Desalojo del Cetis: «Tengo un vuelo y mi maleta está dentro»

El edificio Cetis estuvo desalojado este jueves durante una hora y media, aproximadamente, por un fuerte olor resultado de una mezcla anómala de agua y cloro

En un principio se pensó que podía ser una fuga de gas

Toni Escandell Tur

Toni Escandell Tur

Ibiza

Entre los desalojados del Cetis este jueves al mediodía hay situaciones de todo tipo: funcionarios y trabajadores de empresas privadas que no han tenido tiempo de recoger las llaves de casa o del coche, usuarios de servicios públicos que tienen sede en este edificio de la ciudad de Ibiza y que en ese momento estaban realizando alguna gestión o haciendo cola para ello, así como varios miembros del equipo de gobierno de Vila, que tienen sus despachos aquí.

Vídeo del desalojo del Cetis por un fuerte olor a cloro

Toni Escandell Tur

Otro trabajador del Cetis necesita coger un vuelo en cuestión de horas. Y dentro, en la oficina, tiene todo: la cartera con la documentación, las llaves del coche, la maleta lista para viajar a Madrid. «El vuelo es a las seis menos veinte», cuenta a este diario segundos después de explicarle su situación a un bombero que está en uno de los accesos exteriores al Cetis, el que da al bulevar Abel Matutes. Está de guardia, al lado de un camión del Parque Insular de Bomberos, mientras otros dos efectivos, un cabo y el jefe del Parque, Miguel Sevilla, se encuentran dentro acabando de controlar la situación junto con operarios de una empresa privada.

Este afectado, que prefiere mantener el anonimato, y una compañera le preguntan al bombero si, en este caso, el propio trabajador del Cetis o alguien puede entrar a recuperar sus pertenencias. Pero finalmente todo se soluciona de una manera mucho más sencilla: apenas hay que esperar cinco o diez minutos más, hasta las 14.15 horas, para poder acceder de nuevo al interior de las instalaciones desalojadas. «Los bomberos me han dicho que enseguida estará arreglado», cuenta este chico.

Sin las llaves de casa

No mucho antes que él otra trabajadora, María Martínez, le ha preguntado al bombero si habrá que esperar horas. Por la respuesta, queda claro que esta situación no se alargará mucho más. «Solo he cogido el móvil y he dejado el ordenador portátil y la mochila con las llaves de casa dentro», explica. María es una de las personas que, en un principio, ha pensado que se trataba de un simulacro: «No estamos acostumbrados a que suene [la alarma] y pensábamos que era un simulacro, pero a través de la ventana hemos visto a los bomberos y hemos bajado rápido. Yo estaba en la segunda planta». «Sin las llaves de casa, no me queda otra que esperar. Si las tuviese, y también el ordenador, podría ir a casa a teletrabajar. Pero el bombero me ha dicho que seguramente no falta mucho para que esto acabe», añade en conversación con este diario mientras piensa si irse a comer algo rápido para volver al cabo de un rato.

El jefe del Parque Insular de Bomberos, Miguel Sevilla, explica que, una vez que el problema ya estaba localizado, identificado y solucionado (todo fue por una mezcla anómala de cloro y agua), ha habido que esperar un rato para permitir el acceso de nuevo, ya que primero había que apagar la alarma. «La centralita está en un sitio complicado, tenía que venir una persona con la llave, y por eso se ha retrasado un poco el regreso de la gente a sus puestos, porque primero había que desconectar la alarma».

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