Urbanismo

El Ayuntamiento de Ibiza pone sa Joveria bajo control

La instalación de gálibos dificulta el acceso de caravanas y otros vehículos utilizados como viviendas

Instalación de un galibo para evitar el acceso de caravanas

Instalación de un galibo para evitar el acceso de caravanas / Guillermo Sáez

Guillermo Sáez

Guillermo Sáez

Los trabajos para acondicionar el aparcamiento de sa Joveria, en Ibiza, continúan a buen ritmo. En el mismo espacio donde hace unas semanas volaba la barca vikinga o se retaban los autos de choque en la feria de Navidad, se suceden ahora las pequeñas obras impulsadas por el Ayuntamiento para ponérselo difícil, por no decir imposible, a quien pretenda pernoctar junto al recinto ferial en sus caravanas o en vehículos similares.

Esta semana se instalaron los gálibos que limitan la altura de los vehículos que pretenden ingresar al aparcamiento y, este sábado por la mañana, un operario se afanaba en mejorar su aspecto con la ayuda de una escalera y varios botes de pintura.

A su lado, una señal vertical y de color amarillo deja muy claras las condiciones para ingresar en el aparcamiento: únicamente turismos, con una altura máxima de 2,10 metros -so pena de chocar con el citado gálibo- y durante un tiempo máximo de estancia de 72 horas, si bien está última norma se antoja bastante más difícil de controlar por las autoridades.

'Prohibido pernoctar y acampar en este aparcamiento', se puede leer en el letrero, donde también se pone cifra a la multa que deberán abonar los posibles infractores: 750 euros. Además, otro operario, subido a una retroexcavadora, trajina con las enormes piedras que funcionan como barrera natural para impedir el acceso a este estacionamiento situado junto al Recinto Ferial. 

Una treintena de caravanas

Tal y como contó esta semana Diario de Ibiza, la realidad es que sa Joveria hace tiempo que se convirtió en un punto de asentamiento de infraviviendas, hasta el punto de que hay personas que llevan años viviendo dentro de alguna de la treintena de caravanas y autocaravanas aparcadas en este punto.

Algunos de estos vehículos todavía se mantienen en funcionamiento y pueden circular, pero hay otros que hace tiempo que dejaron de recorrer las carreteras. En esta segunda categoría figuran todos los que, directamente, ni siquiera tienen ruedas.

A todas estas caravanas tan hechas polvo ni siquiera les afectará la instalación de los gálibos, ya que probablemente hace tiempo que recorrieron sus últimos kilómetros hasta quedar varadas en sa Joveria. 

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