Cultura
Teatro Pereyra, el renacer del primer cine de Ibiza
El Teatro Pereyra recupera la programación de películas cuatro décadas después de su última proyección

Galería: El renacer del primer cine de Ibiza / Vicent Marí
La imagen de Elizabeth Taylor como faraona es una de las que Vicent Canals recordará toda su vida. Las sesiones dobles en el Teatro Pereyra, en la manzana vecina a su casa, formaban parte inseparable de su infancia, pero aquella tarde de domingo sobresale por encima del resto. «Me quedé prendado de la sinuosidad de aquella mujer y fue mi amor platónico a primera vista», confiesa.
Un par de generaciones después, aquel efecto Cleopatra se dio con la Princesa Leia, esclavizada por Jabba el Hutt, y su bikini dorado. Así y todo, el impacto de ‘El Retorno del Jedi’ no puede equipararse de ninguna manera a la película que inició la trilogía de George Lucas. «Yo fui al estreno de Star Wars», responde, sin dudarlo, Pedro Matutes a la hora de citar la sesión que más le marcó.
Canals y Matutes están a punto de revivir aquellas tardes de su niñez y adolescencia con el regreso de las proyecciones a la pantalla del Teatro Pereyra, este martes por la noche. Se recupera así una parte de la historia de la ciudad y por partida doble, ya que el evento sirve como pistoletazo de salida a los actos del primer siglo desde la fundación del Club Náutico Ibiza (CNI).
«No queríamos devolver el cine al Pereyra de cualquier manera, sino con algo especial y qué mejor que hacerlo de la mano de una entidad centenaria», valora Matutes. Su implicación va más allá de ser el propietario y responsable del renacer del emblemático teatro, ya que también que es socio del CNI.
El relevo
La última vez que la programación del Pereyra apareció en la cartelera del Diario de Ibiza fue el 6 de mayo de 1988. Aquel día se proyectó ‘Roxanne’, la adaptación moderna de Cyrano de Bergerac con Steve Martin y Daryl Hannah. Tras un lapso de casi cuatro décadas, toma el relevo ‘Capitanes Intrépidos’, de 1937, inspirada en la novela homónima de Rudyard Kipling. La elección no es casual. Narra la historia de superación personal de un niño rico y mimado de diez años que, tras caer al mar, debe pasar una temporada de pesca con el capitán que lo rescató (Spencer Tracy).
«‘Capitanes Intrépidos’ ensalza los valores que significa estar en contacto con el mar, como el compañerismo, la amistad, la constancia y el espíritu de sacrificio. Son los mismos valores que representa el CNI y, con la película, hemos querido rendir un homenaje a todos los capitanes intrépidos que han formado parte del a historia del club», destaca Canals.
La respuesta de la convocatoria es un éxito y ya hace días que es imposible encontrar entrada para el medio millar de butacas disponibles. La herpetóloga Antònia Maria Cirer no ha querido perderse la cita. Aunque parezca que su especialidad no guarde relación con la náutica, se da la circunstancia de que el CNI ha colaborado activamente con distintas investigaciones llevadas a cabo para evaluar la población de lagartijas en los islotes y el impacto de la plaga de serpientes en las Pitiusas.
Historias de la platea
«Estoy muy implicada con el Club Náutico, pero la verdad es que, de pequeña, no era socia. En aquella época solo lo eran los hombres de la familia», se resigna. Al igual que Vicent Canals, ella se crió a poca distancia del Pereyra, al lado de la iglesia de Sant Elm. Entonces, aún no se había inaugurado el Cine Cartago en la Vía Púnica. El Cine Serra, en s’Alamera, aún le estaba vetado, ya que solía programar películas para mayores de 14 años.
«También estaba el Cine Católico, en la esquina de la avenida de España con la calle Abad y Lasierra, pero caía más lejos», precisa. La primera película del Pereyra que se le viene a la cabeza es ‘El Mayor Espectáculo del Mundo’, además de los musicales de Marisol o Rocío Durcal. «La verdad es que tampoco seguíamos mucho el guion porque nos interesaban más las historias que había en la platea que las de la pantalla», bromea.
En cambio, Canals era de los que se quedaban completamente absortos frente a la pantalla. Sobre todo si salía Cleopatra, pero también con las carreras de cuádrigas en Ben-Hur o las del Séptimo de Caballería: «En la sesión doble, casi siempre daban una de romanos y una de indios y vaqueros. Yo tenía la sensación de estar dentro de la pantalla, parecía que vivía la acción».
Aquella experiencia inmersiva podrá maximizarse aún más con los avances tecnológicos. En su nueva etapa como cine, el Pereyra ha instalado un sistema Dolby Atmos, que logra envolver al espectador con el sonido.
A la vez, se ha querido mantener la sensación de la luz proyectada en la pantalla. «Tenemos una pantalla LED que ya sirve para proyectar cine, pero hemos incorporado un cinematógrafo digital y una pantalla de cine motorizada para conseguir esta textura con sabor añejo», destaca Matutes.
Nada como la gran pantalla
«No hay color entre ver una película en la gran pantalla o en otro formato», sentencia Carles Fabregat. Como cinéfilo empedernido, fue coautor, junto a Julio Herranz, de los capítulos dedicados a las Pitiusas en el libro ‘Cent anys de cinema a les Illes’, editado por Sa nostra en 1995. En esa época, el Pereyra ya había bajado el telón. Como últimas sesiones que presenció, Fabregat evoca ‘La Ley del deseo’, de Pedro Almodóvar, y una reposición de ‘El puente sobre el río Kwai’, de David Lean.
Aún quedaron en funcionamiento el Cine Cartago, hasta 2006, y el Serra, hasta 2014. En los días de llenazo a finales del siglo pasado, cualquiera de esas dos salas podía reunir «a cerca de mil personas». En Vila, ya solo queda el Multicines. Hasta ahora.
«Posiblemente, actualmente se vea más cine que nunca, pero en casa o en pequeñas pantallas y a través de las plataformas. En cambio, desaparecen las salas», indica Fabregat. Paradójicamente, en los últimos años se ha dado en Ibiza la recuperación de antiguos cines clásicos, como espacios culturales polivalentes, pero también con alguna proyección semanal. Es el caso de Can Jeroni, en Sant Josep, el Teatro España, en Santa Eulària o el Cine Regio de Sant Antoni.
Tras el acto inaugural con el CNI, el Pereyra también ofrecerá a partir de la semana que viene una programación con dos sesiones semanales. Los martes por la noche será el turno de un estreno de actualidad: ‘Queer’, dirigida por Luca Guadagnino e interpretada por Daniel Craig. Por otra parte, los domingos por la mañana será un día familiar con películas infantiles. Las proyecciones se tomarán una pausa al llegar al verano, para retomarse tras la temporada turística.
«Tenemos dos temporadas muy diferentes y ya nos hemos hecho una idea estos meses. La de invierno está centrada en los residentes, con precios económicos y una oferta que se ampliará a partir del año que viene», avanza Matutes. Desde su reapertura el pasado mes de mayo, tras 17 años de obras de reforma, el Teatro Pereyra «aún está en la fase de ensayo y error», precisa.
Compromiso social
Lo que sí tiene claro es que el local será fiel a sus orígenes y mantendrá la vocación multiusos. «Ofrecemos todo tipo de actividades, como teatro, danza, música y ocio. Puedes venir un sábado de tardeo y a la mañana siguiente se programa un concierto de música clásica», resume Matutes. «Estamos a caballo entre el negocio y la responsabilidad social. Es una forma de aportar un bien social y más concretamente al barrio de la Marina», valora.
Desde que abrió sus puertas, en abril de 1899, el Pereyra ofreció todo tipo de entretenimiento a los vileros. El teatro protagonizó la inauguración con sendas funciones: ‘Juan José’, de Joaquín Dicenta, y ‘Sueño dorado’, una comedia a cargo de la compañía de Joaquim Carpinell de Barcelona, tal y como recoge el investigador Juan Antoni Torres en la Enciclopèdia d’Ibiza i Formentera.

Imagen del Pereyra en la década de 1920. / Archivo Bruno Roig
Los socios fundadores se hicieron con un proyector de cine en 1904 y, dos años después, empezaron las sesiones públicas. La primera película, propiamente dicha, fue ‘Vida, Pasión y Muerte de Nuestro Señor Jesucristo’. «Pero es probable que antes se pusieran documentales sin guion, como una visita del Rey a Barcelona o la llegada de un buque a Bilbao», precisa Matutes.
Los espectadores no acudían por el argumento, sino «por el espectáculo de ver imágenes en movimiento». De hecho, poco antes de inaugurarse, mucha gente se acercaba hasta la calle del Comte de Rosselló «para ver la luz de acetileno que se acababa de instalar en el teatro», revela.
La película ibicenca
El cineasta e investigador Enrique Villalonga recupera otro hito que tuvo lugar en el Pereyra. Allí se proyectó, en 1928, la primera película rodada en Ibiza que aún se conserva, ‘Andanzas veraniegas del doctor Francisco Bordás en la isla de Ibiza’. «Era un oftalmólogo que vino a dar una conferencia en 1927, pero también se dedicaba al cine amateur», indica. Aprovechando la visita, acompañado de su hermana,Bordás pasó una semana tomando imágenes por la isla.
¿Y qué sesiones del Pereyra marcaron a Villalonga? «Me viene a la cabeza ‘Los locos de Cannonball’ e ‘Indiana Jones y el Templo Maldito’. ¡Ah, y creo que ‘El Retorno del Jedi’!». Pero comete un desliz: fue en el Cartago donde los preadolescentes vileros contemplamos a la Princesa Leila, presa en el palacio de Jabba en Tatooine.
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