Exposición

En busca de un museo para los pintores de Ibiza

Sa Nostra Sala, inaugura la exposición ‘Art d’Eivissa’, un pequeño muestrario de la extensa colección de cuadros que atesora el Consell

Un cámara graba unos cuadros de Narcís Puget Riquer. | CONSELL EIVISSA

Un cámara graba unos cuadros de Narcís Puget Riquer. | CONSELL EIVISSA

Josep Àngel Costa

Josep Àngel Costa

La colección de obras artísticas que atesora el Consell de Ibiza alcanza ya unas dimensiones más que considerables. Cualquiera puede hacerse a la idea visitando la exposición ‘Art d’Ibiza’, que se inaugura a las ocho de esta tarde en Sa Nostra Sala de la calle Aragón. Se muestra una parte de los cuadros figurativos adquiridos solo en los tres últimos años por la institución insular.

En los próximos meses, se repetirá la iniciativa, pero con una selección de las piezas abstractas que han llegado al Consell en el mismo periodo. En ambos casos, se trata de un breve muestrario de un catálogo que alcanza ya las seiscientas referencias, todas ellas realizadas en Ibiza, ya sea por artistas autóctonos o vinculados a la isla. Y no se limita a los cuadros, aunque sean mayoritarios, sino que incluye escultura o cerámica.

Hasta el momento, tamaña colección solo puede salir a la luz a cuentagotas, como en la nueva iniciativa de Sa Nostra Sala. Para darle una salida acorde con su valor, el Consell se ha fijado el reto de crear un museo dedicado a la creación artística en Ibiza.

El primer obstáculo a superar es la falta de unas instalaciones adecuadas de titularidad pública. «No tenemos un espacio ideal. Miramos de llegar a un acuerdo tipo convenio. No va ser a corto plazo, pero ya estamos trabajando para lograr espacios privados», anuncia el director insular de Cultura, Miquel Costa, durante la presentación de la exposición este miércoles.

Disponible hasta marzo

De momento, los interesados pueden conformarse conociendo estas adquisiciones del último trienio, que pueden contemplarse hasta el 28 de febrero. El horario de visitas a Sa Nostra Sala es de lunes a viernes de 10 a 13 horas y de 17.30 a 20.30 horas.

Susana Cardona muestra un cuadro de Laureà Barrau.

Susana Cardona muestra un cuadro de Laureà Barrau. / C.E.

La selección consta de 24 cuadros, la gran mayoría pintados a partir de los años veinte del siglo pasado, aunque el trabajo más reciente, una panorámica de Dalt Vila de Pep Marí, data de 2010. No faltan indispensables como Puget Viñas, Puget Riquer, Josep Tarrés, Pomar, Ferrer Guasch, Chico Prats, Prats Calbet, Félix Serra o Adrián Rosa. Tampoco los ilustres foráneos que recalaron en la isla y que sirvieron de inspiración para los artistas locales, como Bruno Beran, Barrau, Rigoberto Soler o Ignacio Agudo Clarà.

«Son piezas muy importantes que llenan vacíos para explicar la historia de la pintura y del arte en Ibiza», destaca la técnica de Patrimonio Lina Sansano. Pero entre todos los cuadros, llama la atención el que abre la muestra, el retrato de una joven pagesa firmado por Eugenie Loutchisnky.

La rusa exiliada

«Aunque el resto de la exposición se muestra cronológicamente, nos hemos permitido la licencia de destacar a Loutchisnky, que es la única mujer de la muestra», precisan los comisarios, Joan Albert Ribas y Susana Cardona, ambos técnicos del departamento de Cultura y Patrimonio.

Loutchisnky fue una pintora rusa que alcanzó relieve internacional tras escapar de la Revolución bolchevique. No existía constancia hasta hace poco de su paso por la isla, aunque sí por Menorca.

Gracias a la faceta de coleccionista de Ribas, que rastrea cualquier publicación histórica sobre Ibiza, pudo conocerse que Loutchisnky pasó y pintó por la isla. La pista fue la revista ‘Ilustración Católica’, editada en Barcelona el 23 de enero. La portada se dedica a un cuadro de la pintora rusa, ‘La de las sortijas’, que tiene como protagonista a una joven ibicenca luciendo una espectacular emprendada.

Ese retrato era uno de los que formaron parte de la exposición de de Loutchisnky en las Galerías Layetanas y a los que se dedicó un reportaje en la revista. Un librero de la Ciudad Condal, conocedor de la pasión de Ribas, le avisó de la existencia de ese tesoro, que acompaña al cuadro de Loutchisnky en Sa Nostra Sala.

No existe rastro documental de la pintora en Ibiza. Solo se presupone que recaló en Ibiza en torno a 1925, ya que fue el año en que visitó a una amiga rusa, casada con un militar español que vivía en Menorca.

Tracking Pixel Contents