Adiós a Iván Mérgola, un encantador de personas

Se ha ido Iván Mérgola y la música se ha quedado un poco más huérfana. Ha muerto Iván y con él se va una fuerza vital arrolladora que, por suerte para muchos, un día decidió destinar a las notas, los pentagramas y las cuerdas de una guitarra. Cuando estrenas tu primera veintena y ya eres jefe de estudios de un conservatorio en Madrid, algo debes de estar haciendo bien. Pero a los torbellinos no se les puede encerrar entre cuatro paredes y para Mérgola, la capital de España y sus millones de habitantes no era lo suficientemente estresante. Así que decidió volver a las Pitüses, a sus orígenes, y hacer fácil lo que parecía un imposible: crear de la nada una escuela municipal de música en Formentera.

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Aunque nació en Madrid allá en 1977, Mérgola se crió junto a su familia en Ibiza, isla que abandonó con 18 años para continuar sus estudios como guitarrista en el Real Conservatorio de Música de Madrid. En 1999, ya con un trabajo estable en un conservatorio concentrado de la capital pero «harto de vivir en una ciudad tan grande», como él mismo contaba a Diario de Ibiza el pasado mes de noviembre, se trasladó a Formentera junto a Lidia Guillem para poner en marcha en la isla la Escuela Municipal de Música.

La locura por la música hecha escuela

Ese modesto proyecto, que solo existía hasta entonces en la cabeza de dos jóvenes con mucha formación tanto en el campo de la música como en la de la gestión cultural y sobre todo con muchísimas ganas de hacer algo diferente y positivo por la sociedad, fue el origen de la actual escuela, que ha crecido desde los 24 alumnos de su año inaugural hasta los 250 actuales.

Durante los primeros años del centro, Mérgola y Guillem compaginaron la dirección y la jefatura de estudios con sus tareas como profesores de guitarra y flauta travesera, respectivamente. En apenas dos años y con el apoyo de las familias de los estudiantes y los primeros profesores de la escuela, consiguieron que el Conservatorio de Música y Danza Catalina Bufí tuviera un Aula de extensión en Formentera, que comenzó a funcionar en el curso 2002-2003 y que en la actualidad continúa formando a numerosos niños y adultos de la pitiusa menor.

También lleva su firma la incorporación de las clases de danza a la escuela municipal así como la creación de la Coral Polifónica y de la Banda de Música.

Con el paso de los años, la naturaleza inquieta de Mérgola volvió a apoderarse de sus días y, tras abandonar sus cargos en la gestión de la Escuela Municipal y del Aula de extensión para dedicarse solo a la enseñanza de la guitarra, se presentó al concurso de méritos para el cargo de director del Patronato Municipal de Música de Ibiza, un puesto que ocupaba desde el 3 de junio de 2021 y para el que tenía un montón de planes de naturaleza expansiva, como él mismo era.

«Echaba de menos ayudar», explicaba Mérgola en la entrevista ofrecida a Diario de Ibiza el 23 de julio de 2022 para justificar su vuelta a un cargo de gestión en una institución dedicada a la música.

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Porque esta era la característica singular de este joven risueño: un afán por ayudar que prácticamente te arrollaba adelantando sus respuestas a las preguntas, las soluciones a los problemas.

Propietario de una de esas personalidades que no dejan a nadie indiferente, Mérgola, que cumplía 48 años en junio, contagiaba pasión por la música, por la amistad, la lealtad y la vida en todas sus conversaciones.

Son incontables las personas que le deben su profesión en el campo de la interpretación o la enseñanza musical, pero también muchas a las que animó a simplemente amar la música.

Condolencias

Desde que se conoció su prematuro fallecimiento en la mañana del martes debido a una enfermedad diagnosticada tan solo hace unas semanas, se han multiplicado las muestras de condolencia y de incredulidad.

Desde la Escuela Municipal de Música y Danza de Formentera, que suspendió todas sus clases de la jornada en muestra de duelo, su directora, Úrsula Pomar, quiso comunicar que «es una noticia muy triste, pero dentro de la tristeza tenemos que seguir viendo su luz». Pomar añadió que «Iván ha dejado huella en todos nosotros más allá de su trabajo, por la persona que era. Creo que lo mejor que podemos hacer para honrarle es seguir haciendo música e intentar aprender todo lo que nos enseñó».

La directora del centro que pusieron en funcionamiento Mérgola y Guillem hace ya 25 años aseguró además que «la isla de Formentera siempre estará en deuda con él, por todo lo que hizo, y su memoria quedará por siempre en nuestros corazones y en nuestra música».

Por su parte, desde el Aula de extensión del Conservatorio en Formentera, el jefe de estudios, Joaquín Estal, lamentó «profundamente» el fallecimiento de Mérgola, «gran artífice de hacer realidad esa aula», y mostró su agradecimiento y el de todos los profesores y alumnos por «su gran e intenso trabajo en favor de la cultura y la música en Formentera». Estal también quiso sumarse al duelo y enviar un mensaje de apoyo a la familia de Mérgola en estos duros momentos.

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