Lucha contra las serpientes invasoras

«Para acabar con las serpientes en Ibiza hay que prohibir la importación de olivos»

El zoólogo Valentín Pérez Mellado, el principal experto en lagartijas pitiusas, cree que el decreto que limita la entrada de árboles ornamentales es un coladero: «Siguen entrando culebras»

Valentín Pérez Mellado analiza una lagartija del islote de es Vaixell.

Valentín Pérez Mellado analiza una lagartija del islote de es Vaixell. / J.M.L.R.

José Miguel L. Romero

José Miguel L. Romero

Ibiza

El problema que generan las serpientes invasoras no acabará hasta que se decrete la prohibición total y absoluta de entrada de olivos y árboles ornamentales en Eivissa, afirma Valentín Pérez Mellado, catedrático de Zoología de la Universidad de Salamanca y el mayor experto que hay en Podarcis pityusensis, al que avalan más de tres décadas estudiando, específicamente, estos reptiles endémicos de Eivissa y Formentera. El Decreto Ley 1/2023, de 30 de enero, de medidas extraordinarias y urgentes para la protección de la lagartija pitiusa no sirve, a su juicio, para detener la invasión, pues considera escasa la limitación de la entrada de olivos, algarrobos y encinas en las islas durante los periodos comprendidos entre el 1 de abril y el 15 de junio y el 15 de septiembre y el 15 de octubre, que es cuando teóricamente se produce la puesta de huevos, eclosión o hibernación de serpientes invasoras. La restricción debe ser total, afirma.

Para acabar con ese coladero no basta, advierte, con cerrar las puertas a la importación de olivos durante sólo esos tres meses y medio: «El problema radica en que sigan entrando serpientes. Así, no se solucionará nunca. Hay que tomar decisiones políticas. No basta con hacer una moratoria para que no entren sólo durante unos meses los olivos; es necesaria una moratoria para que no entren en absoluto en todo el año, para que se prohíba totalmente la importación de esos árboles». 

Entrada continua de serpientes durante años

Recuerda Pérez Mellado que la actual situación «no ha sido producto de una colonización en la que unas pocas serpientes se han reproducido en la isla como conejos. Es que han seguido entrando, probablemente a centenares, durante años sin que se tomaran medidas de control radical para detener esa entrada». 

El zoólogo insiste en que «la medida correcta sería que no llegaran olivos desde la Península, en ninguna época, que se cortara de raíz la importación, porque esos árboles no son una necesidad para la salud pública, esos árboles son para la jardinería de lujo. Y esa jardinería de lujo tiene otras alternativas». Sólo entonces, y si «el Consorcio para la Recuperación de la Fauna de las Illes Balears (Cofib) no levanta la guardia y sigue trampeando intensivamente en toda la zona, sobre todo norte de la isla, es posible que las poblaciones de lagartijas puedan llegar a recuperarse».

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