Vivienda

Aviso de los promotores: o cambia el modelo económico o se edificará en rústico

La patronal señala que el suelo urbanizable existente no bastará si se sigue en una economía que cada vez necesita más mano de obra

Grúas en Ibiza.

Grúas en Ibiza.

La asociación balear de promotores inmobiliarios de Balears (Proinba) estima que en estos momentos se necesitarían unas 30.000 viviendas para cubrir la demanda residencial existente en Balears, mientras que el suelo disponible en los urbanizables ya existentes, en el caso de que se desarrollara y se pusiera fin al bloqueo que padece desde hace años, permitiría albergar entre 15.000 y 20.000 pisos, lo que supondría un alivio considerable al actual problema de acceso a una residencia.

A esta última cifra se suman otras iniciativas acordadas por el sector con el Govern, como la posibilidad de aumentar las alturas de algunos edificios si los inmuebles que se ganan se venden a precio limitado, la transformación de locales comerciales o la cesión de terrenos para equipamientos que no se han desarrollado.

Pero el vicepresidente de esta patronal, Óscar Carreras, advierte de que nada de eso será suficiente si las islas no reorientan su actual modelo económico, que genera la necesidad de que la mano de obra no deje de aumentar, y que hace que las islas presenten los mayores crecimientos de población del país.

Sin ese cambio, añade, no va a quedar más remedio que terminar recalificando suelo que ahora es rústico para edificar en él.

Óscar Carreras subraya que los promotores inmobiliarios defienden la necesidad de aprovechar el suelo urbanizable ya existente y de evitar el consumo de rústico, de ahí el rechazo a las desclasificaciones que se hicieron del primero por parte los mandatos de Francina Armengol.

Impactos a afrontar

Pero el vicepresidente de la citada patronal insiste en la necesidad de asumir que en unas islas con territorio limitado resulta muy difícil asumir el constante incremento poblacional que el archipiélago viene registrando durante los últimos años, no solo a la hora de ofrecer viviendas, sino también por el impacto que eso tiene en el consumo de recursos, como el agua, o en el tratamiento de las basuras que se generan.

En el aspecto residencial, ironiza con que es difícil pensar con que se puedan llenar una población como Inca con edificios de 20 alturas para poder elevar la oferta de viviendas, y subraya que algunas de las medidas que se están adoptando tienen una aplicación limitada.

También el presidente de esta asociación de promotores, Luis Martín, puso de relieve recientemente en la revista que edita la patronal balear de constructores que es necesario impulsar los urbanizables existentes «si no queremos acudir directamente al suelo rústico, que yo creo que no es el momento ni el planteamiento a seguir».

Esa posibilidad también viene siendo rechazada desde el Colegio Oficial de Arquitectos de Balears, y solo ha sido defendida en alguna ocasión, pero para casos muy concretos, desde el de Aparejadores de Mallorca.

Replantear el modelo

En este contexto, Óscar Carreras señala las esperanzas que el sector tiene puestas en las mesas creadas por el Govern balear, con la participación de numerosos representantes empresariales, sindicales y de otras entidades, para abordar el modelo turístico de las islas y apostar por una economía que resulte sostenible, también desde el punto de vista social y ambiental.

En este sentido, recuerda que el aumento en las cifras de turistas ha ido acompañado de un fuerte crecimiento del empleo por parte de trabajadores que se suman a la búsqueda de vivienda en el archipiélago.

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