Así es la pesadilla de que un inquilino deje de pagarte el alquiler de la vivienda en Ibiza

Una mujer recupera su vivienda después de un año okupada

Casa desokupada en Ibiza.

Casa desokupada en Ibiza. / Vicent Marí

G.S.

Un buen inquilino es algo que desea cualquier propietario a la hora de alquilar su vivienda, por eso cada vez muchos piden más requisitos para demostrar la solvencia del futuro arrendatario: nóminas o fianzas a veces excesivas, al menos en Ibiza, donde muchos propietarios han sufrido o temen que les dejen de pagar.

Cuando un inquilino deja de pagar comienza un largo proceso para que el arrendador recupere su propiedad. "Siempre soy positiva", dice Raquel Martínez, que ayer pudo entrar en su vivienda en Cala de Bou y puso fin a más de un año de okupación por parte de sus arrendatarios, una pareja de treintañeros que pagó sus cuotas durante siete años, hasta que dejó de hacerlo mientras compraban un local comercial para su negocio.

Una imagen de la vivienda.

Una imagen de la vivienda. / Vicent Marí

La casa está lejos de ser la que la dueña recuerda antes de dejarla en manos de esta pareja, pero confía en que vuelva a ser la misma cuando la limpie y arregle.

Los okupas pagaron durante siete años 750 euros al principio y 837 euros, la última vez que cumplieron con el alquiler mensual. De repente, comenzaron a retrasarse con el pago, explica Raquel, que los llamó por teléfono. Entonces sus inquilinos bloquearon sus llamadas. Cuando el padre de la propietaria intercedió, sus arrendatarios contestaron de mala manera y le dijeron que no iban a pagar. Así empezó la pesadilla.

Más de 10.000 euros

La dueña vive en Valencia, donde paga otro alquiler a la vez que la hipoteca de la casa de Cala de Bou. Así que tuvo que afrontar ambos pagos a la vez mientras su hucha se vaciaba. Le deben más de 10.000 euros.

Esto le generó ansiedad, inestabilidad, la primera visita al psicólogo y a su abogada. En febrero enviaron el primer burofax al que no contestaron sus inquilinos, al igual que en el segundo remitido.

En julio presentaron la demanda judicial y el proceso avanzó rápido. En noviembre llegó la resolución favorable y la vista quedó fijada para el 27 de enero, pero no llegó a producirse porque los inquilinos intentaron alegar estado de vulnerabilidad, artimaña que no funcionó, tras lo que finalmente entregaron las llaves.

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