una de las cosas que más valoré cuando decidí venir a las Balears a vivir es la seguridad. Sin embargo, hay gente que viene aquí y no aprovecha las oportunidades que se le presentan y deciden ser unos vándalos. Además, existe un grave problema con los okupas, que es lo que más me preocupa. De hecho, durante los meses que no he estado aquí ha venido mi hijo a diario hasta mi casa para evitar que no vengan okupas».

Lucía Lobos es uno de esos casos excepcionales que afirman que no existen problemas de inseguridad en la zona. Ella reside en la avenida Pere Matutes desde 2013 y considera que en ses Figueretes se está «muy tranquilo». Además, explica que el panorama «es más o menos el mismo que hace doce años [cuando se mudó a ses Figueretes], al no haber, gracias a Dios, prácticamente ninguna pelea ni nada similar». Eso sí, Lobos indica que «hay alguna situación problemática puntual, a causa de algún impresentable que siempre la lía por la calle».

La presencia de un individuo problemático ha colmado la paciencia de varios comerciantes de la zona. Prueba de ello es el caso de Macarena Rodríguez Reyes, propietaria del bar Jumaka, ubicado en la calle Formentera. Rodríguez muestra su desesperación ante «las constantes llamadas a la Policía Nacional provocadas por el incremento reciente de la inseguridad en el barrio en el que hay mucha gente asustada». La hostelera añade: «Esto no puede ser».

«Patrullas ciudadanas». Esta es la solución que propone Rodríguez para poner fin a la problemática. Esta iniciativa nace ante la «imposibilidad de la Policía Nacional de sancionar con mayor dureza los comportamientos de las personas que alteran la convivencia en el barrio», según narra Rodríguez. No obstante, confiesa que «es una idea aún en el aire» y expone algunos de los problemas que conllevaría: «Las patrullas ciudadanas podrían ser una buena idea para que mejore la situación, aunque tampoco nos podemos tomar la justicia por nuestra cuenta. Si hacemos eso, al final seremos nosotros [en referencia a las personas afectadas] los que pagaremos las consecuencias, ya que creo que las patrullas ciudadanas no son legales en nuestro país. Además, seguramente sería una actuación un poco desorganizada. En definitiva, queremos unir fuerzas, pero aún no sabemos muy bien como hacerlo».

Pega patadas a dos coches y agrede a un hombre en ses Figueretes

DI

Rodríguez aprovecha un instante de tranquilidad en el Jumaka para relatar con profunda indignación el desagradable episodio que se vivió en su bar con el individuo problemático citado: «Este chico lo vi por primera vez en ses Figueretes hace unos dos meses. Al principio, parecía una persona algo rara y que no era de fiar. Sin embargo, en pocas semanas perdió muchísimo peso y se volvió loco perdido. Un día vino dijo que quería romper los cristales del bar pero que no había podido, ya que eran muy gruesos y duros. Además, nos contó que era un judío satánico al que le encantaba la muerte y que no tiene ningún problema en matar». Esta traumática vivencia ha dejado huella en Rodríguez, quien dice que ahora está «a la expectativa de los acontecimientos». También explica que «este nuevo individuo no es la única persona problemática que hay en el barrio».

Acoso a las trabajadoras

La inquietud en el Jukama también se traslada en otros negocios de la zona, como la farmacia Núria Ferrer. Su dueña, Núria Ferrer Ferrer, quien dice que han entrado «varias veces a robar productos de la farmacia y a increpar y acosar a varias de las trabajadoras jóvenes». En relación con los casos de acoso, Ferrer habla sobre una situación reciente: «Hace poco vino el famoso hombre que están arrestando tantas veces para insistir en lo guapísimas que estaban mis trabajadoras y las muchísimas ganas que tenía de besarlas. También dijo otros improperios, pero no los recuerdo. Luego de montar este espectáculo lamentable, se fue a su bola».

Ferrer lleva 22 años al frente de su farmacia situada en la calle Formentera. Durante ese periodo de tiempo, afirma que «nunca» le ha ocurrido «nada grave» y piensa que la imagen negativa que se tiene sobre ses Figueretes está sobredimensionada: «La gente se suele creer que en el barrio hay más jaleo del que realmente existe. Considero que muchos de los problemas de ses Figueretes también están presentes en el resto de la isla».

Al exponer los remedios para paliar las situaciones conflictivas, Ferrer habla sobre la relevancia de la cooperación ciudadana: «Los vecinos nos ayudamos entre nosotros. Esto nos sirve para que no nos molesten o lo hagan lo menos posible. Eso sí, deberían intensificar las patrullas de policías, pero creo que la falta de agentes es un problema que se extiende, por desgracia, por toda Ibiza».

Los bares y restaurantes son el mejor refugio para aquellos vecinos que aprovechan la lluviosa mañana invernal para salir de sus casas. También constituye el punto perfecto de reunión para comentar con cierta tranquilidad las últimas noticias que están afectando la imagen del barrio. Son muchos los que tienen miedo de sufrir consecuencias por identificarse y hablar públicamente sobre la opinión que tienen de ses Figueretes y de sus últimos acontecimientos. Sin querer dar ni siquiera las iniciales de sus nombres y apellidos, hay quienes tienen claro que «la Policía debería hacer muchísimo más» y se atreven a afirmar que «hasta que no pase algo grave como una muerte o alguna situación similar no se hará absolutamente nada».

En cambio, el pánico es el adjetivo que mejor define el estado de otros de los residentes que no han querido hablar públicamente. «No quiero saber absolutamente nada de nada», afirma un hombre que recita esta frase. Lo hace al mismo tiempo que mantiene un rostro serio con la mirada prácticamente clavada en el suelo.

El panorama que se aprecia durante una fría mañana de marzo en ses Figueretes es de absoluta tranquilidad. Sin prácticamente gente andando por las calles, con pocos coches circulando y con un silencio casi sepulcral, la sensación de seguridad ciudadana parece evidente a primera vista. Incluso, hay un vehículo policial que patrulla a poca velocidad por la zona. Los dos agentes que se encuentran en su interior están para las posibles trifulcas. Sin embargo, esta situación a priori idílica choca de lleno con las palabras de Ferrer: «El barrio es muy tranquilo durante el día, aunque por la noche ocurren bastantes cosas más malas». De modo similar, declara Rodríguez: «Cuando se acerca la noche hay más problemas. De hecho, hay más estruendo, a causa de las fiestas que se organizan en zonas en las que hay pubs o establecimientos de casas de apuestas».

Los altercados son el tema de moda en la zona. En este sentido, cabe recordar que el pasado miércoles por la tarde hubo tres altercados en un lapso de tiempo de tan solo tres horas en el barrio de ses Figueretes. El primer suceso empezó con un hombre que propinó patadas a varios vehículos y llegó a golpear con el puño, al menos en dos ocasiones y en la cabeza, a un hombre que pasaba por el lugar, que le había recriminado su actitud, según relata en una nota la Policía Nacional. Se trató del mismo hombre de 25 años de edad y de origen marroquí que fue detenido la semana pasada por tirar varias motos al suelo y romper de un puñetazo el televisor de un establecimiento, por lo era la sexta vez que se le arrestaba.

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